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Enfrentamientos entre patotas, un flagelo que no para de crecer

Miércoles, 24 de abril de 2013 00:13

A horas de haberse hecho público un informe de El Tribuno sobre la angustiante situación que les toca vivir a los vecinos de los barrios José Vicente Solá y El Carmen, quienes deben convivir con las patotas, otras dos peleas se produjeron en esta capital, esta vez en el barrio Santa Victoria y en San José de Metán, donde un niño de 4 años tuvo que ser hospitalizado.

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A horas de haberse hecho público un informe de El Tribuno sobre la angustiante situación que les toca vivir a los vecinos de los barrios José Vicente Solá y El Carmen, quienes deben convivir con las patotas, otras dos peleas se produjeron en esta capital, esta vez en el barrio Santa Victoria y en San José de Metán, donde un niño de 4 años tuvo que ser hospitalizado.

El primero de los sucesos tuvo lugar el domingo pasado, a las 19.30, y finalizó cerca de una hora después en la calle León Cabezón al 2200, entre pasaje Eduardo Gauna y Los Alberros, en la zona este.

Según comentaron los damnificados, cerca de 50 integrantes de los grupos antagónicos autodenominados “Los Alberros” y “Los Halcones”, quienes poseen una histórica rivalidad, se enfrentaron violentamente en la vía pública y el saldo fue de tres personas heridas.

Si bien se desconoce el motivo de este nuevo hecho, los habitantes del lugar mencionaron que, “generalmente, estas patotas se juntan -cada grupo por su cuenta- a ingerir bebidas alcohólicas y minutos después salen en busca de sus enemigos”.

Los vecinos indicaron que fueron 15 minutos los de mayor tensión, desde que se inició la batalla campal y hasta que llegó la Policía.

Las víctimas se mostraron molestas por la demora del accionar de los efectivos y dijeron: “No es posible que los policías se hagan presente recién 15 minutos después de que haya comenzado la pelea. De casualidad nadie murió”.

“Con diferentes vecinos llamamos al Sistema de Emergencias 911 en reiteradas oportunidades y les suplicamos que lleguen de inmediato, pero no lo hicieron”.

Lamentablemente, fueron tres los lesionados, dos jóvenes y un hombre que momentos antes había bajado del colectivo junto a su pequeña hija y recibió una pedrada en la cabeza, por lo que debió ser asistido por una ambulancia.

“Menos mal que estos delincuentes se apedrean, pero el día que alguien saque una pistola y una bala impacte en otra persona, esto va a ser una carnicería”, aseguró uno de los denunciantes.

El temor de los vecinos no cesa, debido a que las peleas suelen desarrollarse con frecuencia “y la primera víctima fatal está al caer”, dijeron.

Un desenlace anunciado

En octubre del año pasado, El Tibuno publicó una nota sobre otra feroz pelea entre las mencionadas patotas que si bien no terminó con lesionados de gravedad, sí se registraron daños materiales.

El hecho ocurrió el viernes 19, cuando los vándalos se enfrentaron en las mismas calles, ocasionando rotura de vidrios de automóviles y las ventanas de los inmuebles.

Sin embargo, lo más grave de esa situación fue que una bala impactó en el portón de la casa de uno de los vecinos y ésta podría haber herido a un menor que estaba viendo televisión en el interior de su morada.

Por ese motivo, ocho vecinos radicaron sendas denuncias en la Comisaría 8.

Fuentes policiales explicaron más tarde que cada vez que concurren al lugar, los efectivos también son atacados con objetos contundentes, incluso los vidrios de un móvil del 911 fueron destrozados.

La respuesta policial

Al ser consultados sobre el accionar del Sistema de Emergencias 911, que en algunas oportunidades concurre después de los incidentes, los efectivos aseguraron a El Tribuno que “en muchas ocasiones depende del cuadrante asignado, que es muy amplio. Tras recibir las denuncias, los uniformados que patrullan por las diferentes zonas coordinan para llegar lo antes posible al lugar del conflicto y por eso a veces se registran demoras”, dijeron.

 “Soportar la diferencia”
 

“La existencia de las patotas o grupos antagónicos es un problema no solo de Salta, está ocurriendo en todo el país. No está vinculado necesariamente a las drogas, sí, en cambio y fundamentalmente con la intolerancia hacia todo lo diferente”. En pocas palabras, la psicóloga y directora del Centro Freud, Alejandra Borla, describió el funcionamiento de las patotas. En Salta, según un informe de la Policía, son 500 los grupos antagónicos.
“Los jóvenes viven en un contexto social, político, cultural y familiar, donde están bajo un bombardeo de información y actitudes que no soportan lo diferente. Y eso diferente abarca desde el barrio, el equipo de fútbol y hasta la música”, añadió.
La profesional consideró como un punto de partida para el análisis y abordaje de esta problemática social saber el “porqué de la necesidad de generar antagonismos que terminan en la violencia, cuando en realidad soportando que alguien sea diferente viviríamos mejor”.
Descartó, además, que las diferencias que surgen entre las patotas se deban al narcotráfico y cuestiones económicas o de clase. “Hay un descontento general que los chicos manifiestan”, concluyó.

Quedó atrapado en el combate de vándalos
 

Uno de los hechos más violentos que se registraron entre patotas tuvo lugar el domingo pasado, a las 19.40, en la localidad de San José de Metán. En esa ciudad ubicada en el sur salteño, un niño de tan solo 4 años debió ser derivado a esta capital tras recibir una pedrada.
El suceso ocurrió en la intersección de calles Combate Las Piedras y Corrientes, de la mencionada ciudad, mientras el menor jugaba inocentemente a pocos metros de donde se producía un violento enfrentamiento entre dos grupos de jóvenes.
En el transcurso de la pelea, uno de los inadaptados arrojó una piedra que impactó en la cabeza de la víctima, por lo que tuvo que ser trasladada de urgencia hacia el Hospital de Niños de esta capital, donde le diagnosticaron fractura de cráneo.
El menor quedó internado en el mencionado centro médico y su estado de salud está mejorando
Por su parte, los efectivos de Metán detuvieron a dos de los causantes del hecho, y si bien sus identidades no fueron dadas a conocer, se supo que tienen entre 22 y 25 años. No se descarta que se lleven a cabo otras detenciones.
 

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