¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

14 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Un escenario desafiante para las economías regionales

Sabado, 11 de mayo de 2013 23:02

DANTE SICA, EXSECRETARIO DE INDUSTRIA Y MINERIA DE LA NACION Y DIRECTOR DE ABECEB.COM

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

DANTE SICA, EXSECRETARIO DE INDUSTRIA Y MINERIA DE LA NACION Y DIRECTOR DE ABECEB.COM

x

Desde hace ya varios meses la economía argentina muestra, en el mejor de los casos, un crecimiento muy débil. De acuerdo a nuestros cálculos, el PBI real habría crecido alrededor de 1,0% en 2012, y los primeros meses de este año no muestran una performance muy por encima de esta cifra aún cuando habrían subido un pequeño escalón.

Las restricciones externa y fiscal que estuvieron ausentes en las etapas anteriores de las administraciones kirchneristas hoy han vuelto al centro de la escena. Y este 2013, que hace apenas unos meses parecía que iba a dar algún respiro en ambos frentes otorgando más margen de acción, ha comenzado a dar señales de que se parece bastante al año pasado.

Son varios los factores detrás de esta performance débil de la economía doméstica. Si bien en este conjunto también se pueden incluir algunos propios del contexto externo, sin dudas el grueso corresponde a cuestiones locales. El listado es amplio, y crece sin prisa (aunque a veces también con prisa) y sin pausa. Pero entre todos los problemas de las empresas hoy sobresale el tema de la pérdida de competitividad y el de la incertidumbre macroeconómica, que se reflejan día a día en la evolución del tipo de cambio paralelo y la inflación, y en un virtual parate de la inversión.

La presión sobre las empresas en materia de competitividad tiene mucho que ver con la combinación de una tasa de inflación elevada y tipo de cambio cuasi-fijo como medida para anclar expectativas por varios años. El atraso cambiario fue el resultado obvio de este esquema, y ningún esfuerzo en los últimos meses ha sido suficiente para torcer la historia. Un escenario que se complica aún más cuando la inversión es escasa o nula, algo que se ha convertido en la norma en los últimos meses.

Y que no es más que un círculo vicioso, ya que gran parte de la inversión en la mayoría de las empresas argentinas en los últimos años se ha financiado con caja propia producto de la rentabilidad. Con menores márgenes por aumento de costos de todo tipo, la capacidad para invertir se reduce con fuerza. Y aquí no terminan los problemas, porque a este panorama se suma la incertidumbre y la volatilidad del contexto en el que las compañías deben tomar decisiones. Esta situación es un factor común en materia productiva. Sin embargo, a nivel sectorial existen heterogeneidades no despreciables según el grado de exposición. En este marco, los sectores que se encuentran en una posición comparativa más desfavorable son las economías regionales. En estos casos, las posibilidades de traslado a precios del incremento en los costos resultan más limitadas, lo que los ha conducido a una pérdida notable en materia de competitividad, en especial aquellos con inserción en mercados externos. Mientras que, si bien a nivel interno la situación no es tan negativa y se mantiene como una buena opción, la existencia de consumos per cápita en niveles récord en algunos ítems y de controles gubernamentales también hace difícil el incremento de precios.

Salta no ha sido la excepción a la regla. La provincia, a pesar de su diversidad productiva, se ha visto impactada por esta situación. Sectores clave para la economía salteña como turismo, tabaco y azúcar se han enfrentado a la pérdida de competitividad por aumento de costos. Y, en los últimos dos casos, además a un mercado doméstico dinámico pero con consumos per cápita estables e incluso en caída. Si bien se espera en ambos casos una mejora en materia productiva para esta campaña por cuestiones climáticas, el escenario en materia de rentabilidad no se vería modificado en la misma medida. En el caso del azúcar, la buena noticia está relacionada con el bioetanol, que se ha convertido en una buena salida para estos problemas. Sin embargo, aún no ha logrado la escala suficiente como para convertirse en la solución a todos los problemas.

Por el lado de otros sectores clave para la economía salteña como la minería no metalífera y la extracción e industrialización hidrocarburífera, además de las cuestiones de competitividad se suman otros temas asociados a la volatilidad macroeconómica. El caso Vale y su abandono del proyecto de Río Colorado ha puesto en evidencia cuestiones no sólo de costos sino también de incertidumbre normativa como la restricción para la remisión de utilidades al exterior o de estabilidad del marco tributario a nivel nacional y provincial.

Por el momento, ninguna de estas cuestiones ha impedido el normal desenvolvimiento de los proyectos en marcha y de las inversiones anunciadas en los últimos meses (por un total aproximado de US$ 675 millones de acuerdo a nuestro relevamiento regional). Pero lo sucedido en Mendoza es un precedente que obliga a estar muy atentos a lo que pueda suceder.

Temas de la nota

PUBLICIDAD