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Carmen Dorao: ?Todavía se dice ?down? como un insulto?

Martes, 14 de mayo de 2013 23:00

En Salta, el Centro de Estimulación Temprana y Educación Especial para Niños con Síndrome de Down “Azucena Barbarán Alvarado”, es pionero en la provincia sobre educación especial. Allí, actualmente, asisten unos 60 alumnos de entre 3 meses y 7 años de edad. La directora de la institución, Carmen Dorao, dialogó sobre el abordaje educativo para chicos con esta discapacidad.

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En Salta, el Centro de Estimulación Temprana y Educación Especial para Niños con Síndrome de Down “Azucena Barbarán Alvarado”, es pionero en la provincia sobre educación especial. Allí, actualmente, asisten unos 60 alumnos de entre 3 meses y 7 años de edad. La directora de la institución, Carmen Dorao, dialogó sobre el abordaje educativo para chicos con esta discapacidad.

¿Cómo es el abordaje educativo en niños con Síndrome de Down?

Implica un fuerte compromiso mancomunado entre institución y familia. Eso es lo primero. Educar a un niño con Síndrome de Down es considerar sus fortalezas, partir de lo que ellos pueden hacer sin desconocer sus limitaciones y procurarles todo lo que pueden aprender, fundamentalmente en entornos lo más naturales posibles. Hoy estamos ante un nuevo paradigma en lo que refiere a educación especial porque antes nos decían que las aulas debían estar desprovistas de todo tipo de objetos que puedan desviarle la atención a los chicos, hoy lo que queremos, precisamente, es que estén acostumbrados a focalizar la atención en aspectos que uno les va enseñando.

En ese sentido es muy importante la estimulación temprana...

Sí, porque estos niños nacen con algunas limitaciones, principalmente desde lo cognitivo. Hay que acercarles toda la estimulación desde un abordaje totalmente integral desde la familia y los profesionales. Hay que estimularles el lenguaje, el desarrollo motriz, el desarrollo psíquico y fortalecer también a la familia en la aceptación de estos chicos, dándole herramientas para que puedan manejar situaciones que se les plantean en el proceso de crecimiento del niño. Muchos chicos con Síndrome de Down demoran un poco más en aprender a caminar y hablar y eso a veces afecta emocionalmente a los papás.

¿Hay realmente mucha diferencia con chicos que no fueron estimulados desde pequeños?

Sí. Hoy debemos mirar a estas personas no como propietarias de una limitación, sino desde lo que hace el entorno para que esa limitación no los limite más.

La palabra discapacidad, para algunos, es una mala palabra. En cambio le llaman “capacidades diferentes”. ¿Qué opina usted de esto?

A mí me hace mucho ruido el concepto de “capacidades diferentes” o “capacidades especiales”. Creo que capacidades diferentes tenemos todos, los que tienen Síndrome de Down y los que no; especiales somos todos, desde el amor, desde el afecto... A los niños que tienen este síndrome se los debe llamar personas con discapacidad. Los chicos con Síndrome de Down tienen una discapacidad principalmente intelectual. La cuestión es qué hago yo con esa discapacidad como miembro de la comunidad, cómo los ayudo.

¿Todavía se discrimina a las personas con Síndrome de Down?

Han habido cambios positivos, se ha avanzado, pero muy despacito. Donde nosotros vemos que se dan muchas situaciones de falta de sensibilización y concientización es en las escuelas en las que de a poco se están integrando niños con Síndrome de Down. Ocurre que en muchas instituciones no quieren recibir a estos chicos, aún cuando esto está contemplado por ley. Todavía se utiliza la palabra “down” como un insulto.

Hablaba antes de inclusión en las escuelas. También hay una ley que contempla la inclusión de personas discapacitadas en empleos... ¿Es efectivo en Salta?

Esa es una ley muy vieja que no se cumple del todo. Lo que hoy se requiere en forma urgente son políticas públicas de articulación entre los distintos sectores del Gobierno que lleven a una atención integral de la persona. Alguien que tiene una discapacidad necesita que se le garantice educación, desarrollo social, salud, trabajo, tiempo libre y recreación con políticas articuladas y sostenidas en el tiempo y cimentar esto en el apoyo que necesitan para darles una mejor calidad de vida.

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