Se anunció días pasados una medida económica que tuvo fuerte impacto en la sociedad y que apunta a modificar ciertas variables económicas en curso. El blanqueo de capitales anunciado se puede explicar como la posibilidad que dará el Gobierno nacional de ingresar dólares no declarados por personas y empresas al circuito financiero argentino formal, depositándolos en los bancos y obteniendo un bono a cambio.
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Se anunció días pasados una medida económica que tuvo fuerte impacto en la sociedad y que apunta a modificar ciertas variables económicas en curso. El blanqueo de capitales anunciado se puede explicar como la posibilidad que dará el Gobierno nacional de ingresar dólares no declarados por personas y empresas al circuito financiero argentino formal, depositándolos en los bancos y obteniendo un bono a cambio.
Esta medida (blanqueo impositivo) se utiliza principalmente luego de recesiones en la economía donde los contribuyentes o empresas dejaron de pagar sus impuestos como forma de evitar cerrar sus puertas o desaparecer directamente. Cuando las cosas empiezan a estar mejor, y para motorizar la actividad económica, se puede plantear una medida de blanqueo impositivo o de capitales.
En el caso argentino, por los dólares que se ingresen se puede optar por recibir básicamente uno de dos certificados. El Certificado de Desarrollo Inmobiliario (Cedin), y el Bono Argentino de Ahorro para el Desarrollo Económico (Baade).
El Baade es un bono en dólares con un interés del 2% semestral e incluye una versión pagaré. Los fondos que ingresen por este bono serán aplicados a inversiones de infraestructura, por ejemplo YPF. El Cedin es un certificado en dólares para el desarrollo inmobiliario y puede ser aplicado a operaciones inmobiliarias y de construcción. En ambos casos se espera crear un mercado secundario para estos títulos que potencien su atractivo mediante una mayor liquidez.
El Gobierno apunta lograr tres objetivos que son:
1. Recomponer las reservas, que están en el orden de los US$ 39 mil millones,
2. Incentivar el mercado inmobiliario y la construcción que están bastante caídos desde las restricciones en el mercado cambiario y que tienen un peso muy fuerte en la economía.
3. Descomprimir el mercado informal de dólares (blue) generando una alternativa de ahorro que se negocie en pesos pero que a su vencimiento se cobre en dólares.
Para lograr esto, el Gobierno ofrece que todos aquellos que poseen dólares no declarados impositivamente los incorporen al circuito financiero formal sin tener que pagar multas por haberlos omitido y no pagando impuestos hasta el próximo año. Adicionalmente en el caso de los Cedin, que los utilicen para comprar inmuebles, para comprar materiales para la construcción y como moneda de cambio dado que son transferibles ilimitadamente.
Un aspecto a tener en cuenta es la posibilidad de que aquellos que tienen pesos argentinos no declarados se vuelquen masivamente al mercado blue del dólar a comprar dólares para entrar en el blanqueo. Esto podría presionar al alza el dólar blue logrando justamente el efecto inverso al que se busca originalmente.
Es positivo que se haya reconocido como problema la falta de dólares en la economía y que se tomen medidas para solucionarlo, que no son solamente restrictivas (prohibir la compra de dólares) sino políticas activas para la economía. Pero todavía no está claro si funcionará dado que esta medida ha sido recibida con mucha cautela y con muchas dudas. Además, es fundamental que la población tenga confianza en el Gobierno para que la misma tenga éxito.
Por último, y muy importante, siempre se abre una herida en la cultura impositiva en particular y en la sociedad en general cuando se premia al que evade, permitiéndole blanquear sus capitales mientras que se presiona constantemente al que cumple con todas sus obligaciones.
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