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El Norte en situación terminal por la peor sequía en 70 años

Miércoles, 15 de mayo de 2013 12:00

“Es la peor sequía en 70 años”, le dijo el intendente de Tartagal, Sergio Leavy, a El Tribuno. “Se me están muriendo las vacas”, suplicó el empresario agrícola ganadero de Morillo, Fernando Censi, agobiado también por todo tipo de conflictos sociales que impiden la concreción de cualquier emprendimiento productivo en la zona. “Es el segundo año consecutivo de sequía, pero esta cosecha fue peor que todo lo que se conocía”, graficó desde Joaquín V. González, el productor sojero Fernando Sastre. “Por primera vez, en este ciclo económico tuve que despedir a 20 empleados y este mes serán 20 más. A todos nos está pasando lo mismo y es desgarrador. Siento mucha impotencia”, dijo un finquero del Norte, que siembra 17.500 hectáreas, entre soja y poroto. Todo esto indica una sola cosa: preocupación. La gallina de los huevos de oro está secuestrada, el motor de la producción de Salta atraviesa una tempestad que dejó pérdidas históricas y amenaza la estabilidad laboral de miles de trabajadores.
El campo es una de las principales fuentes de ingreso de Salta. Pichanal es un ejemplo muy gráfico de esa realidad. En 2008 aportó en retenciones a la soja, el equivalente a por lo menos 20 presupuestos anuales del municipio en esa época. Pero este es un mal año. Ya tenían que soportar una serie de medidas muy perjudiciales, donde el Estado, en vez de transformarse en socio del que arriesga capital y genera el empleo que él no puede, se volvió un enemigo, un perseguidor, una máquina de impedir.
En Salta, nos separan 1.300 kilómetros del puerto de Rosario, pero no hay tren y solo se puede transportar la producción en camiones, lo que hace muy caro el flete, superior al 20% del total de lo que se produce, sobre todo en maíz, que puede llegar al 40%. Según la Sociedad Rural Argentina(SRA), el Estado adeuda a productores salteños unos $800 millones por la falta de devolución del IVA, que debería hacerse en 60 días pero que demora un año.
“La distancia te mata de ida y de vuelta. Para llevar la producción a Rosario es muy caro y todos los repuestos están en el Sur. Eso tiene un costo. Las retenciones en la soja son del 35% puesta en Rosario. Son cerca de $1700 la tonelada, pero gasto $350 de transporte, es decir, más del 20%”, le dijo a El Tribuno un productor que tuvo que despedir 20 empleados. Pero eso no es todo. Por segundo año consecutivo la sequía. Según el intendente de Tartagal es la temporada con menos lluvias en los últimos 70 años. Según el presidente de la SRA, “los daños se cuantifican en por lo menos $ 3.000 millones”. El tipo de cambio resulta un obstáculo para el empresario del campo. El dólar oficial a $5.20, si se descuentan las retenciones se traduce en unos angustiantes $3.35, en los bolsillos del productor de Salta.
Para tener una idea, en los departamentos de Orán y San Martín, cada hectárea de soja producía 2800 kilos, mientras que en esta cosecha, los productores de la zona estiman que el rinde de apenas será de 500 kilos. En la zona, entre poroto blanco y poroto negro hay cerca de 120 mil hectáreas sembradas. En esos departamentos, muchos lotes no se cosecharán, pero en donde se coseche, el rinde no pasará de 200 o 300 kilos, mientras que lo normal son 1200 a 1300 kilos por hectárea. En cuanto al maíz, en cambio, en una cosecha típica se sacan 6.500 kilos, pero hoy no llegarían a obtener ni 2.500 kilos. “Si nos cae una helada, no sacaremos absolutamente nada y si sucede un milagro, no pasaremos de los 350 kilos por hectárea”, dijo el productor que prefirió no identificarse para evitar ‘la caza de brujas impositiva‘. La gallina de los huevos está aleteando, pero en plena tempestad.
 

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“Es la peor sequía en 70 años”, le dijo el intendente de Tartagal, Sergio Leavy, a El Tribuno. “Se me están muriendo las vacas”, suplicó el empresario agrícola ganadero de Morillo, Fernando Censi, agobiado también por todo tipo de conflictos sociales que impiden la concreción de cualquier emprendimiento productivo en la zona. “Es el segundo año consecutivo de sequía, pero esta cosecha fue peor que todo lo que se conocía”, graficó desde Joaquín V. González, el productor sojero Fernando Sastre. “Por primera vez, en este ciclo económico tuve que despedir a 20 empleados y este mes serán 20 más. A todos nos está pasando lo mismo y es desgarrador. Siento mucha impotencia”, dijo un finquero del Norte, que siembra 17.500 hectáreas, entre soja y poroto. Todo esto indica una sola cosa: preocupación. La gallina de los huevos de oro está secuestrada, el motor de la producción de Salta atraviesa una tempestad que dejó pérdidas históricas y amenaza la estabilidad laboral de miles de trabajadores.
El campo es una de las principales fuentes de ingreso de Salta. Pichanal es un ejemplo muy gráfico de esa realidad. En 2008 aportó en retenciones a la soja, el equivalente a por lo menos 20 presupuestos anuales del municipio en esa época. Pero este es un mal año. Ya tenían que soportar una serie de medidas muy perjudiciales, donde el Estado, en vez de transformarse en socio del que arriesga capital y genera el empleo que él no puede, se volvió un enemigo, un perseguidor, una máquina de impedir.
En Salta, nos separan 1.300 kilómetros del puerto de Rosario, pero no hay tren y solo se puede transportar la producción en camiones, lo que hace muy caro el flete, superior al 20% del total de lo que se produce, sobre todo en maíz, que puede llegar al 40%. Según la Sociedad Rural Argentina(SRA), el Estado adeuda a productores salteños unos $800 millones por la falta de devolución del IVA, que debería hacerse en 60 días pero que demora un año.
“La distancia te mata de ida y de vuelta. Para llevar la producción a Rosario es muy caro y todos los repuestos están en el Sur. Eso tiene un costo. Las retenciones en la soja son del 35% puesta en Rosario. Son cerca de $1700 la tonelada, pero gasto $350 de transporte, es decir, más del 20%”, le dijo a El Tribuno un productor que tuvo que despedir 20 empleados. Pero eso no es todo. Por segundo año consecutivo la sequía. Según el intendente de Tartagal es la temporada con menos lluvias en los últimos 70 años. Según el presidente de la SRA, “los daños se cuantifican en por lo menos $ 3.000 millones”. El tipo de cambio resulta un obstáculo para el empresario del campo. El dólar oficial a $5.20, si se descuentan las retenciones se traduce en unos angustiantes $3.35, en los bolsillos del productor de Salta.
Para tener una idea, en los departamentos de Orán y San Martín, cada hectárea de soja producía 2800 kilos, mientras que en esta cosecha, los productores de la zona estiman que el rinde de apenas será de 500 kilos. En la zona, entre poroto blanco y poroto negro hay cerca de 120 mil hectáreas sembradas. En esos departamentos, muchos lotes no se cosecharán, pero en donde se coseche, el rinde no pasará de 200 o 300 kilos, mientras que lo normal son 1200 a 1300 kilos por hectárea. En cuanto al maíz, en cambio, en una cosecha típica se sacan 6.500 kilos, pero hoy no llegarían a obtener ni 2.500 kilos. “Si nos cae una helada, no sacaremos absolutamente nada y si sucede un milagro, no pasaremos de los 350 kilos por hectárea”, dijo el productor que prefirió no identificarse para evitar ‘la caza de brujas impositiva‘. La gallina de los huevos está aleteando, pero en plena tempestad.
 

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