¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

16 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Crecimiento a tasas chinas, pero con desigualdades

Viernes, 24 de mayo de 2013 21:50

“Estamos saliendo del infierno” fue una frase que el kirchnerismo la repitió, por lo menos, cinco años después de haber asumido el poder en 2003. Esta década tuvo muchas cosas en materia económica: se creció a tasas chinas, se crearon millones de fuentes de trabajo, se bajó la pobreza, pero se dejó desbordar la inflación y el tipo de cambio. Pero hay una gran materia pendiente: conseguir una mejor distribución de la riqueza.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

“Estamos saliendo del infierno” fue una frase que el kirchnerismo la repitió, por lo menos, cinco años después de haber asumido el poder en 2003. Esta década tuvo muchas cosas en materia económica: se creció a tasas chinas, se crearon millones de fuentes de trabajo, se bajó la pobreza, pero se dejó desbordar la inflación y el tipo de cambio. Pero hay una gran materia pendiente: conseguir una mejor distribución de la riqueza.

Deuda externa

En 2001, Argentina además de sortear una dura crisis, económica, política y social tuvo que sosportar el anuncio de un cese de pago a los organismos internacionales, que anunció el entonces presidente Adolfo Rodríguez Saa.

Ese contexto de endeudamiento: se llegó a deber el 166 por ciento del PBI nacional, mientras que en la actualidad es de 41.

El 15 de diciembre de 2005, siendo Néstor Kirchner presidente y Roberto Lavagna su ministro de Economía, se anunció el pago de la deuda externa de un solo pago y con reservas del Banco Central. Lo novedoso fue que la reestructuración de la deuda fue con una quita del 75%. Argentina desembolsó 9.800 millones de dólares, de los 81.800 que se debían. El primer canje tuvo una adhesión de 76,15%.

En 2010, en tanto, se reabrió el canje y se hizo una nueva oferta que elevó el nivel de adhesión al 93 por ciento, y de esa manera la quita global superó los 48 mil millones de dólares.

El resto de esa deuda que no ingresó a la operación quedó, en su mayoría, en manos de los fondos buitre (alrededor de 11 mil millones de dólares), con quienes el Gobierno inició una dura batalla: embargos de cuentas argentinas en el exterior, secuestro de la Fragata Libertad y una puja legal en los tribunales de Nueva York, que aun perdura y está próximo a salir el fallo.

En 2008, Cristina Kirchner firmó un decreto para pagar también de contado y con reservas, los casi 9.000 millones de dólares de dólares que la Argentina le adeuda al Club de París, pero nunca se efectivizó.

Crecimiento económico, pobreza y Asignación Universal

Cuando uno llega al fondo tiene dos posibilidades: o se queda estancado o bien pega un salto y sale a la superficie con fuerza. Esta década tuvo una economía que fue de tener crecimientos a tasas chinas, hasta llegar a tiempos de recesión.

Durante la década 2003-2013 el Producto Bruto aumentó 90%, en lo que constituyó uno de los dos períodos de mayor crecimiento en la historia, aunque la comparación se realice con la crisis 2001/2002, el hundimiento económico y social más profundo.

Buena parte de ese crecimiento se explica por una política de dólar competitivo y extraordinario boom mundial de los commodities -encabezados por la soja y la demanda récord desde China-.

Néstor Kirchner profundizó la política de dólar alto, exportaciones récords y superávit fiscal gemelos (fiscal y comercial). Desde 2003 a 2007, el gobierno acertó en impulsar la demanda y recalentar el mercado interno, y se alcanzó una tasa de crecimiento promedio anual del 8,9%, lo que se denominó tasas chinas‘, con una inflación mucho más razonable que la actual, del 7,1 por ciento.

A partir del 2007, con la asunción de Cristina Fernández en el marco de una estrategia de alternancia que quedó trunca con la muerte de Kirchner en el 2010, aparecieron algunos semáforos alertando sobre ciertos desajustes en el modelo.

Desde el triunfo de Cristina en 2011, la economía comenzó a mostrar fisuras, ya que no se hicieron muchos cambios en la materia y el modelo comenzó a resentirse y la inflación y el dólar están imparables.

La pobreza

La pobreza en esta década experimentó una gran baja: en 2003 se encontraba en el 48% y con casi 20 millones de argentinos bajo la linea de la pobreza y en 2013 la pobreza alcanzó a apenas el 5,4% de los habitantes. Los indigentes, en tanto, llegan al 1,5%. Siempre teniendo en cuenta que son cifras manejadas por el polémico Indec.

Asignación Universal

La mitad de los niños, niñas y adolescentes cubiertos por la Asignación Universal por Hijo (AUH), medida implementada a partir de 2009, no habían recibido nunca antes ayuda social en forma de transferencia de dinero por parte del Estado; dicho de otro modo: entre asignaciones familiares y otro tipo de ayuda social en 1997 el sector público llegaba al 37 por ciento de los niños y ahora la cobertura es del 86 por ciento.

La AUH, implementada en octubre de 2009 a través del Decreto 1602/09 se convirtió en poco tiempo en una de las medidas de mayor impacto social en la década de gestión kirchnerista.

Alcanza a menores de 18 años cuyos padres cobran salarios inferiores al mínimo establecido o tienen empleos precarios, recibían otro tipo de programas sociales o están bajo el régimen de empleo doméstico.

El beneficio consiste en el pago mensual -que pasará de $340 a $460 a partir del mes próximo- para niños menores de 18 años y de $1200 para chicos discapacitados sin límite de edad.

En su evaluación, la CEPAL señaló que "actualmente, la cantidad de beneficiarios de este programa alcanza de forma estimada los 3.670.000 niños, niñas y adolescentes, equivalente a 1,8 millones de hogares distribuidos por todo el país".

PUBLICIDAD