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Denuncian anomalías en el hospital Ragone

Jueves, 30 de mayo de 2013 12:11

Celina Amoedo es la mamá de un hombre de 37 años que padece bipolaridad. La mujer denuncia que tras meses de que su hijo recibiera atención en el hospital Miguel Ragone, le tocó vivir un lamentable episodio: el médico Alejandro Abelenda le comunicó que no atendería más a su hijo, que él ya no era su paciente, luego de que ella le solicitara una visita ambulatoria porque el hombre no se sentía bien.

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Celina Amoedo es la mamá de un hombre de 37 años que padece bipolaridad. La mujer denuncia que tras meses de que su hijo recibiera atención en el hospital Miguel Ragone, le tocó vivir un lamentable episodio: el médico Alejandro Abelenda le comunicó que no atendería más a su hijo, que él ya no era su paciente, luego de que ella le solicitara una visita ambulatoria porque el hombre no se sentía bien.

Acto seguido le dijo que solo lo atendería si le pagaba $1.000, que esa es la suma que él cobraba por atender a domicilio. La mujer les comunicó esto a las autoridades del nosocomio.

Richard Maciel Cornejo, quien en este momento está a cargo del hospital en tanto que el gerente José Quiroga está de licencia, dijo a El Tribuno que ya se envió un informe a Asesoría Legal del Ministerio de Salud para que se inicie un sumario de esclarecimiento sobre esta situación.

“Es un dolor en el alma lo que uno siente cuando ve que un hijo sufre y encima pasan estas cosas. Esto pasa porque no hay control y porque la gente que es víctima de situaciones como esta no las denuncia”, dijo Celina, quien además comentó que su hijo comenzará a atenderse en otro centro médico.

Hay buena atención

Maciel Cornejo, por su parte, dijo que todos los pacientes reciben una buena atención. “Invitaría a la gente a que venga y vea cómo funciona el hospital, es la única forma de conocer cómo es nuestro trabajo y cómo es la atención que se les brinda aquí a los pacientes”, concluyó.

Celina dice que esta situación “no va a caer en saco roto. Creo que si Dios me manda esto es porque tengo la valentía de ser la voz de muchas madres o familiares que no se animan a denunciar este tipo de situaciones”, dijo Celina.

Al final de la carta de lectores a El Tribuno por la que conocimos su historia, la mujer resumía:

“Nunca se metan con una madre herida”. Que esto no vuelva a pasar es lo que hoy más le preocupa.

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