El economista Martín Lousteau, invitado a Salta hizo una serie de precisiones sobre el actual panorama económico argentino.
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El economista Martín Lousteau, invitado a Salta hizo una serie de precisiones sobre el actual panorama económico argentino.
Lousteau señaló que “ me da tristeza ver cómo en Argentina se pierde el tiempo discutiendo los problemas viejos que ya deberíamos haber superado”.
Invitado por el Instituto Lebensohn a través de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Salta, abordó distintos tópicos críticos y esenciales de la micro y macroeconomía nacional.
Primero con los periodistas señaló una serie de obstáculos para el desarrollo.
Lousteau sostuvo que “se debe corregir el déficit fiscal, la inflación, el mal gasto del sector privado por medio de los subsidios y analizar el actual consumo que va a terminar agotándose en sí mismo”.
El invitado juzgó que “ese consumo es superfluo” y remarcó una contradicción: “en la región latinoamericana hubo mucho ingreso de dólares y, de golpe, existe ese dinero en Argentina pero aquí lo aprovecharon para gastar en subsidios”.
Uno de los temas coyunturales como la inflación, fue tomado por Lousteau con ejemplos sencillos para ser explicado. Indicó que “hay mucha desconfianza en la gente por la inflación, y se lo nota en los bares, en los taxis y en otras partes, pero siempre la gente está en una actitud defensiva frente a la economía. Hoy los argentinos se pasan pensando todo el día que hacer para no perder lo conseguido”.
En ese sentido, hizo una observación: “En Argentina no hay un progreso continuo porque aquí prevalece lo que los economistas llaman “la magia del interés compuesto”; si crecemos vamos a tener otro país y no deber ser por medio de atajos ni rutas mágicas”.
Lousteau acotó: “los problemas viejos que me dan pena son la inflación, el dólar, el desempleo y otros. Si hubiéramos hecho bien las cosas no estaríamos aún discutiendo esas antigedades. Lo moderno que debería debatirse es cómo usar la tecnología, qué integración queremos, qué política de inmigración vamos a hacer, en fin, lo que nos permite ubicarnos en el futuro”.
En la disertación frente a estudiantes y académicos de la Unsa. Lousteau desarrolló una serie de argumentos analíticos para situar a la audiencia en los problemas que afronta la economía argentina.
En el contexto del análisis no faltaron las crisis argentina. Ubicó que desde 1975 hay una crisis con nombre y apellido cada cinco años, por ejemplo “rodrigazo”, tablita, plan Austral, plan Primavera, etc.
En el modo de desarrollarse esas crisis, aparecen, a criterio de Lousteau, el problema de la volatilidad. Afirmó que la “historia económica argentina se caracteriza por sus amplio vaivenes. Así es que desde 1900 se dio una recesión cada tres años; solo cuatro veces se pudo crecer en cuatro seguidos a más del 4% o en los últimos veinticinco años, se dieron diez recesiones con una pérdida acumulada del 42% del producto bruto interno”.
Para tomar la gravedad de los hechos económicos recesivos, se ponderó que la situación crea 330 mil desempleados, más de 2.200.000 pobres y más de 10% de desigualdad.
Lousteau es ampliamente conocido por el público que lo acompañó en su charla.
Como autor, publicó varios libros pero los más receptados fueron “Economía 3D: una nueva dimensión para tus preguntas de siempre (Ediciones Sudamericana, 2011) y “Otra vuelta a la economía” en coautoría con Sebastián Campanario (Sudamericana, 2012).
Este obra compartida de Lousteau ha sido consagrada por la crítica por su sentido docente escrito en un tono ameno y ligero, aunque propone contenidos para pensar. Se orienta a aplicar la economía a la vida cotidiana y a los problemas más trascendentes de la gente.