A días para que el cajero tenga plata. Es el momento, ya! La billetera está en penurias. Ese deseo explosivo minimiza la escasez de billetes. Otra vez, la tarjeta de crédito. Se libera ese placer compartido, la cama, el hidromasaje. En los hoteles alojamiento transitorios, bautizados popularmente como “telos”, el enfriamiento económico no pasa desapercibido. Sin embargo, los administradores sostienen que más personas recurren al “plástico bancario” para dar rienda suelta a un encuentro íntimo.
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A días para que el cajero tenga plata. Es el momento, ya! La billetera está en penurias. Ese deseo explosivo minimiza la escasez de billetes. Otra vez, la tarjeta de crédito. Se libera ese placer compartido, la cama, el hidromasaje. En los hoteles alojamiento transitorios, bautizados popularmente como “telos”, el enfriamiento económico no pasa desapercibido. Sin embargo, los administradores sostienen que más personas recurren al “plástico bancario” para dar rienda suelta a un encuentro íntimo.
¿Cómo darse un gusto a fin de mes? ¿Cómo no resignar esos apetitos, desde los íntimos hasta los sociales, en medio de la inflación? ¿Cómo asegurar el pago mensual del gimnasio, la visita a la peluquería o un spa? La respuesta queda a la vista. Cada vez más rubros del comercio y de los servicios instalan el posnet en el mostrador.
En varios alojamientos transitorios comentaron que este año la demanda viene en bajada. En otros, la actividad sigue estable. Todos coincidieron en que el pago con plástico avanza. Una habitación simple, por dos horas, está entre 100 y 200. Mientras que alguna temática o con hidromasaje demanda más de $200.
“Entre el 23 y 25 de cada mes decae bastante, pero los fines de semana se levanta, sobre todo con la ayuda de la tarjeta, aunque este año tenemos un 40% menos de clientes”, dijo un encargado de un motel de la ruta provincial 26, Camino a La Isla.
En otro “albergue” céntrico señalaron que no aceptan débito ni crédito, “No les conviene a aquellos que andan en aventura. Prefieren abonar con plata”, dijo una mujer a cargo de la atención.
Ropa
La inflación no desaparece y menosprecia hasta el billete de $100. Una desaceleración económica y el avance de la bancarización crean un escenario para el pago en cuotas o para que llegue de una sola vez, pero cuando el resumen aparezca bajo la puerta.
Tecnología, recreación, salir a comer, una película en el cine, la peluquería, los libros y los “chiches” para el auto se concretan sin un peso en el acto, tan solo con la tarjeta de crédito.
Aunque las prendas de vestir resultan de primera necesidad, pagar un poco más por marca, calidad y diseño entra en un segundo plano. Cuando los pantalones superan los $400, las cuotas resultan un trampolín para agarrarlos.
Ramón Madrazo, gerente general de Alto Noa Shopping, señaló que en algunos rubros, como calzados e indumentaria, las compras con tarjetas de crédito representan el 70%. “Históricamente la torta se repartía 50% y %50”, remarcó Madrazo.
Aunque las ventas son sensibles a la temporada, y los pocos días de fríos atropellaron el lanzamiento de la temporada otoño - invierno. El gustito de la platea femenina de comprar botas flaqueó. En un local, en la primera cuadra de peatonal Alberdi, expresaron que los calzados son de esos deseos que las mujeres no postergan demasiado. Sin embargo, esta temporada no tiene el mismo movimiento que años anteriores.
Madrazo dijo que las casas de electrodomésticos son menos susceptibles a las estaciones del año, el consumo es más regular. “Ni hablar en farmacias y supermercados, mientras que los entretenimientos tienen picos altos, como en las vacaciones”, destacó.
El placer del ejercicio está garantizado
Hacer gimnasia, para muchas personas, va más allá de una cuestión de salud o estética: lo disfrutan. Para atraer y fidelizar a los clientes, en el mundo, se puso en práctica la “membresía”, explicó Maximiliano Kripper, presidente de la Cámara de Gimnasios de Salta. El sistema consiste en ofrecerles a los fanáticos o no del gym una promoción que se inscriban por tres, seis o un año, con un descuento en la cuota. Para garantizar el cumplimiento, a veces, se recurre a la tarjeta de crédito, indicó Kripper. “En Salta, tres gimnasios grandes y de hoteles ya lo hacen”, añadió. Los salones de pesas y otras actividades aerobicas también tomaron nota del pago con tarjetas de crédito. De a poco, van sumando los posnet para que los salteños eviten ir hasta el cajero a sacar plata. Sin embargo, Kripper aclaró que este mecanismo es incipiente en el rubro.
Cigarrillos, gaseosas y tarjetas telefónicas
Antes que nada, los quiosqueros advierten que las ventas no son de las mejores. Sin embargo, hay productos que los salteños no abandonan, pese a que queda poca plata en el bolsillo o que los últimos días del mes pongan en aprietos económicos. Esos “gustitos” resultan los pedales del comercio “al paso”.
La lista es simple: cigarrillos, papas fritas, tarjetas telefónicas, sandwichs, chocolates por el frío y gaseosas, sobre todo sabor cola de primera marca. Ya no alcanzan monedas para estos productos. Los vendedores admiten que si falta alguno el ingreso decae.
Pese a que sube de precio, la gaseosa cola, de primera marca, está entre las preferencias, según el relevamiento que realizó El Tribuno.