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Cantero, de héroe a villano, del cielo al infierno

Sabado, 08 de junio de 2013 23:19

Desde que asumió la presidencia de Independiente, significó un poco de aire fresco en el ambiente de un fútbol corrompido por el accionar de dirigentes que impunemente negocian y conviven con los barrabravas.

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Desde que asumió la presidencia de Independiente, significó un poco de aire fresco en el ambiente de un fútbol corrompido por el accionar de dirigentes que impunemente negocian y conviven con los barrabravas.

Su principal objetivo, cuando se puso al frente del club de Avellaneda, tras imponerse con casi el 60% de los votos en las elecciones de diciembre de 2011, además de hacerle frente a una deuda millonaria (que dejó la anterior conducción de Julio Comparada), fue erradicar a los violentos, enquistados en la institución.

En su primer discurso como presidente, Javier Cantero aseguró que no iba a prestar más apoyo a los barras: ni dinero para viajes ni para banderas ni sueldos, como lo hacía su antecesor. La reacción del jefe de la barra brava, Pablo Alvarez, alias “Bebote”, fue acercarse al flamante titular de Independiente y presentarle su “renuncia”. Lógicamente, Cantero no pudo aceptar la dimisión de alguien que si tuvo y tiene cierto poder es solamente por el uso sistemático del “matonismo”. Un delincuente común de amplio prontuario, muy pocas luces y una patológica propensión a la violencia, que si ha logrado mover recursos y personas fue debido el apoyo de dirigentes de clubes y políticos a los que esta clase de personaje les suele ser funcional.

Como cuando desde el Gobierno lo mandaron al Mundial 2010 como “hincha vip” sólo para que las autoridades sudafricanas lo enviaran de vuelta al país.

La batalla del presidente del rojo alcanzó un momento crucial cuando 30 violentos lo fueron a buscar y a amenazar en su despacho porque les había prohibido que siguieran guardando las banderas en las instalaciones del club. Sin embargo, Cantero, que admitió haber pasado miedo, no se amedrentó ante los delincuentes. Redobló su apuesta y pidió a las autoridades que se prohibiera su ingreso al siguiente partido, contra Arsenal, a lo que los ultras liderados por Bebote respondieron lanzando piedras desde fuera del estadio.

“Son viudas de un tiempo que ya pasó, de prebendas que ya no tienen”, declaró en su momento el dirigente. Luego hubo otras reacciones violentas, como cuando hicieron suspender el partido ante Belgrano de Córdoba en 2012, lanzando bombas de estruendo al campo de juego.

No fue ni es fácil para Cantero hacerle frente a este flagelo que sigue dominando y matando al fútbol. En esta disputa que alcanzó carácter público, la gente tomó partido en las redes sociales por Cantero. #FuerzaCantero y #BastaDeBarras llegaron a ser dos de los temas más comentados en Twitter.

Los hinchas y socios de Independiente hoy respaldan públicamente a Cantero. Pero como casi todo en el fútbol argentino, la lucha contra la violencia se restringe a acciones particulares aisladas, que se resuelven de acuerdo al valor de cada persona.

Lo deportivo su karma

Así como se resalta su enorme valor para luchar contra de los violentos, también hay que señalar que en lo deportivo, Cantero cometió muchos errores. Apostó por un técnico con poca experiencia como Cristián Díaz, que fue responsable de una magra campaña y lo terminó llamando a Rubén Gallego, su entrenador preferido. Contrató refuerzos que nunca rindieron (y jugaron muy poco), como el caso de Luciano Leguizamón. “Pensé que lo más difícil iba a ser lo económico y venimos bien. No esperaba los resultados deportivos tan magros. Ver los promedios es una sensación horrible”, opinó Cantero, quien se empeñó luego en sostener al Tolo Gallego, cuando los resultados no aparecían y la relación entre el DT y el plantel ya estaba agotada. “No me gusta esconderme atrás de lo que se dice que no ligamos. Hay partidos en los que pegamos tres pelotas en el palo, no nos cobran un penal o si lo cobran no lo hacemos. Hay puntos increíble que perdimos con los cuales hoy estaríamos mas tranquilos”, se excusa al graficar la grave situación del equipo que está muy cerca de perder la categoría.

La presión que soporta sobre sus espaldas, en este momento crítico en lo deportivo que vive el rojo, lo empuja a no medir sus palabras y entró en una polémica innecesaria, al cuestionar públicamente el rendimiento de Racing, en el tan sospechado partido ante Quilmes, en el que la academia, según él, fue “para atrás”.

“De algunas cosas no se vuelve. Lo de Racing fue jugar para atrás, cobrar para perder. Eso es lamentable”, acusó. Y la respuesta no tardó en llegar. El vicepresidente racinguista, Rodolfo Molina, amenazó con denunciarlo judicialmente por injurias. “Tenemos 110 años de historia y gloria, no podemos permitir una ofensa pública de esta magnitud”, manifestó Molina, y describió a Cantero como “una persona al borde del abismo y que quiere buscar las culpas en terceros”.

Los resultados mandan y si Independiente sufre hoy ante River el descenso a la B Nacional, tal vez los hinchas descarguen su ira y su decepción contra su presidente y lo definan como el villano que manchó la historia del rey de copas, aunque gran parte de la culpa haya sido de Comparada. De ser así, ya no importará su lucha contra los barras y ni siquiera que se vistió de héroe para salvar a su “rojo querido” de las garras de los delincuentes. En este mundo futbolero tan escéptico y ambivalente, gestiones como la de Cantero se borran de un plumazo cuando la pelota no entra.

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