A pocos días de cumplir trece años, Sofía Trimarco es un nombre consolidado en las bases de la equitación nacional. No hay muchas cosas que ocupen un lugar mas importante para ella que el amor hacia el deporte y hacia los caballos.
“Desde que soy muy chiquita quise montar y estar arriba de un caballo. Nunca les tuve miedo”, le dijo a El Tribuno la amazona salteña que cada día se convence de haber elegido lo correcto. Actualmente, es uno de los diez niños del país que se encuentran preseleccionados para integrar el equipo argentino en el próximo Sudamericano Children, en Rosario de Santa Fe, en setiembre.
Todo los días, por tres horas, ella se aboca exclusivamente a estar en contacto con Obama y con Cerise, el caballo y la yegua con los que participa en los torneos en los que se presenta. Un tiempo de relax pero sobre todo de entrenamiento de técnicas para afinar cada salto.
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A pocos días de cumplir trece años, Sofía Trimarco es un nombre consolidado en las bases de la equitación nacional. No hay muchas cosas que ocupen un lugar mas importante para ella que el amor hacia el deporte y hacia los caballos.
“Desde que soy muy chiquita quise montar y estar arriba de un caballo. Nunca les tuve miedo”, le dijo a El Tribuno la amazona salteña que cada día se convence de haber elegido lo correcto. Actualmente, es uno de los diez niños del país que se encuentran preseleccionados para integrar el equipo argentino en el próximo Sudamericano Children, en Rosario de Santa Fe, en setiembre.
Todo los días, por tres horas, ella se aboca exclusivamente a estar en contacto con Obama y con Cerise, el caballo y la yegua con los que participa en los torneos en los que se presenta. Un tiempo de relax pero sobre todo de entrenamiento de técnicas para afinar cada salto.
En el transcurso, Sofía disfruta cada ámbito en el que le toca desenvolverse. Desde las horas de estudio -integra el cuadro de honor de su colegio- hasta las que comparte con sus amigas, algunas también vinculadas a este deporte.
“Por ahí me gustaría saltar un poco más tranquila. Disfruto los torneos porque me divierto mucho, pero el que te tengan como favorita te suma un poco de presión”, expresó esta joven promesa del hipismo.
Con la misma convicción que a los 8 años le pidió a su papá ser amazona y dejar la escuela de ballet. Fue contundente a la hora de expresar su sueño: “Quiero ser campeona olímpica”. Frase que no tardó en ser respondida por Gustavo Trimarco: “Eso sí que estará difícil. Hace falta mucha plata para eso...”.
Encogiendose de hombros como quien no se resigna ante un “no”, Sofía plasmó una sonrisa sellando intrínsecamente que para ella no estaba todo dicho aún.
Entre ilusiones y esfuerzo, la joven amazona del Jockey Club Salta se abre camino en una carrera que la ubica como una de las mejores en la categoría infantil.
Para seguir sumando medallas cuenta con un talento que lleva como legado paterno, y también con dos grandes protagonistas: Obama y Cerise. Uno nacido de una yegua que tiraba de un carro por las calles de nuestra ciudad y la otra es una yegua con estirpe y calidad aseguradas. Ambos conformaron los binomios que permitieron consagrar a Sofía como campeona nacional 0,90 m y 1,20 m.
Un caballo muy especial
Desde hace más dos años, Sofía Trimarco monta a Obama, un caballo bayo con una historia que lo llevó desde la panza de una yegua que tiraba un carro a ocupar los lugares más importantes junto a caballos pura sangre. Cuando era aún un potrillo, Obama fue rescatado por Ivana y Ricardo, quienes ante el pedido de Sofía permitieron que lo entrenara para los grandes torneos. “Obama tiene un gran corazón que compensa lo que le falta de altura”, expresó la amazona al hacer mención al 1,57 m con los que cuenta el caballo que la vio coronarse por primera vez como campeona nacional.