"Descarrilé, qué le voy a hacer, qué voy a hacer", afirmó uno de los dos conductores del tren de alta velocidad que esta noche protagonizó una de las peores tragedias ferroviarias en la historia de España, al expresar su desesperación mientras hablaba por el teléfono celular.
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"Descarrilé, qué le voy a hacer, qué voy a hacer", afirmó uno de los dos conductores del tren de alta velocidad que esta noche protagonizó una de las peores tragedias ferroviarias en la historia de España, al expresar su desesperación mientras hablaba por el teléfono celular.
El tren que manejaba junto a otro conductor descarriló a las 20:41 horas (local) en las inmediaciones de Santiago de Compostela, la capital de Galicia. Murieron al menos 60 personas y otras 160, resultaron heridas, algunas de extrema gravedad.
El conductor cuya conversación telefónica recogía esta noche la edición online del diario La voz de Galicia resultó ileso, como su compañero. Tras salir del tren, ambos se implicaron inmediatamente en las tareas de rescate de los heridos.
Para entonces, junto a las vías estaban ya Abel e Iván, dos jóvenes gallegos que trataban esta noche de explicar lo inexplicable. "Escuchamos un ruido tremendo, enorme, como nunca. Bajamos y ya vimos el convoy separado en dos trozos".
Mientras la ciudad de Santiago de Compostela se disponía a vivir su noche grande, la previa a la festividad mañana jueves del apóstol, el tren Alvia descarriló en las inmediaciones de la capital gallega. Había partido de Madrid a las 15 horas (local) y se dirigía a Ferrol.
En él viajaban 218 pasajeros, muchos de ellos madrileños dispuestos a iniciar las vacaciones estivales en Galicia. Sumando a la tripulación, en el convoy iban 224 personas.
Fuente: La Nacion.com