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Dormir poco afecta al 40% de los argentinos

Jueves, 25 de julio de 2013 12:41

En medio de una rutina plagada de pantallas de computadoras, televisión y celulares inteligentes, cuatro de cada diez argentinos alcanza a dormir sólo seis horas por día.

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En medio de una rutina plagada de pantallas de computadoras, televisión y celulares inteligentes, cuatro de cada diez argentinos alcanza a dormir sólo seis horas por día.

Los datos difundidos por una firma que empezó a incurrir en el tema a nivel corporativo indican que las horas de sueño se redujeron dos horas en promedio en los últimos treinta años.

En el mismo tono, el último Barómetro de Deuda Social, investigación llevada a cabo por la Universidad Católica Argentina (UCA), indica que el trastorno que implica dormir seis horas o menos es sufrido más por los hombres (en un 17 por ciento), que por las mujeres (13 por ciento).

El informe indica además que llega al 22 por ciento la población que manifestó sufrir de somnolencia diurna. Los especialistas destacan que un menor descanso se refleja en problemas para mantener lapsos de atención, en dificultades en el aprendizaje, problemas de percepción del entorno y mayor probabilidad de cometer errores.

También se conjugan problemas emocionales, como la pérdida de motivación, falta de energía y la creciente irritabilidad.

De acuerdo con estudios científicos de la Universidad de California, los empleados con trastornos de sueño y excesiva somnolencia diurna tienen un 70% menos de probabilidades de obtener una promoción laboral.

En ese plano, empieza a tallar el bajo rendimiento y productividad, como desventaja frente a los colegas que tienen un descanso adecuado.

El trabajo difundido por Drom-Cronobiología advirtió que la privación se asocia a alteraciones en los genes que rigen los ritmos biológicos, lo que redunda en modificaciones en la transmisión neuronal, el metabolismo y la respuesta inmunitaria. En esa línea, el descanso se equipara a comer y respirar en su importancia.

El investigador del Conicet Daniel Vigo, quien asesora a la firma, sostuvo que “durante las etapas del sueño suceden funciones imprescindibles que tienen que ver, no sólo con el aprendizaje y la memoria, sino también con mecanismos hormonales, metabólicos e inmunes”.

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