¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

14 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Dejan ?por las buenas? el módulo que usurpaban

Miércoles, 03 de julio de 2013 01:58

Mario Acosta (24) y Sabrina Hurtado (22) son “cazadores” de lotes vacíos. Sus amigos y vecinos los mantienen al tanto cuando avistan una solución habitacional que la Subsecretaría de Tierra y Hábitat haya adjudicado y cuyo beneficiario parezca no precisar con urgencia, puesto que “pasan meses y a veces años que nunca los habitan”.
La pareja tiene dos hijas: Samira (3), quien padece un 98% de discapacidad, y Zaira (9 meses). Por la crisis en el rubro, Mario acaba de perder su trabajo en una panadería. El único ingreso familiar hasta que consiga otro empleo será la pensión por discapacidad que cobran por Samira y la asignación universal por hijo que perciben por Zaira.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Mario Acosta (24) y Sabrina Hurtado (22) son “cazadores” de lotes vacíos. Sus amigos y vecinos los mantienen al tanto cuando avistan una solución habitacional que la Subsecretaría de Tierra y Hábitat haya adjudicado y cuyo beneficiario parezca no precisar con urgencia, puesto que “pasan meses y a veces años que nunca los habitan”.
La pareja tiene dos hijas: Samira (3), quien padece un 98% de discapacidad, y Zaira (9 meses). Por la crisis en el rubro, Mario acaba de perder su trabajo en una panadería. El único ingreso familiar hasta que consiga otro empleo será la pensión por discapacidad que cobran por Samira y la asignación universal por hijo que perciben por Zaira.

Samira padece un cuadro congénito complejo. Se alimenta por sonda, le suelen dar convulsiones y tiene muy afectados sus pulmones. La erogación más alta en el presupuesto familiar la constituyen los pañales y la leche especial que mantiene nutrida a la niña. Sabrina no puede despegarle la mirada a su hija mayor porque teme que se ahogue con su propia saliva y fallezca. Dedicarle atención exclusiva la ha imposibilitado de trabajar, pero también le ha sumado días de vida a Samira. Hasta ayer al mediodía, la familia permanecía en la manzana A lote 22 del barrio Justicia. Ante un inminente desalojo optaron por recoger sus pertenencias y volver a la vivienda de la madre de Mario, que queda en la calle Córdoba al 2000.

Allí los espera la misma situación de hacinamiento de la que buscaron escapar hace tres meses, cuando identificaron el terreno en la zona sudeste de la ciudad. “Mi marido fue hoy a Tierra y Hábitat y un funcionario le dijo que nos fuéramos por las buenas porque si no, nos iban a borrar el expediente (que tramitaron a principios de 2010). ¿Pueden hacer eso?”, pregunta Sabrina. “Además, le dijo que había un lote en Solidaridad abandonado, y mi marido le respondió que yo ya lo había denunciado hace cuatro meses.

Y le dijo: ‘Sacale fotos, traémelas y veo qué hago’”, agregó. Sin embargo, esta atención tan “personalizada” parece imposible cuando más de 7.000 grupos familiares inscriptos aguardan por su terreno. Según datos del organismo, están pendientes de entrega 1.700 lotes que se ubican en Nueva Esperanza (Atocha IV) y detrás de Parque La Vega. Hasta mediados de mayo fueron recuperados en la ciudad por irregularidades 300 lotes y registradas más de 1.000 denuncias por inhabitabilidad.

Temas de la nota

PUBLICIDAD