El reconocido conductor y animador Marcelo Simón fue uno de los primeros en enterarse, ayer, del deceso de su amigo. Inclusive, tuvo la ingrata responsabilidad de avisar sobre lo sucedido.
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El reconocido conductor y animador Marcelo Simón fue uno de los primeros en enterarse, ayer, del deceso de su amigo. Inclusive, tuvo la ingrata responsabilidad de avisar sobre lo sucedido.
Igual que el maestro Falú, residía en Buenos Aires. Tuvo ocasión de visitarlo hace unos dos meses le dijo anoche a El Tribuno. “Ya no tocaba la guitarra hacía mucho tiempo y sobrellevaba los 90 años con varios problemas de salud, pero me sorprendió la lucidez que mantenía”.
“Don Eduardo es el ultimo prócer de la generación de aquella generación creadora del boom del folclore argentino de los 60”, resaltó Simón, quien también puntualizó que “escribía melodías pero también incidía en sobre las letras de las composiciones. Yo lo ví hacer cambiar palabras a Jaime Dávalos su gran amigo y compañero, con el fin de lograr más y mejor sonoridad a la obra. Lo mismo solía hacer cuando se juntaba con Manuel J. Castilla”.
Simón destacó que en las últimas décadas Falú empezó a buscar otros poetas una vez muerto Jaime Dávalos. Entonces hizo trabajos notables con Américo Mansilla de Córdoba y Hugo Ovalle de Salta. “Son trabajos muy profundos. Eso tenía don Eduardo, una enorme profundidad, no eran historias triviales las que componía”, recalcó el conductor especialista en temas folclóricos. “Y creo que justamente, su profundidad es el mayor legado”, dijo.
Y en el final, puso de relieve que “además de ser un notable guitarrista, nos legó esa necesidad de hacer cosas del pueblo pero profundas”.