Amante del deporte y sobre todo del club que lo vio nacer -Popeye- Federico Gómez pasa por estas horas uno de sus mejores momentos. Una nueva convocatoria a concentrar junto al seleccionado argentino mayor de hockey llegó a su vida. Y a diferencia del 2010, esta vez no hay nada que le impida estar allí.
Junto a otros diez jugadores del interior del país, el salteño participará entre el 23 y 25 de septiembre próximo en los entrenamientos con el seleccionado comandado por Carlos “Chapa” Retegui. Los mismos tendrán lugar en Mendoza en el marco de la Copa Panamericana que disputarán Las Leonas.
Una gran noticia para el hockey masculino de nuestra provincia pero que él elige tomarlo con calma.
“Me sentí orgulloso de que me hayan tenido en cuenta nuevamente. Siempre quise saber cómo era entrenar con la selección de hockey, ahora se me dio y habrá que ver qué pasa”, le dijo a El Tribuno este joven deportista de 22 años.
Con el hockey como uno de los deportes que practica desde que era niño y el béisbol en el centro de su corazón, Federico comparte sus días desde hace muchos años entre ambos deportes.
Nunca imaginó que aquello que surgió desde la infancia y en un deporte que tomó como “hobby” lo llevaría hoy a estar dentro de un selecto grupo de jugadores en plena proyección.
“Muchos me dicen que soy mejor jugador de hockey que de béisbol pero si tengo que elegir entre los dos no dudo en inclinarme por el béisbol. Creo que lo practico desde que nací porque no me acuerdo un momento de mi vida que no lo haya jugado”, expresó este salteño que desde el 2010 viste nada menos que la camiseta de la selección nacional de béisbol.
Proveniente de una familia en la que el deporte se respira y se comparte entre las dos disciplinas, Federico se prepara para una concentración en el máximo nivel pero en esta ocasión entre conos, palos y bochas.
Los sueños fluyen en su mente y lo motivan a creer que es posible triunfar en otro lugar que no sea el deporte de sus amores.
Sin dejar de lado su entrega a la hora de estar en una cancha, independientemente de cuál sea, él disfruta de los momentos compartidos con sus amigos. Todos surgidos en el club y forjando una amistad que los lleva a estar juntos desde hace bastante.
“Mi lugar en el mundo es Popeye. Es donde tengo mis amigos de toda la vida y donde me siento como en mi casa. Cada vez que puedo trato de representarlo de la mejor manera. Cuando me dicen que soy el mejor en lo que hago me siento bien pero nunca subestimo al rival. No me gusta hacer lo que no me gusta que me hagan”, expresó Federico quien por estos momentos se encuentra disputando el campeonato Sudamericano de Béisbol junto al seleccionado argentino.
Un compromiso que lo tendrá en Chile hasta el próximo 22 de septiembre, donde directamente cambiará el bolso del bate y los guantes por uno con nuevas ilusiones.
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Amante del deporte y sobre todo del club que lo vio nacer -Popeye- Federico Gómez pasa por estas horas uno de sus mejores momentos. Una nueva convocatoria a concentrar junto al seleccionado argentino mayor de hockey llegó a su vida. Y a diferencia del 2010, esta vez no hay nada que le impida estar allí.
Junto a otros diez jugadores del interior del país, el salteño participará entre el 23 y 25 de septiembre próximo en los entrenamientos con el seleccionado comandado por Carlos “Chapa” Retegui. Los mismos tendrán lugar en Mendoza en el marco de la Copa Panamericana que disputarán Las Leonas.
Una gran noticia para el hockey masculino de nuestra provincia pero que él elige tomarlo con calma.
“Me sentí orgulloso de que me hayan tenido en cuenta nuevamente. Siempre quise saber cómo era entrenar con la selección de hockey, ahora se me dio y habrá que ver qué pasa”, le dijo a El Tribuno este joven deportista de 22 años.
Con el hockey como uno de los deportes que practica desde que era niño y el béisbol en el centro de su corazón, Federico comparte sus días desde hace muchos años entre ambos deportes.
Nunca imaginó que aquello que surgió desde la infancia y en un deporte que tomó como “hobby” lo llevaría hoy a estar dentro de un selecto grupo de jugadores en plena proyección.
“Muchos me dicen que soy mejor jugador de hockey que de béisbol pero si tengo que elegir entre los dos no dudo en inclinarme por el béisbol. Creo que lo practico desde que nací porque no me acuerdo un momento de mi vida que no lo haya jugado”, expresó este salteño que desde el 2010 viste nada menos que la camiseta de la selección nacional de béisbol.
Proveniente de una familia en la que el deporte se respira y se comparte entre las dos disciplinas, Federico se prepara para una concentración en el máximo nivel pero en esta ocasión entre conos, palos y bochas.
Los sueños fluyen en su mente y lo motivan a creer que es posible triunfar en otro lugar que no sea el deporte de sus amores.
Sin dejar de lado su entrega a la hora de estar en una cancha, independientemente de cuál sea, él disfruta de los momentos compartidos con sus amigos. Todos surgidos en el club y forjando una amistad que los lleva a estar juntos desde hace bastante.
“Mi lugar en el mundo es Popeye. Es donde tengo mis amigos de toda la vida y donde me siento como en mi casa. Cada vez que puedo trato de representarlo de la mejor manera. Cuando me dicen que soy el mejor en lo que hago me siento bien pero nunca subestimo al rival. No me gusta hacer lo que no me gusta que me hagan”, expresó Federico quien por estos momentos se encuentra disputando el campeonato Sudamericano de Béisbol junto al seleccionado argentino.
Un compromiso que lo tendrá en Chile hasta el próximo 22 de septiembre, donde directamente cambiará el bolso del bate y los guantes por uno con nuevas ilusiones.
La diabetes no lo limita
Desde los nueve años, Federico Gómez sufre de diabetes. Lejos de sentirse limitado o con vergüenza, él es un claro ejemplo de lucha ante la adversidad. “La diabetes no fue impedimento para mi carrera deportiva. Si te ponés a pensar en eso es peor y si te da vergüenza la pasas mal. Para mí es algo normal que te influye quizás un poco pero que no te impide hacer lo que te gusta”, expresó Federico, quien convive con una bomba insulínica y que para nada interrumpe la apretada agenda de actividades y competencias que debe cumplir. Sin duda, un gran modelo a seguir.