algo se encarga el torneo Inicial es de demostrar que no importan las posiciones de los equipos que se enfrenten: las fuerzas son parejas. Más allá de las valoraciones de si esas potencialidades son positivas o están vinculadas a una depresión del juego en general, lo de Olimpo, que no ha podido ganar en este torneo, fue más prolijo e inquietante que el pujante Lanús de los nombres resonantes y de propuesta altamente ofensiva. Pero terminó pensando la jerarquía individual del local por sobre la intención colectiva de la visita.
inicia sesión o regístrate.
algo se encarga el torneo Inicial es de demostrar que no importan las posiciones de los equipos que se enfrenten: las fuerzas son parejas. Más allá de las valoraciones de si esas potencialidades son positivas o están vinculadas a una depresión del juego en general, lo de Olimpo, que no ha podido ganar en este torneo, fue más prolijo e inquietante que el pujante Lanús de los nombres resonantes y de propuesta altamente ofensiva. Pero terminó pensando la jerarquía individual del local por sobre la intención colectiva de la visita.
Cuando en el dibujo de Lanús aparecieron Acosta, Silva y Melano, daba la impresión de que el ritmo y lo mejor del juego quedarían en manos de los muchachos de Guillermo Barros Schelotto; pero no fue así, aun cuando el resultado final muestre una diferencia importante. Un conjunto modesto como el bahiense supo darles un gran susto, al menos eso, con Ezequiel Cerutti por la derecha y con dos cabezazos de Martín Pérez Guedes que no terminaron en el fondo de la red, primero, porque uno de ellos pegó en el palo y, segundo, porque Marchesín estuvo rápido de reflejos.
Le costó unos 30 minutos acomodarse al juego a Lanús. Las espaldas de Somoza y de Barrientos dejaron de ser tierra de Olimpo y comenzó a gravitar justamente el ex volante de Boca. La pelota parada empezó a formar parte de las armas de ataque granate y hasta en una de esas acciones Musto le cometió un penal a Silva que no fue cobrado por Saúl Laverni. Pero no mucho más. Apenas una situación de Melano, solo frente al arco tras un centro de Somoza. Y el premio a esa idea, sólo a la idea, llegó sobre el cierre de la primera parte, con un bombazo de Lautaro Acosta, casi fuera de contexto por lo que había provocado Lanús en esa etapa y que cambió el partido.
En la segunda parte, el conjunto de los Mellizos , que tomaron decisiones y sumaron a Ismael Blanco y al juvenil Nicolás Pasquini al ataque, terminó de imponer condiciones. Oportunos Blanco y Pasquini (hizo su primer gol en primera) cerraron la historia y dejaron a Olimpo vacío, pensando que todo lo que hizo para ganar no le sirvió. Lanús le tiró su jerarquía encima y con eso resolvió todo.