La conocida plástica salteña Cecilia Revol Nuñez pintó toda su vida. Y más aún, no hay un solo día del año en que no lo haga. Jubilada tras 40 años en la actividad judicial, la artista dedica su tiempo a la inagotable creatividad de su mirada y que su pincel traduce en líneas puras, transparentes, “sin aderezo; no hay escenografía ni arreglo, es la verdad desnuda en la frescura de la paleta”, dice de su trabajo cuando El Tribuno visita la muestra en la Casa de la Cultura.
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La conocida plástica salteña Cecilia Revol Nuñez pintó toda su vida. Y más aún, no hay un solo día del año en que no lo haga. Jubilada tras 40 años en la actividad judicial, la artista dedica su tiempo a la inagotable creatividad de su mirada y que su pincel traduce en líneas puras, transparentes, “sin aderezo; no hay escenografía ni arreglo, es la verdad desnuda en la frescura de la paleta”, dice de su trabajo cuando El Tribuno visita la muestra en la Casa de la Cultura.
La exposición “Terruños de mi interior” reúne veinte cuadros de diferentes tamaños, catorce de ellos grandes y seis pequeños impregnados de lo nuestro que, al mirarlos, nos trasladan a imágenes que los salteños tenemos muy grabadas en la retina. Son óleos con espátula sobre lienzo, “paisajes de la provincia y su gente. Esta vez agregué tres figuras: una coya y su hijo (foto), una mujer cosechando llamada “Se resiste al cambio” y otra con canastos con quesos de Amblayo titulada “Aroma a comida casera”, explica.
Mientras hablamos del tamaño de los cuadros, la pintora remarca que, aunque es un parámetro, “el arte no se mide por metro cuadrado, porque el valor está por encima de eso”. Y nos cuenta un secreto: “He pintado muchos temas, pero tengo guardados desnudos. Es maravilloso trabajar sobre la línea y el movimiento del cuerpo. Algún día los mostraré ”. Esto en respuesta a que surgió al público con los paisajes salteños y eso la identifica. Cecilia es autodidacta, no tiene ninguna escuela, y sus conocimientos son a través de la lectura y la observación. Así hizo exposiciones exclusivas en la Embajada Argentina en Washington, en Quito (Ecuador) y en el Memorial Latinoamericano de Arte de San Pablo (Brasil), además de estar en muestras colectivas en Hawaii y San Francisco en los Estados Unidos, España, Francia y otros países, mientras recibe decenas de mails semanales de todo el mundo por sus obras.