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Para Salta que lo mira por TV: otro capítulo del señor de las finales

Lunes, 01 de diciembre de 2014 16:34
Gustavo Coleoni (Foto: Walter Echazú)
"El barba me dio y me quitó en mi vida. Me da muchas cosas, el amor de mi familia, pero me quitó varias veces la posibilidad de ascender; espero que esta vez me la dé", la había manifestado a modo de deseo Gustavo Coleoni a Alentando desde Formosa, luego de que su Sportivo Patria eliminara a Juventud Antoniana. Esta vez, el entrenador cordobés y su decano formoseño quedaron a un paso de un ascenso a la B Nacional tras clasificarse a la final ayer tras eliminar a San Lorenzo de Catamarca (perdieron 3 a 2, pero en el global clasificó Patria por su ventaja en el partido de ida).
Los formoseños, de la mano del Sapito, se metieron en la final por el ascenso, en la que enfrentarán al complicado Atkético Paraná (que eliminó ayer a Unión Aconquija); el miércoles en Entre Ríos y el domingo en Formosa.
Pese al nefasto recuerdo que dejó en su último paso por nuestra provincia (fue uno de los responsables del descenso de Central Norte en mayo de este año, ya que armó y condujo al equipo que decantó en el Federal B en el desempate con Juventud Antoniana), la "mancha" que el técnico tiene en su considerable legajo, lo cierto es que Coleoni carga consigo el estigma de quedarse en el camino en instancias definitorias en el Argentino A. En 2009 se quedó en las puertas de un ascenso en Juventud tras un empate con Boca Unidos 8que luego terminaría ascendiendo) en el Martearena. En 2011 dejó al cuervo en una posición expectante para un ascenso y luego dilapidó su chance con Talleres de Córdoba, el club de sus amores, por el cual dejó al cuervo en el tramo más decisivo de su camino. Un año después, se le esfumó el sueño con Racing de Córdoba, pero su frustración más recordada, por lo épico de la definición, fue la increíble final que perdió en Santamarina de Tandil, con Sportivo Belgrano de San Francisco, en tiempo de descuento, cuando ya arañaba el éxito tantas veces negado.
¿Será esta vez la vencida para Coleoni? ¿Podrá este año sacarse la pesada cruz que lleva sobre sus espaldas un DT con tantas finales sobre sus espaldas, pero sin el pergamino dorado por el que todos se desvelan?
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"El barba me dio y me quitó en mi vida. Me da muchas cosas, el amor de mi familia, pero me quitó varias veces la posibilidad de ascender; espero que esta vez me la dé", la había manifestado a modo de deseo Gustavo Coleoni a Alentando desde Formosa, luego de que su Sportivo Patria eliminara a Juventud Antoniana. Esta vez, el entrenador cordobés y su decano formoseño quedaron a un paso de un ascenso a la B Nacional tras clasificarse a la final ayer tras eliminar a San Lorenzo de Catamarca (perdieron 3 a 2, pero en el global clasificó Patria por su ventaja en el partido de ida).
Los formoseños, de la mano del Sapito, se metieron en la final por el ascenso, en la que enfrentarán al complicado Atkético Paraná (que eliminó ayer a Unión Aconquija); el miércoles en Entre Ríos y el domingo en Formosa.
Pese al nefasto recuerdo que dejó en su último paso por nuestra provincia (fue uno de los responsables del descenso de Central Norte en mayo de este año, ya que armó y condujo al equipo que decantó en el Federal B en el desempate con Juventud Antoniana), la "mancha" que el técnico tiene en su considerable legajo, lo cierto es que Coleoni carga consigo el estigma de quedarse en el camino en instancias definitorias en el Argentino A. En 2009 se quedó en las puertas de un ascenso en Juventud tras un empate con Boca Unidos 8que luego terminaría ascendiendo) en el Martearena. En 2011 dejó al cuervo en una posición expectante para un ascenso y luego dilapidó su chance con Talleres de Córdoba, el club de sus amores, por el cual dejó al cuervo en el tramo más decisivo de su camino. Un año después, se le esfumó el sueño con Racing de Córdoba, pero su frustración más recordada, por lo épico de la definición, fue la increíble final que perdió en Santamarina de Tandil, con Sportivo Belgrano de San Francisco, en tiempo de descuento, cuando ya arañaba el éxito tantas veces negado.
¿Será esta vez la vencida para Coleoni? ¿Podrá este año sacarse la pesada cruz que lleva sobre sus espaldas un DT con tantas finales sobre sus espaldas, pero sin el pergamino dorado por el que todos se desvelan?

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