Un extenso y sentido aplauso a su persona, a su condición de jueza de la democracia, a su independencia como magistrada y a su lucha por los derechos humanos, cerró ayer el acto de despedida a la jueza de la Corte Suprema, Carmen Argibay Molina, fallecida el sábado a los 74 años.
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Un extenso y sentido aplauso a su persona, a su condición de jueza de la democracia, a su independencia como magistrada y a su lucha por los derechos humanos, cerró ayer el acto de despedida a la jueza de la Corte Suprema, Carmen Argibay Molina, fallecida el sábado a los 74 años.
En medio de la tristeza y el dolor del ámbito judicial y político, el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti lanzó un mensaje esperanzador respecto a la continuidad del cuerpo de magistrado. Aseguró que la cabeza del Poder Judicial “seguirá en la misma línea. Vamos a tratar de que sigan los ideales de Carmen Argibay”, subrayó. Y agregó: “Carmen no es sólo Carmen, es un conjunto de principios morales y de políticas de Estado. En estos momentos, lo importante es recordar que en las instituciones estamos transitoriamente. No dependen de nosotros. Le damos todo lo que podemos. A veces, como es su caso, las instituciones nos devuelven mucho”, destacó en el discurso que dio en el hall de Tribunales, que resultó chico para la multitud que acudió al acto, en la nublada mañana de ayer.
Lorenzetti recordó el buen humor de Argibay y ejemplificó: “El doctor (Carlos) Fayt le decía la reina de los hoyuelos”.
La desaparición física de Argibay abrió una situación sin precedentes en la Corte Suprema de Justicia. El número de magistrados será par. Al menos hasta que se jubile en agosto próximo el juez Ricardo Zaffaroni.
La situación despierta una especial atención por las eventuales complicaciones que puede traer un número par.
De todas formas, las sentencias continuarán dictándose con el voto favorable de cuatro integrantes, como cuando era siete sus integrantes, salvo alguna excepción (ver recuadro).
Vale recordar que el 29 de noviembre de 2006, cuando en pleno proceso de renovación el Tribunal Supremo contaba con siete jueces, se sancionó la ley 26.183, en virtud de la cual se redujo a cinco la cantidad de sus integrantes.
Entre los conjueces y el cargo vacante
El fallecimiento de la jueza Argibay también genera consecuencias institucionales. Hasta ahora la Corte Suprema estaba integrada por siete magistrados. Argibay la integraba desde el 2005. Por entonces la ley establecía que el Máximo Tribunal estaría constituido por nueve miembros. Sin embargo en 2006, cuando en pleno proceso de renovación el Tribunal Supremo contaba con siete jueces, se sancionó la ley 26.183, en virtud de la cual se redujo a cinco la cantidad de sus integrantes.
Dicha norma estableció un proceso paulatino de reducción de miembros de la Corte, estableciendo que no se cubrirían vacantes hasta que el mismo no quedara integrado por cinco jueces. Con el fallecimiento de Argibay, la Corte quedará compuesta por seis jueces, y no será necesario que la Presidenta cubra la vacante. Las sentencias continuarán dictándose con el voto favorable de cuatro integrantes.
Llegado el caso de que el tribunal no logre los cuatro votos necesarios para sacar un fallo, podrá sumarse uno de los cuestionados conjueces propuestos por el Gobierno nacional para destrabar la sentencia.
El primer nombre que aparece en la nómina es un viejo conocido. Se trata de León Arslanián, ex ministro de Justicia de Carlos Menem y Felipe Solá. Otro que figura es Gustavo Ferreyra, por haber adherido a la inconstitucional reforma judicial que impulsó el kirchnerismo el año pasado. El listado sigue con Carlos Cárcova, designado en 2012 para subrogar en juzgados del fuero Civil y Comercial de Capital. Más atrás se ubican Ricardo Nissen, Arístides Corti y Tomás Hutchinson.