Un hombre de 38 años fue condenado por la justicia salteña a 11 años de prisión por ser el autor material y penalmente responsable del delito de abuso sexual en perjuicio de su propia hija. El hombre fue descubierto durante un discusión con su esposa, cuando la niña, que en ese entonces tenía doce años, estaba fuera de su casa con un amigo y su padre salió enfurecido a pedirle que entre.
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Un hombre de 38 años fue condenado por la justicia salteña a 11 años de prisión por ser el autor material y penalmente responsable del delito de abuso sexual en perjuicio de su propia hija. El hombre fue descubierto durante un discusión con su esposa, cuando la niña, que en ese entonces tenía doce años, estaba fuera de su casa con un amigo y su padre salió enfurecido a pedirle que entre.
En medio de la discusión la jovencita le dijo a su madre: “Éste me abusa desde los nueve años”, señalando a su padre. En ese momento todos quedaron estupefactos, el hombre lo negó, pero la mujer decidió radicar la denuncia, que posteriormente corroboró con los detalles dados por la nena. Los abusos comenzaron con tocamientos cuando la víctima tenía tan sólo nueve años. Según la menor, cuando cumplió 12 años su padre la violó y que a partir de allí los abusos sexuales fueron recurrentes hasta que se animó a contar el infierno que vivía. De la investigación surgió que el padre, durante la noche, aprovechando que su esposa dormía ingresaba a la habitación de la niña. Luego de abusarla la obligaba a tomar anticonceptivos de emergencia para evitar que quedase embarazada.
La declaración de la víctima por medio de una Cámara Gesell fue contundente, al igual que los exámenes ginecológicos realizados durante el proceso judicial que, se extendió por varios años.