El Mundial de Brasil es la gran obsesión de Lionel Messi. Sueña con el ansiado trofeo que la Selección argentina no consigue desde hace 24 años y de la mano de Diego Armando Maradona (en México "86). Acaricia en sueños la copa que es su gran materia pendiente. Y constantemente hace referencia a aquel deseo sublime, a aquella máxima expresión de gloria que no pudo alcanzar siendo aquel precoz proyecto en Alemania 2006 y ese futbolista ya consagrado entre los grandes en Sudáfrica 2010, casualmente con su admirado Pelusa como director técnico.
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El Mundial de Brasil es la gran obsesión de Lionel Messi. Sueña con el ansiado trofeo que la Selección argentina no consigue desde hace 24 años y de la mano de Diego Armando Maradona (en México "86). Acaricia en sueños la copa que es su gran materia pendiente. Y constantemente hace referencia a aquel deseo sublime, a aquella máxima expresión de gloria que no pudo alcanzar siendo aquel precoz proyecto en Alemania 2006 y ese futbolista ya consagrado entre los grandes en Sudáfrica 2010, casualmente con su admirado Pelusa como director técnico.
Messi tiene aún una estrella por conquistar, la más brillante de todas, y espera hacerlo el 13 de julio en el estadio Maracaná. Sin embargo, es realista, mantiene los pies sobre la tierra y vuelve a sorprender con su humildad, como cada vez que abre la boca para emitir una opinión.
Messi dejó en claro que aún no está a la altura estelar de Maradona, y que ni siquiera es merecedor del mote de “crack”, siempre y cuando no logre consagrarse en la Selección argentina, lo que todos aún le reclaman.
“La comparación con Maradona es un gran cumplido, pero nadie más que yo puede aceptarlo todavía. El hizo muchísimo por la Selección, y no creo que cualquier jugador pueda ser considerado como un verdadero crack hasta que no haya ganado la Copa del Mundo. Espero poder ganar el Mundial, pero hasta el momento no puedo hablar de que yo sea el mejor”, expresó con grandeza y con el perfil bajo que lo caracteriza el mejor jugador del mundo de la actualidad, quien pese a su intento por quitarse presión es la gran esperanza albiceleste para la Copa de Brasil.
Constantemente, el más espectacular futbolista argentino de la actualidad, como así también las generaciones de astros que rieguen de fútbol estas tierras, cargarán con la “cruz” y con la pesada sombra de aquel rebelde nacido en Villa Fiorito. Pero Leo trata de hacer caso omiso a las constantes comparaciones.
“Tengo la ilusión de levantar la copa, como todos mis compañeros, para darle a los argentinos la alegría que se merecen”, fue la plegaria del rosarino a la que se suman alrededor de 40 millones de compatriotas.
“Cuando la gente dice cosas buenas sobre vos y la forma en la que jugás, siempre es lindo escucharla. Como siempre dije, cuando me retire, será el mejor momento para mirar atrás y ver lo que he logrado a lo largo de mi carrera”, se explayó con una alta dosis de autocrítica y mesura el “mago” del Barcelona de España y del seleccionado de Sabella, que debutará en Brasil 2014 el próximo 15 de junio ante Bosnia en el Maracaná de Río de Janeiro y que encabezará el Grupo F (también junto a Irán y Nigeria).
La bronca de Fazio con Sabella
El capitán del Sevilla, Federico Fazio, a diferencia de Carlos Tévez, no pudo ocultar su bronca por la no convocatoria al seleccionado argentino para Brasil 2014. “Se veía venir. Nunca me llamó luego de tres años en la Selección. Yo estoy tranquilo con mi trabajo y sé que tengo nivel para jugar el Mundial. Si no estoy, será por otras circunstancias, pero me da bronca no haber tenido la oportunidad”, expresó el flamante campeón de la Europa Liga.