La percepción de que el Estado nacional y los provinciales no dan respuestas, la creciente desconfianza en el sistema judicial en un contexto de conflictividad y la mayor desigualdad originaron un coctel explosivo: el crecimiento exponencial de la violencia social. Así, según consultores políticos entrevistados por El Tribuno, los argentinos identifican a la “inseguridad” como el principal problema del país.
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La percepción de que el Estado nacional y los provinciales no dan respuestas, la creciente desconfianza en el sistema judicial en un contexto de conflictividad y la mayor desigualdad originaron un coctel explosivo: el crecimiento exponencial de la violencia social. Así, según consultores políticos entrevistados por El Tribuno, los argentinos identifican a la “inseguridad” como el principal problema del país.
El crecimiento de los femicidios, los linchamientos, el narcotráfico, la conflictividad social traducida en medidas de fuerzas de centrales obreras y sindicatos opositores pusieron en el centro de la escena a la violencia social. Semanas atrás, la Iglesia “leyó” el momento y elaboró un documento hipercrítico de la actual situación advirtiendo que la sociedad “está enferma de violencia”.
“En cada lugar es distinto”, explica el sociólogo Hugo Haime. El especialista en consultoría política explicó a El Tribuno que la sociedad atraviesa un serio problema de anomia, es decir con el cumplimiento de las normas. Esto se extiende desde lo más encumbrado del poder hasta los habitantes de viviendas precarias.
A su vez, esta sociedad tiene como contraparte un Estado anémico, o sea, con gran debilidad para conducirla a una situación de civilidad.
En este marco, Haime destaca que temas de inseguridad, que parecen hoy haber estallado permanecen pendientes de la agenda del Gobierno desde 2011.
Por su parte, Gustavo Gónzalez director de Opinión Autenticada afirmó que “no hay que escamotear sobre el tema y afrontarlo”.
El especialista afirmó a este diario que “hay una percepción de que los gobiernos no hacen nada y el Gobierno nacional niega el problema. Hay decepción y defraudación, principalmente”.
En carne propia
Más allá de que hay datos ciertos que muestran que la “sensación de inseguridad” es mucho mayor en Argentina que en otros países, el temor y la angustia se trasladaron a millones de argentinos que, por relación directa o indirecta, conocen a alguien que asaltaron, a alguna víctima de violencia de género o a alguien que agredieron al hijo en la escuela. “Están tocando algo muy básico desde el punto de vista de las emociones y el sentido de la vida”, explica Gustavo González.
Para el titular de Opinión Autenticada, la violencia está instalada en todas las instituciones.
Así, según las encuestas que maneja esa consultora, a ocho de cada diez argentinos el tema que más le preocupa es el de la inseguridad y la violencia.
Por otra parte, una encuesta realizada en febrero, antes de los linchamientos, por la consultora Raúl Aragón & Asociados destaca el mismo fenómeno. Un 43,2% de los argentinos considera que la inseguridad es el principal problema del país, por encima de la inflación (22%) y la corrupción (3,1%).
El uso político
Más allá de cualquier análisis sociológico que se pueda realizar de lo que acontece, la inseguridad y la violencia es utilizada desde diversos bandos ante la posibilidad de obtener algún rédito político.
Para sectores opositores es una de las acusaciones preferidas, cierto es, ante la falta de respuesta del Gobierno nacionales y los provinciales.
En simultáneo, desde el Estado optan por negar la problemática, que el problema viene de antes o que está magnificado.
En el medio de esto, se lanzan propuestas vinculadas con la seguridad, hasta el momento sin nada en concreto. Bajar la edad de imputabilidad, penas mayores, mano dura en la calle, aumentar la presencia policial, cámaras de video por todos lados, policía privada, barrios protegidos.
Sucede que la preocupación sigue estando ante la problemática que va en crecimiento y las respuestas tardan en llegar.
Femicidios
Es de los hechos de violencia más invisibilizados en el país. El aumento de los casos de mujeres asesinadas fundamentalmente por sus parejas o exparejas resulta alarmante. Según la Asociación Civil La Casa del Encuentro, una mujer muere cada 30 horas. Los datos son de 2013 y revelan un crecimiento de más 11% en relación con 2012.
Linchamientos
El fenómeno comenzó a extenderse por todo el país en cuestión de unos días. Ante hechos delictivos algunos encontraron la justicia por mano propia como un atajo. Contrario a lo que se interpreta, especialistas aseguran que los linchamientos no hacen más segura a una sociedad sino que por el contrario la tornan más violenta.
Narcotráfico
Desde una óptica técnica, Argentina continúa siendo un país de paso y no un productor de drogas. Cierto es que quienes manejan la droga en el país han desatado una lucha sin cuartel. En Rosario, apuntada por algunos como la Medellín de Argentina, la cifra de homicidios ha crecido exponencialmente. Hay 22 casos cada 100 mil habitantes.