El Vaticano comenzó a delinear los temas del próximo sínodo de obispos que abordarán con relación a la familia. Y en el caso del celibato sacerdotal, el papa Francisco dejó “la puerta abierta” a que los curas se puedan casar “Al no ser un dogma de fe, siempre está la puerta abierta”, dijo el pontífice a los a periodistas que viajaron en el avión de su última gira espiritual a Israel y Palestina.
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El Vaticano comenzó a delinear los temas del próximo sínodo de obispos que abordarán con relación a la familia. Y en el caso del celibato sacerdotal, el papa Francisco dejó “la puerta abierta” a que los curas se puedan casar “Al no ser un dogma de fe, siempre está la puerta abierta”, dijo el pontífice a los a periodistas que viajaron en el avión de su última gira espiritual a Israel y Palestina.
En el diálogo con la prensa no hubo reglas ni zonas rojas. Los periodistas preguntaron lo que consideraron oportuno y el papa Francisco respondió.
Este manera de conversar lo hizo con la prensa que también cubrió su gira a Río de Janeiro, hace un tiempo.
Una de las respuestas recordadas fue “¿Quién soy yo para juzgar a los gays?”, se preguntó Francisco.
Ahora con otra respuesta de su propio pensamiento, el Papa vuelve hacerse notar.
El tema del celibato fue conversado en el avión de El Al, la compañía aérea israelí, en el trayecto entre Tel Aviv y Roma.
El celibato es una de las cuestiones obligatoria de los sacerdotes, un viejo asunto que vuelve a estar de actualidad después de que, hace solo unos días, un grupo de 26 mujeres enamoradas de sacerdotes remitiera una carta a Jorge Mario Bergoglio pidiéndole que deje de prohibir “un vínculo tan fuerte y hermoso”.
El Papa no se esconde en la respuesta a la pregunta de si está dispuesto a plantear una discusión incómoda en el seno de la Iglesia: “La Iglesia católica tiene curas casados. católicos griegos, católicos coptos, hay en el rito oriental. Porque no se debate sobre un dogma, sino sobre una regla de vida que yo aprecio mucho y que es un don para la Iglesia. Al no ser un dogma de fe, siempre está la puerta abierta”.
Una de las novedades de Francisco es precisamente esa, su disposición a discutir lo discutible, sin que por ello deje de expresar su opinión. De ese modo, la vieja aspiración de un sector de la Iglesia de que los curas puedan casarse y tener hijos sin verse obligados a abandonar el ministerio sacerdotal vuelve a tener esperanza.