La Policía brasileña dispersó ayer con gases lacrimógenos a un grupo de huelguistas que intentaba bloquear el acceso a una de las estaciones de subte de San Pablo, cuyos empleados completaron cinco días de huelga a solo tres días del inicio en esta ciudad del Mundial de fútbol, en tanto el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff repudió ese accionar.
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La Policía brasileña dispersó ayer con gases lacrimógenos a un grupo de huelguistas que intentaba bloquear el acceso a una de las estaciones de subte de San Pablo, cuyos empleados completaron cinco días de huelga a solo tres días del inicio en esta ciudad del Mundial de fútbol, en tanto el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff repudió ese accionar.
El ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, afirmó ayer que “los huelguistas no pueden anteponer el interés corporativo al general, es importante que reflexionen sobre lo que están haciendo. Hay que cumplir lo que dijo la Justicia del Trabajo, que declaró ilegal a la huelga”.
La presidenta Rousseff había reiterado anteayer sus críticas contra los paros que pueden afectar al público que irá a los estadios y dijo que era “fundamental que la gente tenga derecho a gozar de esta gran fiesta que comienza esta semana”.
En tanto, el secretario de Transportes de la gobernación de San Pablo, Jurandir Fernándes, manifestó ayer que espera la “normalización” del servicio y anunció que 60 trabajadores fueron despedidos.
“Por deber de oficio estamos despidiendo con justa causa a unas seis decenas de funcionarios, son aquellos que realizaron actos criminales y vandalismo”, reseñó.
Los trabajadores en huelga se manifestaron ayer a la madrugada ante la estación Ana Rosa e intentaron bloquear el tránsito por una importante calle aledaña con hogueras de basura y madera. Los agentes del Batallón de Choque de la Policía Militarizada del Estado de San Pablo dispersaron a los manifestantes.
El tránsito permaneció bloqueado hasta que los bomberos apagaron los focos de fuego y recogieron el material que ardía en medio de la calle.
La Policía detuvo a 70 empleados del subte de San Pablo que participaban en la manifestación, aunque luego fueron puestos en libertad sin cargos, según informó el presidente del Sindicato de Trabajadores del Subte, Altino Prazeres.
Huelga por tiempo indeterminado
Los trabajadores del subte decidieron ayer mantener por tiempo indefinido la huelga, que comenzó el pasado jueves, a pesar de que la Justicia de Trabajo la declaró ilegal. Tras la decisión judicial, el Gobierno de San Pablo anunció ayer el despido de varios trabajadores que se negaron a regresar a sus puestos de trabajo pese a la medida judicial.
El gobernador de San Pablo, Geraldo Alckmin, también ordenó el envío de refuerzos policiales a todas las estaciones de subte para garantizar la seguridad de los empleados dispuestos a retomar las actividades. Pese a la huelga, dos de las cinco líneas operaron con cierta normalidad y en las otras tres hubo algunos trenes pero no todas las estaciones abrieron.
El Tribunal de Trabajo también determinó que el sindicato pague una multa de 500.000 reales diarios si mantiene la paralización.
En una audiencia de conciliación se fijó un incremento para el personal del metro del 8,7% frente al 12,2 que reclama el sindicato.
“Tenemos un Mundial, el mayor evento deportivo del mundo. El Gobierno del Estado tiene elecciones en octubre y tiene que negociar. Tenemos que enfrentar al Gobierno”, afirmó el presidente del Sindicato al justificar la decisión de mantener la paralización.