Según el Observatorio de la Deuda Social Argentina, una entidad neutral que depende de la Universidad Católica Argentina, en el Gran Salta, o sea, la Capital y alrededores, el 37% de los hogares se encuentra en situación de pobreza subjetiva; sus integrantes manifiestan que los ingresos no les son suficientes para atender sus necesidades habituales. Este porcentaje se eleva al 49,8 % en el segmento de menores ingresos.
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Según el Observatorio de la Deuda Social Argentina, una entidad neutral que depende de la Universidad Católica Argentina, en el Gran Salta, o sea, la Capital y alrededores, el 37% de los hogares se encuentra en situación de pobreza subjetiva; sus integrantes manifiestan que los ingresos no les son suficientes para atender sus necesidades habituales. Este porcentaje se eleva al 49,8 % en el segmento de menores ingresos.
Como todos sabemos el número de integrantes del hogar es mayor en los sectores más humildes, por el déficit de viviendas entre otras razones; por esto, podemos decir que por lo menos al 45 % de las personas que viven en el área estudiada no les resultan suficientes sus ingresos. Esta situación seguramente es más grave en muchas partes del interior provincial. En definitiva, por este y otros datos, tenemos en la Provincia un cuadro típico de subdesarrollo económico y social.
Los salteños tenemos por delante dos caminos posibles. Uno es el de profundizar la decadencia, quedarnos con una sociedad prebendaria y clientelar en la cual las cosas sigan como están, pero desde luego con el costo de una mayor fractura social; el otro camino es del cambio, en el cual creo. Es necesario reformar el sistema de representación política para que los que hoy se dicen dirigentes dejen de vivir su propia fantasía y bajen a la realidad. Con un sistema institucional en serio que nos proporcione una perspectiva abierta y democrática, podremos encarar los problemas estructurales que hoy se tapan con remiendos y clientelismo.
Sin empleo genuino y educación pública no hay inclusión.
La pobreza salteña es un problema estructural. Hace sesenta años, la población rural en Salta era del 60 %, hoy lo es solo el 15,80 %. Es decir se ha producido una fenomenal migración hacia los centros urbanos, sin que se hayan creado en los mismos un número suficiente de empleos de calidad.
El programa anti-pobreza más importante es la Asignación Universal por Hijo, una idea tomada del programa “Bolsa Escola” del Brasil. Este subsidio solo es un paliativo. Hay que solucionar el problema estructural.
La pobreza estructural tiene solución con políticas adecuadas de mediano y largo plazo. Lo sorprendente es que los problemas estructurales de Salta no se debaten y por lo tanto tampoco se construyen consensos que definan políticas de Estado.
¿Cuál es la causa? Hay una fuerte crisis dirigencial, que desde luego comprende de manera principal al sistema de representación política. Por esta razón no hay respuestas.
Me pregunto: ¿Qué se puede hacer desde el gobierno (nacional y provincial) para solucionar esto?
El Gobierno nacional debería cumplir el mandato contenido en el artículo 75, inciso 19, de la Constitución que habla de “promover políticas diferenciadas que tiendan a equilibrar el desigual desarrollo relativo de provincias y regiones”.
Desde luego, necesitamos también que el gobernador y los legisladores nacionales reclamen estas medidas.
Salta ocupa el lugar número 21 en la distribución de fondos discrecionales del Estado Nacional. Esto lo dice todo.
¿Cuáles son las estrategias que conducirían a erradicar la pobreza?
Hay una agenda prioritaria de temas, los cuales básicamente a mi juicio son los siguientes: reforma institucional, nutrición, empleo, calidad educativa, relación con el gobierno nacional y obras de infraestructura para atraer inversiones.
Cada tema tiene su razón de ser. Por ejemplo, el 42 % de la población de Salta tiene 18 o menos años de edad; está claro entonces que tenemos una población joven, razón por la cual es importante incluir el tema del empleo. Por otra parte de la pobreza no se emerge con un plan social: se sale con empleo y educación de calidad.