El nivel de actividad de la economía se encuentra resentido por las turbulencias cambiarias que pasaron en enero. Hubo elevada inflación, el ajuste en el poder de compra de los salarios, la suba de tasas de interés, la fuerte caída en la confianza de consumidores e inversores, y los problemas propios de la economía de Brasil, entre otras razones.
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El nivel de actividad de la economía se encuentra resentido por las turbulencias cambiarias que pasaron en enero. Hubo elevada inflación, el ajuste en el poder de compra de los salarios, la suba de tasas de interés, la fuerte caída en la confianza de consumidores e inversores, y los problemas propios de la economía de Brasil, entre otras razones.
A este cuadro, adicionalmente se le puede sumar las ventas de granos, en particular de soja, hoy demoradas respecto de su patrón histórico, lo que afecta particularmente a empresas de transporte, industrias transformadoras, proveedores de bienes de capital y actividades de consumo en general.
Una macro economía que no aloja variables seguras, impacta en la vida de la soja.
El cultivo podrá hacer una buena contribución al segundo semestre si puede mejorar en cantidad de toneladas su producción y en la rentabilidad de los ingresos que le produce al agricultor.
Los ciclos de la soja son cambiantes, Así se dio en el período enero-mayo que las ventas de soja representaron apenas el 29% de la producción de la presente campaña, cuando el promedio de los últimos 8 años es de 41% de la cosecha.
Otro dato es que en un escenario moderado, como sería el período junio-diciembre podrían volcarse al mercado 27 millones de toneladas, cifra que compara con 21 millones de toneladas de igual período del año pasado.
En los cálculos de la economía agraria de la soja también se cuenta como una producción que podría tener precios moderados. En ese caso, el incremento de ingresos de los productores podría ubicarse en 1.300 millones de dólares en junio-diciembre de este año respecto de igual período de 2013.
Si estas hipótesis son traducidas en pesos corrientes, el aumento de los ingresos de los agricultores sería de 28.600 millones, ya que la devaluación potencia estos guarismos. Las ventas acumuladas de soja (con precio cerrado) se aproximaron a 16 millones de toneladas a fines de mayo 2014, por debajo de similar período 2013 (17,2 millones) y del promedio histórico de las últimas 8 campañas (18,4 millones de toneladas).
Cierto alivio
Existen razones para pensar que las ventas pueden recuperarse y terminar al cabo del año arriba del 2013, lo que traería cierto alivio a la economía. Sin embargo, las condiciones macroeconómicas tendrán su influencia para confirmarlo. De acuerdo a escenarios simulados de ventas y precios internacionales, los flujos de ingresos incrementales que podrían generar mayores ventas hacia la segunda mitad del año, se encuentran en un rango que va desde 0,5 puntos porcentuales a 1,3 puntos porcentuales del PIB (a precios constantes).
Según la Fundación Mediterránea con estimaciones propias basadas en estadísticas del Ministerio de Agricultura de la Nación, se habrían vendido (con precio cerrado) aproximadamente 16 millones de toneladas de soja de la campaña 2013/2014 a fines de mayo, incluyendo tanto las compras declaradas de la exportación como las de la industria.
Los cimbronazos repetidos en los agronegocios
El interrogante que hoy existe en el mundo de los agronegocios es cuánto podré vender y cuánto podré ganar por los granos de soja colocados.
Como en el campo la rentabilidad es sobre la producción actual, entonces la pregunta económica es ¿cuál será el nivel de ventas hasta fin de año?.
Como referencia, en el año pasado se vendieron unas 21 millones de toneladas de soja entre junio y diciembre. ¿Se venderá más o menos soja en lo que queda de este año?. ¿Contribuirá la soja a sostener la actividad económica del segundo semestre?.
Si hay tantas preguntas sin contestar es porque no existe la certeza económica en el campo.
Tantos cimbronazos económicos juntos que llegaron a partir de enero producen incertidumbre.
De todos modos, el volumen total de la campaña se confirma en una cifra cercana a las 55,5 millones de toneladas (tal como proyectan las Bolsas), se habría producido un récord histórico. De los datos resultarán que las ventas acumuladas a la fecha antes referida representarían el 29% de la producción.
En perspectiva histórica, el ritmo de las ventas se encuentra por debajo de campañas anteriores.