Gracias a un gol de Mario Götze en el segundo tiempo del suplementario, Alemania derrotó a Argentina en la final y se coronó campeón del mundo (weltmeister, en alemán) en el mítico Maracaná. Allí mismo también se convirtió en el primer equipo europeo en alzar la Copa del Mundo en suelo sudamericano.
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Gracias a un gol de Mario Götze en el segundo tiempo del suplementario, Alemania derrotó a Argentina en la final y se coronó campeón del mundo (weltmeister, en alemán) en el mítico Maracaná. Allí mismo también se convirtió en el primer equipo europeo en alzar la Copa del Mundo en suelo sudamericano.
En una final intensa, pareja y extenuante, Götze, un jugador caído en desgracia que necesitaba reivindicarse y que con su tanto dejó a un desdibujado Messi sin el título que ansiaba pero que, por sus intermitencias y su mala puntería frente a Neuer en el partido decisivo, no mereció.
“Muéstrale al mundo que eres mejor que (Lionel) Messi y que puedes decidir el Mundial”, le dijo el entrenador Joachim Löw cuando lo puso en el segundo tiempo en reemplazo del delantero Miroslav Klose.
“Tiré al gol y no sabía lo que estaba sucediendo”, expresó Gotze; “es un sueño hecho realidad. Estoy más que feliz, orgulloso con el equipo y por todo lo que sucedió en Brasil”, agregó.
La corona mundial festeja, además, la propuesta de Joachim Löw. Un proyecto que lleva ya ocho años en Alemania. A Löw le gusta que su equipo controle el juego y disponga de la pelota a su antojo, por más que sepa que el rival se encuentra cómodo defendiendo. “Somos el primer equipo europeo que gana un título en Latinoamérica. En Río, en Brasil, en el país del fútbol por excelencia. Esto nos enorgullece mucho”, afirmó el DT alemán. “Los campeones hacen lo que sea necesario. Nosotros trabajamos muy duro y si hay un equipo que lo merece, es este”, concluyó.
Es la cuarta estrella para Alemania y primera desde aquella final de Italia 1990 que ganó, también 1-0 con un tanto de penal, a la Argentina.
“Lo más importante es que tenemos jugadores con clase, pero aún más importante es que tenemos tradición en nuestro juego: la mentalidad de los alemanes. Como los chicos de los 90”, opinó por su parte Schweinsteiger, la figura de la final.
Más de 300.000 personas se reunieron ayer en el centro de Berlín para celebrar la victoria.