Trabajan descalzos, con ropa muy cómoda, sobre colchonetas, en un ambiente a media luz, música
suave y un leve perfume que viene de un barita de sahumerio. Lejos del ruido de la calle, el sonido del
celular, los juegos de la compu y la pelea con los compañeros del cole. Es su momento, su espacio para re
lajarse. Son niños y practican yoga. En diálogo con El Tribuno, Mónica Fernández, profesora de yoga en La
Estrella Sirio, afirmó: "Los objetivos del yoga para niños son varios y diversos. Así como hay niños hay objetivos".Las razones por las que los chicos llegan a la clase de yoga pueden ser diversas, desde una corrección en la postura, una corrección en la respiración y falta de concentración, por ejemplo. "Al mantener la atención en el ejercicio, los ayudás a enfocar. Esto reditúa en el rendimiento escolar. Aprender a enfocarse, a relajarse, a manejar la presión. Con yoga, al aprender a respirar correctamente, al aprender a mantener la atención en lo que está haciendo con su cuerpo, también está modificando internamente su plano de emociones y pensamiento", detalló Mónica. El grupo con el que trabaja, con 6 niñas de entre 7 y 11 años, están juntas en la clase de yoga desde principios de año, pero ya se conocen las formas
y se corrigen entre ellas. Entre risas y sonrisas compartieron la clase con la cronista del El Tribuno, que trataba de mantener el equilibrio y la concentración a toda costa. En ese breve espacio de tiempo demostraron la capacidad de la que ya son poseedoras. "A los 6 años los chicos ya está preparados para el yoga.
Beneficios: cada niño descubre algo distinto en las clases de acuerdo a la instancia en la que se encuentra .Establece una conexión con él mismo y con el entorno auténtico. .Equilibra sus emociones
El cuerpo está preparado para empezar la práctica y su psiquis ya está en condiciones de trabajar en forma grupal y también mantener su independencia", expresó la profe. Los niños pueden practicar cualquier línea de yoga. En la clase que se dicta en La Estrella practican algo de agni yoga y hatha yoga. "El agni trabaja mucho la parte energética. Si bien a los niños no les detallamos que trabajamos la energía, si trabajamos el nombre de la postura y distintas partes del cuerpo. En hatha el trabajo es más activo y dinámico. Lo que se trabaja es el sostenimiento de postura", explicó Mónica Fernández. Rodeados de un ambiente que los hace cada día más hiperactivos, es muy difícil pensar en una clase en la que las figuras se hagan sin errores. Por eso Mónica reconoce que con los chicos, en esta práctica, no se puede ser muy estricto.
Recomendada
El yoga es una actividad útil para los niños con discapacidad. A lo lar go de mi práctica tuve alumnos con diferentes discapacidades y proble mas terapéuticos. Esto los ayudó muchísimo. Ahora los veo en las cla
ses avanzadas de los adultos. Se ve la evolución que tuvieron a lo largo del tiempo, recordó con nostalgia Mónica. Es el momento del recuerdo, y junto con El Tribuno, la profe destacó que tiene 51 años y que hace 25 que practica yoga. Su llegada a esta disciplina fue una vuelta más de la vida. Su mamá tenía problemas de salud y se acercó a La Estrella Sirio en busca de clases de yoga que la ayuden. Allí le ofrecieron a ella hacer la práctica, luego continuó con un profesorado y así no paró nunca más.
"El yoga es una filosofía de vida y es una práctica ancestral que ayuda a encontrar el equilibrio entre el cuerpo y el alma. Es encontrar el punto justo donde vos podés vivir la vida y ser mejor persona", explicó la profe.
Trabajan descalzos, con ropa muy cómoda, sobre colchonetas, en un ambiente a media luz, música
suave y un leve perfume que viene de un barita de sahumerio. Lejos del ruido de la calle, el sonido del
celular, los juegos de la compu y la pelea con los compañeros del cole. Es su momento, su espacio para re
lajarse. Son niños y practican yoga. En diálogo con El Tribuno, Mónica Fernández, profesora de yoga en La
Estrella Sirio, afirmó: "Los objetivos del yoga para niños son varios y diversos. Así como hay niños hay objetivos".Las razones por las que los chicos llegan a la clase de yoga pueden ser diversas, desde una corrección en la postura, una corrección en la respiración y falta de concentración, por ejemplo. "Al mantener la atención en el ejercicio, los ayudás a enfocar. Esto reditúa en el rendimiento escolar. Aprender a enfocarse, a relajarse, a manejar la presión. Con yoga, al aprender a respirar correctamente, al aprender a mantener la atención en lo que está haciendo con su cuerpo, también está modificando internamente su plano de emociones y pensamiento", detalló Mónica. El grupo con el que trabaja, con 6 niñas de entre 7 y 11 años, están juntas en la clase de yoga desde principios de año, pero ya se conocen las formas
y se corrigen entre ellas. Entre risas y sonrisas compartieron la clase con la cronista del El Tribuno, que trataba de mantener el equilibrio y la concentración a toda costa. En ese breve espacio de tiempo demostraron la capacidad de la que ya son poseedoras. "A los 6 años los chicos ya está preparados para el yoga.
Beneficios: cada niño descubre algo distinto en las clases de acuerdo a la instancia en la que se encuentra .Establece una conexión con él mismo y con el entorno auténtico. .Equilibra sus emociones
El cuerpo está preparado para empezar la práctica y su psiquis ya está en condiciones de trabajar en forma grupal y también mantener su independencia", expresó la profe. Los niños pueden practicar cualquier línea de yoga. En la clase que se dicta en La Estrella practican algo de agni yoga y hatha yoga. "El agni trabaja mucho la parte energética. Si bien a los niños no les detallamos que trabajamos la energía, si trabajamos el nombre de la postura y distintas partes del cuerpo. En hatha el trabajo es más activo y dinámico. Lo que se trabaja es el sostenimiento de postura", explicó Mónica Fernández. Rodeados de un ambiente que los hace cada día más hiperactivos, es muy difícil pensar en una clase en la que las figuras se hagan sin errores. Por eso Mónica reconoce que con los chicos, en esta práctica, no se puede ser muy estricto.
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El yoga es una actividad útil para los niños con discapacidad. A lo lar go de mi práctica tuve alumnos con diferentes discapacidades y proble mas terapéuticos. Esto los ayudó muchísimo. Ahora los veo en las cla
ses avanzadas de los adultos. Se ve la evolución que tuvieron a lo largo del tiempo, recordó con nostalgia Mónica. Es el momento del recuerdo, y junto con El Tribuno, la profe destacó que tiene 51 años y que hace 25 que practica yoga. Su llegada a esta disciplina fue una vuelta más de la vida. Su mamá tenía problemas de salud y se acercó a La Estrella Sirio en busca de clases de yoga que la ayuden. Allí le ofrecieron a ella hacer la práctica, luego continuó con un profesorado y así no paró nunca más.
"El yoga es una filosofía de vida y es una práctica ancestral que ayuda a encontrar el equilibrio entre el cuerpo y el alma. Es encontrar el punto justo donde vos podés vivir la vida y ser mejor persona", explicó la profe.