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Laudato si, el canto de las criaturas

Miércoles, 24 de junio de 2015 19:39

Laudato si, el canto de las criaturas

El Papa Francisco lanzó en este junio de 2015 una encíclica moderna de conocimientos científicos, pero con profunda ética y valores; un documento que trata de mostrar al mundo, que los humanos formamos parte de la Tierra, que no somos los amos de la misma y que debemos cuidar la casa de todos los seres humanos.
Es un tema que los argentinos venimos conversando hace mucho tiempo, sobre el cual se han dictado una cantidad importante de leyes tanto nacionales como provinciales, que incluso ha sido normado por las constituciones, tanto la nacional como las provinciales, pero que en el campo de los hechos todavía está muy lejos de una comprensión acabada por todos los sectores, los productivos, los consumidores, los ricos y los pobres.
Pero el cambio climático, la deforestación, las sequías, la falta de agua, la desnutrición y las otras consecuencias de la falta de atención al ambiente se ensañan con los más vulnerables.
Ahora lo dice el Santo Padre, seguramente escuchando a quienes de todo el mundo le han acercado su preocupación, pero también de la observación propia de lo que pasa en América Latina y en la Argentina.
Es por eso que las propuestas de prevención, de mitigación, de solución de este problema que nos aqueja a todos y de varias formas, son necesarias y urgentes.
Hay que tomar medidas urgentes y no dejar que nos domine el egoísmo de pensar en el aquí y ahora solamente.
Pensar a futuro
El medio ambiente nos obliga a pensar solidariamente en el futuro para nuestros hijos, nietos, y los que vendrán, que tienen y tendrán el mismo derecho y las mismas obligaciones de cuidar la Tierra, que la que gozamos nosotros. Esta obligación es de los estados y de todos los habitantes.
En nuestro caso, de los tres poderes del Estado, y de los niños, los jóvenes y los mayores; de las empresas, las sociedades y el ciudadano, con acciones positivas y con el control debido.
Debemos asumir que este no es un documento más entre tantos otros como los que emitieron las Naciones Unidas y, reitero, normaron los países. Este es un llamado a los valores humanos a los que recurre el Santo Padre, el papa Francisco. No perdamos los valores, no archivemos la ética ni aceptemos, resignados, que el monetarismo domine al mundo.
Laudato si refiere al Cántico de las criaturas, de San Francisco de Asís, escrito en italiano umbro, es un himno religioso del año 1224.
"Il poverello" se encontraba enfermo y casi ciego. Es una expresión de alabanza a todas las criaturas terrenales así como a las fuerzas de la naturaleza.
Contrariamente a otros cánticos religiosos de esa época, el cántico de las criaturas no se enfoca únicamente a Dios, a la Virgen o a otros santos, sino que le agradece al Creador por otras criaturas como el "Hermano Fuego", la "Hermana Agua", la "Hermana Tierra" y todas las criaturas del mundo.
"Laudato si', mi' Signore, per sora nostra matre Terra, la quale ne sustenta et governa, et produce diversi fructi con coloriti flori et herba". (Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre Tierra, la cual nos sostiene y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas).
Cinco puntos
"La Fundación Planeta Verde Argentina, en su página publica este resumen de un trabajo de DPI que contiene los cinco puntos salientes de la Encíclica.

1) El calentamiento global es real: "Hay un consenso científico sólido" que se trata de un fenómeno innegable. Si no se toman medidas para frenarlo se reducirá el agua potable, dañará la agricultura, conducirá a la extinción de algunas plantas y animales. También advirtió sobre el peligro del aumento en los niveles de los mares que podrían terminar inundando algunas de las ciudades más populosas del mundo.
2) Es principalmente el resultado de la actividad humana: reconoció que el cambio climático se da en parte de manera natural pero que los estudios científicos indican que su "principal" causa somos los humanos. Sostuvo que el "consumismo inmoral" ha llevado a la sociedad a un comportamiento que permite la degradación continua del medio ambiente.
3) Los países ricos tienen una "deuda ecológica" con los países pobres: aseguró que los países en desarrollo están a merced de las naciones industrializadas que explotan sus recursos para alimentar su producción y consumo, una relación que el Papa calificó como "estructuralmente perversa". Rechazó el argumento de que solo a través del crecimiento económico se puede resolver el hambre, la pobreza y se puede recuperar el medio ambiente. Llamó esa filosofía "un concepto mágico del mercado".
4) Creación de instituciones internacionales fuertes: se necesitan regulaciones a nivel gubernamental para frenar el calentamiento global. "Es esencial lograr un consenso global para enfrentar problemas más profundos que no pueden ser resueltos por las medidas unilaterales de países individuales", dijo. Pero indicó que las regulaciones por sí solas no resolverán todo el problema. Pidió un cambio de perspectiva ética global para cuidado de la naturaleza y hacer que los pueblos sean prioridad.
5) Presión a los líderes políticos y sacrificio individual: el papa identificó que "muchos de aquellos que tienen más recursos y poder económico y político parecen concentrarse sobre todo en enmascarar los problemas o en ocultar los síntomas, tratando solo de reducir algunos impactos negativos del cambio climático". Hizo un llamado para que individuos formen redes sociales para presionar a los líderes políticos y para ayudar a los que han quedado desamparados y desempleados debido al cambio climático. También instó a todos a hacer pequeños cambios en sus hábitos diarios, incluyendo el uso de transporte público, compartir viajes en auto, plantar árboles y apagar luces innecesarias.
"Nadie propone volver a la Edad de Piedra, pero sí debemos frenar y mirar a la realidad de forma diferente, apropiarnos del progreso positivo y sostenible que se ha hecho, pero también recuperar los valores y los grandes objetivos arrollados por nuestros desatados delirios de grandeza".
Es una encíclica que hay que leer íntegra, que demuestra la preocupación de la Iglesia Católica y, sobre todo, de Su Santidad el papa Francisco, por el ambiente, por los pobres, por la Tierra.


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Laudato si, el canto de las criaturas

El Papa Francisco lanzó en este junio de 2015 una encíclica moderna de conocimientos científicos, pero con profunda ética y valores; un documento que trata de mostrar al mundo, que los humanos formamos parte de la Tierra, que no somos los amos de la misma y que debemos cuidar la casa de todos los seres humanos.
Es un tema que los argentinos venimos conversando hace mucho tiempo, sobre el cual se han dictado una cantidad importante de leyes tanto nacionales como provinciales, que incluso ha sido normado por las constituciones, tanto la nacional como las provinciales, pero que en el campo de los hechos todavía está muy lejos de una comprensión acabada por todos los sectores, los productivos, los consumidores, los ricos y los pobres.
Pero el cambio climático, la deforestación, las sequías, la falta de agua, la desnutrición y las otras consecuencias de la falta de atención al ambiente se ensañan con los más vulnerables.
Ahora lo dice el Santo Padre, seguramente escuchando a quienes de todo el mundo le han acercado su preocupación, pero también de la observación propia de lo que pasa en América Latina y en la Argentina.
Es por eso que las propuestas de prevención, de mitigación, de solución de este problema que nos aqueja a todos y de varias formas, son necesarias y urgentes.
Hay que tomar medidas urgentes y no dejar que nos domine el egoísmo de pensar en el aquí y ahora solamente.
Pensar a futuro
El medio ambiente nos obliga a pensar solidariamente en el futuro para nuestros hijos, nietos, y los que vendrán, que tienen y tendrán el mismo derecho y las mismas obligaciones de cuidar la Tierra, que la que gozamos nosotros. Esta obligación es de los estados y de todos los habitantes.
En nuestro caso, de los tres poderes del Estado, y de los niños, los jóvenes y los mayores; de las empresas, las sociedades y el ciudadano, con acciones positivas y con el control debido.
Debemos asumir que este no es un documento más entre tantos otros como los que emitieron las Naciones Unidas y, reitero, normaron los países. Este es un llamado a los valores humanos a los que recurre el Santo Padre, el papa Francisco. No perdamos los valores, no archivemos la ética ni aceptemos, resignados, que el monetarismo domine al mundo.
Laudato si refiere al Cántico de las criaturas, de San Francisco de Asís, escrito en italiano umbro, es un himno religioso del año 1224.
"Il poverello" se encontraba enfermo y casi ciego. Es una expresión de alabanza a todas las criaturas terrenales así como a las fuerzas de la naturaleza.
Contrariamente a otros cánticos religiosos de esa época, el cántico de las criaturas no se enfoca únicamente a Dios, a la Virgen o a otros santos, sino que le agradece al Creador por otras criaturas como el "Hermano Fuego", la "Hermana Agua", la "Hermana Tierra" y todas las criaturas del mundo.
"Laudato si', mi' Signore, per sora nostra matre Terra, la quale ne sustenta et governa, et produce diversi fructi con coloriti flori et herba". (Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre Tierra, la cual nos sostiene y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas).
Cinco puntos
"La Fundación Planeta Verde Argentina, en su página publica este resumen de un trabajo de DPI que contiene los cinco puntos salientes de la Encíclica.

1) El calentamiento global es real: "Hay un consenso científico sólido" que se trata de un fenómeno innegable. Si no se toman medidas para frenarlo se reducirá el agua potable, dañará la agricultura, conducirá a la extinción de algunas plantas y animales. También advirtió sobre el peligro del aumento en los niveles de los mares que podrían terminar inundando algunas de las ciudades más populosas del mundo.
2) Es principalmente el resultado de la actividad humana: reconoció que el cambio climático se da en parte de manera natural pero que los estudios científicos indican que su "principal" causa somos los humanos. Sostuvo que el "consumismo inmoral" ha llevado a la sociedad a un comportamiento que permite la degradación continua del medio ambiente.
3) Los países ricos tienen una "deuda ecológica" con los países pobres: aseguró que los países en desarrollo están a merced de las naciones industrializadas que explotan sus recursos para alimentar su producción y consumo, una relación que el Papa calificó como "estructuralmente perversa". Rechazó el argumento de que solo a través del crecimiento económico se puede resolver el hambre, la pobreza y se puede recuperar el medio ambiente. Llamó esa filosofía "un concepto mágico del mercado".
4) Creación de instituciones internacionales fuertes: se necesitan regulaciones a nivel gubernamental para frenar el calentamiento global. "Es esencial lograr un consenso global para enfrentar problemas más profundos que no pueden ser resueltos por las medidas unilaterales de países individuales", dijo. Pero indicó que las regulaciones por sí solas no resolverán todo el problema. Pidió un cambio de perspectiva ética global para cuidado de la naturaleza y hacer que los pueblos sean prioridad.
5) Presión a los líderes políticos y sacrificio individual: el papa identificó que "muchos de aquellos que tienen más recursos y poder económico y político parecen concentrarse sobre todo en enmascarar los problemas o en ocultar los síntomas, tratando solo de reducir algunos impactos negativos del cambio climático". Hizo un llamado para que individuos formen redes sociales para presionar a los líderes políticos y para ayudar a los que han quedado desamparados y desempleados debido al cambio climático. También instó a todos a hacer pequeños cambios en sus hábitos diarios, incluyendo el uso de transporte público, compartir viajes en auto, plantar árboles y apagar luces innecesarias.
"Nadie propone volver a la Edad de Piedra, pero sí debemos frenar y mirar a la realidad de forma diferente, apropiarnos del progreso positivo y sostenible que se ha hecho, pero también recuperar los valores y los grandes objetivos arrollados por nuestros desatados delirios de grandeza".
Es una encíclica que hay que leer íntegra, que demuestra la preocupación de la Iglesia Católica y, sobre todo, de Su Santidad el papa Francisco, por el ambiente, por los pobres, por la Tierra.


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