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14 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Juan Pablo Carbajal: No entiendo eso de separar al país del mundo y generar rivalidades que dificultan la colaboración

Lunes, 27 de julio de 2015 00:00
"¿Qué es un robot y lo diferencia de otra máquina?", preguntaron al doctor en Física, Juan Pablo Carbajal, en el Café Científico que organizó la Secretaría de Ciencia y Tecnología el jueves 16 de julio en una confitería de la calle Balcarce.
A continuación surgieron otras inquietudes. "¿Qué es la inteligencia artificial? y "¿Qué posibilidades hay de que los robots tomen decisiones como los humanos?", le preguntaron también al científico salteño que trabaja y vive en Zúrich, Suiza, pero que siempre colabora con proyectos salteños.
El ambiente relajado permitió la proximidad y comunicación con el auditorio, para hacer un mano a mano con el especialista, que se permitió reflexionar y también contar su experiencia personal.
Su entusiasmo innato, de la mano de su saber, atrae como un imán a los jóvenes, algunos niños, y también a los profesores.
Carbajal no tiene dudas de que la interconectividad no va a retroceder y de que el avance de los robots, como el de la inteligencia artificial, tampoco. El punto es, para qué vamos a usarlos.
Respecto del panorama nacional y los proyectos de investigación que se desarrollan en Argentina y Sudamérica, destacó las libertades que existen y la posibilidad de realizar aún hoy trabajos en los cuales no se sabe si habrá o no un resultado concreto. "Armar un proyecto de investigación para preguntarnos y responder qué es la inteligencia, es posible en estos países y es bueno", explicó.
En conversación con El Tribuno, destacó la necesidad de que Argentina trabaje más en proyectos colaborativos con otros países. "El nacionalismo es algo que yo no lo puedo entender desde lo científico", aseguró.
¿Qué es la robótica y la inteligencia artificial?
Se habla de robot cuando hay una máquina, que tiene sensores, motores y se utiliza par realizar una tarea. La palabra robot viene del checo y quiere decir esclavo. Básicamente, que es una máquina esclava.
La inteligencia artificial (IA) es un complemento de la robótica y trata de darle inteligencia a ese robot. Es decir que ese robot pueda hacer cosas más parecidas a un ser humano o que extiende las capacidades del ser humano. Hablamos en la charla de la posibilidad de que estos robots tomen decisiones, tengan creatividad o intuición, entre otras cosas.
Hablar de robótica es casi hablar de inteligencia artificial. Ahora hay que aclarar que la IA no implica a la robótica porque puede haber IA sin cuerpo. Ejemplo de esto es lo que utiliza Google, que es un software, que es través de los bits.
Es una inteligencia que vive en el mundo virtual. El robot, en cambio, vive en el mundo que vivimos nosotros.
Hace unos días se publicó que en Japón hay un robot que atiende la recepción de un hotel. ¿Qué tan lejos estamos de eso en nuestro ámbito?
Lo del robot en Japón es algo que se puede hacer perfectamente acá, porque no es más que un cajero automático con una mano y una peluca. No es muy distinto que eso. Lo que pasa es que en Japón esto resuena mucho socialmente porque a la sociedad japonesa le gustan los robots, las máquinas.
En Salta eso está un poco distante porque a la sociedad no le motiva tanto. Ese tipo de aplicaciones aquí en Salta son difíciles de hacer porque no hay interés y por cuestiones culturales diría. Es algo que no es bueno ni malo, solo un rasgo de la sociedad.
¿Hay algún campo que sea solo exclusivo para los humanos o los robots lo conquistarán todo?
Siempre que aparece una tecnología nueva hay trabajos que desaparecen. Esto ha ocurrido cientos de veces en la historia del ser humano. La pregunta es cómo reciclamos a esos trabajadores para que ocupen los nuevos puestos de trabajo que se generan con la nueva tecnología. El molino en la época de la industrialización reemplazó un montón de trabajo humano, por ejemplo. Entonces, hay que reciclar esa fuerza de trabajo para que ocupen los nuevos puestos.
En vez de esperar a que ocurra este desplazamiento hay que empezar a hacer el reciclado antes. Hoy estamos en una situación en la que se puede ver cuál será el efecto. Por lo tanto, se puede capacitar a la mano de obra que está en peligro para que con la IA de mañana puedan reincorporarse.
Durante el taller se habló de la posibilidad de que por las calles circule un auto automático. Google ya lo lanzó. ¿Crees que nosotros vamos a llegar a eso?
Creo que sí. Sobre todo con el ejemplo del auto que se maneja solo, sí. A menos de que ocurra un accidente muy terrible y que la sociedad tenga una percepción sumamente negativa de éste, que puede pasar, yo creo que es una fija. No hay manera de evitarlo.
¿Por qué te sumas a las iniciativas locales como talleres científicos o participar de las clases del taller del profesor Daniel Córdoba?
Por un lado, por la carrera. Para tratar de que los chicos vean que hay un espectro de carreras que no solo se circunscribe en la psicología, medicina, abogacía y economía. Hay un espectro de otras cosas y están interrelacionadas.
Para que un chico vea eso hay que mostrárselo, no solo decirle si no hay que hacerlo participar. Que los chicos hagan, vean y se involucren en eso y vean que es posible.
Eso es lo que se llama creación de vocación científica ó creación de vocación tecnológica. Eso es importante.
Ahora uno puede tener un millón de estudiantes de doctorado y después tiene solo cinco trabajos para proponerles. Entonces no solo se tata de traer gente a estas carreras, sino también que la gente sepa y valore este tipo de trabajo. Que la gente demande este tipo de desarrollo. Que haya una demanda social y también que el político sepa, se entusiasme y haga esos talleres. Que sepa de primera mano lo que interesa.
Así ellos opten por otra carrera o profesión, es importante que la gente sepa y entienda el valor de las ciencias.
¿En qué campos crees que las ciencias podrían colaborar más?
Generalmente con la producción de alimentos. Todo lo que incremente la producción y distribución del alimento. Es decir, todo lo que es la tecnología ferroviaria u otro elemento de distribución que sea humano. Puede ser también para cosas, etc. Y al mismo tiempo considerar, ese es el desafío, que hay que ser más productivos pero respetar el medio ambiente. Hacer eso requiere de nuevas tecnologías. Ahí es donde entran en conflicto estas preguntas científico-
tecnológicas que son fundamentales y son difíciles. ¿Cómo hago para generar más comida en menos lugar?
La medicina es otro campo. Me gusta mucho el trabajo que implica ampliar la capacidad del ser humano, reemplazar o recuperar las capacidades motrices y eso se puede hacer con prótesis. Por ejemplo, Salta es una ciudad que no está preparada para una persona en silla de ruedas. Entonces hay dos opciones. Una es que el Gobierno invierta y mejore las calles, las veredas, y aumente la accesibilidad. Pero también hay otra opción. ¿Y si en vez de hacer sillas de ruedas hacemos caballos robots? Una especie de máquina con patas que transporte a las personas que tienen dificultades. La máquina con patas es mucho más flexible que la máquina con ruedas. Uno puede pensar en tecnologías alternativas que generen una disrupción, que rompan con esquemas tradicionales.
¿Y en la electrónica? En Salta ese campo se aborda en las escuelas técnicas por ejemplo...
No se por qué es que estamos trabados. Mucho tiene que ver con la historia de desabastecimiento que tienen las técnicas. Hay mucho capital humano en Salta. Los chicos son muy capaces. Los profes son buenos, pero están quedados, están amansados por un sistema que los ha trajinado. Pero los chicos todavía no.
Los profes están amansados, uno lo ve. Saben que el sacrifico ya no lo quieren hacer porque tienen dolor asociado a ese sacrifico. Es comprensible desde lo humano que ellos ya no sean la herramienta para el cambio. Pero pueden ser el apoyo para el cambio. A los chicos hay que desafiarlos. Hay que pedirles que hagan cosas nuevas y rompan con los esquemas.
Me gustaría ver en las técnicas proyectos que los profes no saben cómo resolverlos y que, con los chicos, trabajen en esos proyectos hasta sacarlos. Está bueno cuando le tiran un desafío a uno.
Respecto del desarrollo de la investigación en Argentina, ¿Cómo la ves? ¿Crees que el escenario es ideal para repatriar científicos?
Argentina venía con una tradición de proyectos de investigación básica y ahora hay un programa hacia cosas aplicadas, de mayor transferencia industrial. Todo depende mucho del perfil del científico. Si uno se focaliza solo en lo que voy a trabajar veo una mejora increíble en la oferta científica de Argentina, pero también veo algo que a mí no me gusta para nada: el nacionalismo. Hay un discurso que pone a la Argentina frente al extranjero. Yo lo puedo entender desde un punto de vista económico. Quizás desde un punto de vista social es bueno, pero desde un punto de vista científico yo no lo puedo entender. No entiendo eso de separar a la Argentina del resto del mundo, y generar rivalidades que dificultan la colaboración. Hay que fomentar la colaboración.

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"¿Qué es un robot y lo diferencia de otra máquina?", preguntaron al doctor en Física, Juan Pablo Carbajal, en el Café Científico que organizó la Secretaría de Ciencia y Tecnología el jueves 16 de julio en una confitería de la calle Balcarce.
A continuación surgieron otras inquietudes. "¿Qué es la inteligencia artificial? y "¿Qué posibilidades hay de que los robots tomen decisiones como los humanos?", le preguntaron también al científico salteño que trabaja y vive en Zúrich, Suiza, pero que siempre colabora con proyectos salteños.
El ambiente relajado permitió la proximidad y comunicación con el auditorio, para hacer un mano a mano con el especialista, que se permitió reflexionar y también contar su experiencia personal.
Su entusiasmo innato, de la mano de su saber, atrae como un imán a los jóvenes, algunos niños, y también a los profesores.
Carbajal no tiene dudas de que la interconectividad no va a retroceder y de que el avance de los robots, como el de la inteligencia artificial, tampoco. El punto es, para qué vamos a usarlos.
Respecto del panorama nacional y los proyectos de investigación que se desarrollan en Argentina y Sudamérica, destacó las libertades que existen y la posibilidad de realizar aún hoy trabajos en los cuales no se sabe si habrá o no un resultado concreto. "Armar un proyecto de investigación para preguntarnos y responder qué es la inteligencia, es posible en estos países y es bueno", explicó.
En conversación con El Tribuno, destacó la necesidad de que Argentina trabaje más en proyectos colaborativos con otros países. "El nacionalismo es algo que yo no lo puedo entender desde lo científico", aseguró.
¿Qué es la robótica y la inteligencia artificial?
Se habla de robot cuando hay una máquina, que tiene sensores, motores y se utiliza par realizar una tarea. La palabra robot viene del checo y quiere decir esclavo. Básicamente, que es una máquina esclava.
La inteligencia artificial (IA) es un complemento de la robótica y trata de darle inteligencia a ese robot. Es decir que ese robot pueda hacer cosas más parecidas a un ser humano o que extiende las capacidades del ser humano. Hablamos en la charla de la posibilidad de que estos robots tomen decisiones, tengan creatividad o intuición, entre otras cosas.
Hablar de robótica es casi hablar de inteligencia artificial. Ahora hay que aclarar que la IA no implica a la robótica porque puede haber IA sin cuerpo. Ejemplo de esto es lo que utiliza Google, que es un software, que es través de los bits.
Es una inteligencia que vive en el mundo virtual. El robot, en cambio, vive en el mundo que vivimos nosotros.
Hace unos días se publicó que en Japón hay un robot que atiende la recepción de un hotel. ¿Qué tan lejos estamos de eso en nuestro ámbito?
Lo del robot en Japón es algo que se puede hacer perfectamente acá, porque no es más que un cajero automático con una mano y una peluca. No es muy distinto que eso. Lo que pasa es que en Japón esto resuena mucho socialmente porque a la sociedad japonesa le gustan los robots, las máquinas.
En Salta eso está un poco distante porque a la sociedad no le motiva tanto. Ese tipo de aplicaciones aquí en Salta son difíciles de hacer porque no hay interés y por cuestiones culturales diría. Es algo que no es bueno ni malo, solo un rasgo de la sociedad.
¿Hay algún campo que sea solo exclusivo para los humanos o los robots lo conquistarán todo?
Siempre que aparece una tecnología nueva hay trabajos que desaparecen. Esto ha ocurrido cientos de veces en la historia del ser humano. La pregunta es cómo reciclamos a esos trabajadores para que ocupen los nuevos puestos de trabajo que se generan con la nueva tecnología. El molino en la época de la industrialización reemplazó un montón de trabajo humano, por ejemplo. Entonces, hay que reciclar esa fuerza de trabajo para que ocupen los nuevos puestos.
En vez de esperar a que ocurra este desplazamiento hay que empezar a hacer el reciclado antes. Hoy estamos en una situación en la que se puede ver cuál será el efecto. Por lo tanto, se puede capacitar a la mano de obra que está en peligro para que con la IA de mañana puedan reincorporarse.
Durante el taller se habló de la posibilidad de que por las calles circule un auto automático. Google ya lo lanzó. ¿Crees que nosotros vamos a llegar a eso?
Creo que sí. Sobre todo con el ejemplo del auto que se maneja solo, sí. A menos de que ocurra un accidente muy terrible y que la sociedad tenga una percepción sumamente negativa de éste, que puede pasar, yo creo que es una fija. No hay manera de evitarlo.
¿Por qué te sumas a las iniciativas locales como talleres científicos o participar de las clases del taller del profesor Daniel Córdoba?
Por un lado, por la carrera. Para tratar de que los chicos vean que hay un espectro de carreras que no solo se circunscribe en la psicología, medicina, abogacía y economía. Hay un espectro de otras cosas y están interrelacionadas.
Para que un chico vea eso hay que mostrárselo, no solo decirle si no hay que hacerlo participar. Que los chicos hagan, vean y se involucren en eso y vean que es posible.
Eso es lo que se llama creación de vocación científica ó creación de vocación tecnológica. Eso es importante.
Ahora uno puede tener un millón de estudiantes de doctorado y después tiene solo cinco trabajos para proponerles. Entonces no solo se tata de traer gente a estas carreras, sino también que la gente sepa y valore este tipo de trabajo. Que la gente demande este tipo de desarrollo. Que haya una demanda social y también que el político sepa, se entusiasme y haga esos talleres. Que sepa de primera mano lo que interesa.
Así ellos opten por otra carrera o profesión, es importante que la gente sepa y entienda el valor de las ciencias.
¿En qué campos crees que las ciencias podrían colaborar más?
Generalmente con la producción de alimentos. Todo lo que incremente la producción y distribución del alimento. Es decir, todo lo que es la tecnología ferroviaria u otro elemento de distribución que sea humano. Puede ser también para cosas, etc. Y al mismo tiempo considerar, ese es el desafío, que hay que ser más productivos pero respetar el medio ambiente. Hacer eso requiere de nuevas tecnologías. Ahí es donde entran en conflicto estas preguntas científico-
tecnológicas que son fundamentales y son difíciles. ¿Cómo hago para generar más comida en menos lugar?
La medicina es otro campo. Me gusta mucho el trabajo que implica ampliar la capacidad del ser humano, reemplazar o recuperar las capacidades motrices y eso se puede hacer con prótesis. Por ejemplo, Salta es una ciudad que no está preparada para una persona en silla de ruedas. Entonces hay dos opciones. Una es que el Gobierno invierta y mejore las calles, las veredas, y aumente la accesibilidad. Pero también hay otra opción. ¿Y si en vez de hacer sillas de ruedas hacemos caballos robots? Una especie de máquina con patas que transporte a las personas que tienen dificultades. La máquina con patas es mucho más flexible que la máquina con ruedas. Uno puede pensar en tecnologías alternativas que generen una disrupción, que rompan con esquemas tradicionales.
¿Y en la electrónica? En Salta ese campo se aborda en las escuelas técnicas por ejemplo...
No se por qué es que estamos trabados. Mucho tiene que ver con la historia de desabastecimiento que tienen las técnicas. Hay mucho capital humano en Salta. Los chicos son muy capaces. Los profes son buenos, pero están quedados, están amansados por un sistema que los ha trajinado. Pero los chicos todavía no.
Los profes están amansados, uno lo ve. Saben que el sacrifico ya no lo quieren hacer porque tienen dolor asociado a ese sacrifico. Es comprensible desde lo humano que ellos ya no sean la herramienta para el cambio. Pero pueden ser el apoyo para el cambio. A los chicos hay que desafiarlos. Hay que pedirles que hagan cosas nuevas y rompan con los esquemas.
Me gustaría ver en las técnicas proyectos que los profes no saben cómo resolverlos y que, con los chicos, trabajen en esos proyectos hasta sacarlos. Está bueno cuando le tiran un desafío a uno.
Respecto del desarrollo de la investigación en Argentina, ¿Cómo la ves? ¿Crees que el escenario es ideal para repatriar científicos?
Argentina venía con una tradición de proyectos de investigación básica y ahora hay un programa hacia cosas aplicadas, de mayor transferencia industrial. Todo depende mucho del perfil del científico. Si uno se focaliza solo en lo que voy a trabajar veo una mejora increíble en la oferta científica de Argentina, pero también veo algo que a mí no me gusta para nada: el nacionalismo. Hay un discurso que pone a la Argentina frente al extranjero. Yo lo puedo entender desde un punto de vista económico. Quizás desde un punto de vista social es bueno, pero desde un punto de vista científico yo no lo puedo entender. No entiendo eso de separar a la Argentina del resto del mundo, y generar rivalidades que dificultan la colaboración. Hay que fomentar la colaboración.

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