Una historia de terror vivió una humilde mujer radicada en un asentamiento de la localidad de Pichanal, quien fue secuestrada por su expareja, que la llevó a una chanchera bajo amenazas y posteriormente la violó.
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Una historia de terror vivió una humilde mujer radicada en un asentamiento de la localidad de Pichanal, quien fue secuestrada por su expareja, que la llevó a una chanchera bajo amenazas y posteriormente la violó.
Pero no todo culminó con esa acción, sino que el sujeto, saciado de una supuesta venganza, se dirigió junto a la mujer a la casa de su suegra, donde a punta de escopeta hizo que retirara a sus hijos, ropa para todos ellos y a la fuerza llevó a toda la familia nuevamente a la chanchera, donde continuó abusando de la mujer durante toda la noche.
El brutal derrotero se inició en la tarde del viernes 24, cuando la mujer, cuya identidad se encuentra protegida por ley, se encontraba en la casa de su hermana.
En esos momentos apareció en el lugar una expareja de la joven, que es mamá de dos niños, con una escopeta en la mano.
El sujeto, según la denuncia radicada 24 horas después en la comisaría de Pichanal, encañonó a la mujer y la obligó a seguirlo.
En el relato penal la mujer hace hincapié en las amenazas con el arma de fuego de su excompañero.
El hombre hizo caminar a la mujer al menos cuatro kilómetros hasta llegar a un criadero de chanchos ubicado en una ribera del río San Francisco.
En su denuncia la mujer asegura que fue objeto de toda clase de prácticas sexuales de parte de su expareja, y que llegada la noche el mismo decidió que la mujer fijara domicilio en la chanchera, para lo cual le exigió que trajera a sus dos hijos para asegurarse que no se iba a ir nuevamente de su lado.
La mujer, sin posibilidades de oponerse al violento, accedió a hacerlo, pero no pensó que el sujeto la iba a obligar a seguirlo en ese mismo momento.
16 horas denunció la mujer que fue amenazada con una escopeta. Luego de la llegada de los niños las amenazas fueron de otro tenor.
Por los hijos
Según una fuente policial, la joven accedió bajo amenazas veladas de violencia contra sus hijos, y por esta razón en la noche, casi madrugada, salió nuevamente acompañada por el violento y su escopeta rumbo a Pichanal.
Ya en casa de su madre, ella le explicó escuetamente que había decidido volver con su expareja y retiró a sus dos hijos; mantas y algunas ropitas de los chicos para emprender nuevamente el regreso hacia el calvario de la chanchera.
Según la fuente el hombre se levantó al alba a dar de comer y beber a los animales pero no le perdió pisada a la mujer, que según trascendió habría intentado escapar.
Cerca del mediodía, acosado por el hambre de los más pequeños, el inimaginable sujeto le dio algo de dinero a la mujer para que vaya en busca de alimentos al pueblo de Pichanal y se quedó con los dos pequeños para asegurarse que la mujer volviera.
Cerca de las 13.30 la mujer arribó a Pichanal después de caminar otros cuatro kilómetros, pero fue directamente a exponer la situación a la comisaría del lugar.
La inmediata consulta con la fiscal de turno hizo que se movilizara una patrulla para rescatar a los niños y otros efectivos para reducir al sujeto, que al parecer sufre de algunas alteraciones y raptos de violencia extrema.
Tal lo graficó la mujer, el sujeto al ver la llegada de los móviles policiales se atrincheró e intentó autolesionarse o suicidarse, no se sabe a ciencia cierta, pero fue inmediatamente reducido a pesar de las graves heridas que se autoprovocó; luego fue inmediatamente trasladado al hospital y tras el control de legalidad se le realizó la imputación.