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Las celdas de conducta en la cárcel, otra vez en el ojo de la tormenta

La polémica se reavivó tras la denuncia de una interna atormentada en una de esas celdas.Para la familia, el “chancho” goza de buena salud. Para el Gobierno es parte de la historia.
Miércoles, 13 de diciembre de 2017 00:00

El pasado lunes, tras la denuncia pública de una mujer acerca de las graves lesiones cerebrales sufridas por una interna del pabellón A de la cárcel de mujeres de Villa Las Rosas, el fiscal de Derechos Humanos se presentó en horas de la mañana en la unidad carcelaria 1 de esta capital y realizó un copioso secuestro de material probatorio y de los informes médicos de la penada María Fernanda Yapura, supuesta víctima de abuso de autoridad y suministro de sustancias medicinales.

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El pasado lunes, tras la denuncia pública de una mujer acerca de las graves lesiones cerebrales sufridas por una interna del pabellón A de la cárcel de mujeres de Villa Las Rosas, el fiscal de Derechos Humanos se presentó en horas de la mañana en la unidad carcelaria 1 de esta capital y realizó un copioso secuestro de material probatorio y de los informes médicos de la penada María Fernanda Yapura, supuesta víctima de abuso de autoridad y suministro de sustancias medicinales.

María Fernanda Yapura (20) padece desde fines de noviembre, cuando se hallaba alojada en una celda de conducta o de castigo, de una severa discapacidad hemipléjica, aunque las autoridades del penal aseguran que solo se trata de secuelas de su antigua adición a las drogas.

En la tarde de ayer la madre de la condenada, María Silvina Yapura (38), aseguró junto a su hija y hermana de la victimizada en el penal de mujeres que todos los funcionarios, tanto penales como judiciales, relativizan las celdas de castigo o "chanchos" y que esta práctica de subrecondenar a los internos goza de buena salud.

"Si quiere le describo cómo es la celda de castigo del pabellón A", dijo la mujer para pasar a relatar que se trata de una habitación de mampostería, sin ventanas, con una puerta de chapa que tiene una abertura para el ingreso de un tuper, con el que se alimenta al castigado.

"Adentro solo hay una cama de hierro o cemento y un colchón que tiene el espesor de un cartón corrugado. Así son aisladas las mujeres que tienen problemas de conducta o que son castigadas por diversos motivos", aseguró.

Allí "estuvo mi hija confinada durante más de dos semanas y cuando vieron que no podía ya alimentarse por sus propios medios la sacaron y se la entregaron a su compañera de celda. Así nos anoticiamos que María Fernanda estaba postrada y hoy lo sigue estando a pesar de que ya fue vista por diversos médicos, aunque la historia clínica nunca nos la mostraron", dijo su madre, Silvina.

La mujer aclaró que denunció la situación en la comisaría 9 y que al no tener respuestas oficiales se dirigió a El Tribuno para hacer público el padecer de su hija de solo 20 años.

"Hoy nos entrevistamos con el ministro Marcelo López Arias, quien nos prometió que desde el Gobierno nos va a enviar ayuda médica para diagnosticar correctamente a mi hermana que se encuentra con graves secuelas de una enfermedad que atacó su sistema nervioso. Cualquiera que la vea le va a encontrar que está hemipléjica, aunque oficialmente nieguen este estado", dijo Marcela, su hermana.

El lugar

La joven aclaró que el ministro "minimizó la existencia de la celda de castigo y nos dijo que no la vio. Sabemos perfectamente que mi hermana se encontraba bien hasta que fue encerrada en esa celda de castigo que, repito, no tiene luz, solo una cama y un pozo como letrina. Apenas tiene una ventilación por donde no entra la luz del sol".

"Así estuvo durante 15 de los 20 días a los que fue castigada por pretender sacar del penal una cámara fotográfica donde se hallaban pruebas de distintos abusos sufridos por las condenadas. Nosotros esperábamos más del ministro pero solo nos dio una cuantas promesas y relativizó en todo momento las celdas de castigo", insistió la joven.

Comer con la mano

La madre de María Fernanda aseguró que durante el tiempo que dura la sanción disciplinaria el reo debe alimentarse con sus manos, porque la comida se la llevan en un recipiente tipo tuper que entra justo por la mirilla de la celda de castigo y no lleva ningún utensilio.

"Es decir, la mujer detenida debe alimentarse como un animal, con sus manos", afirmó.

Al requerírsele precisiones sobre los alimentos que reciben, la mujer aseguró que las otras reclusas le informaron que las comidas para las penitenciadas en "el chanco" normalmente consisten en un guiso recocinado y como merienda o desayuno reciben un mate cocido con una trozo de pan. En esas condiciones mi hija soportó hasta que sus manos y sus mandíbulas ya no le funcionaban, entonces recién terminó su castigo", no hay derecho dijo la madre.

“Son celdas de conductas”

El secretario de Políticas Penales reconoció su existencia, pero dijo que nos son “chanchos”.

El secretario de Políticas Penales, Pablo Alavila, dijo anoche a El Tribuno que tras la noticia sobre el estado de salud de una interna de Villa Las Rosas se realizó una investigación interna para deslindar responsabilidades y que todo el material recogido fue secuestrado por el fiscal de Derechos Humanos en la mañana del lunes. 

“Fundamentalmente debemos aclarar que los médicos que atendieron a María Fernanda Yapura aseguran que no padece de hemiplejía sino que su dolencia es compatible a las secuelas de antiguas adicciones a las drogas”, aseguró.

Al ser consultado si en la población carcelaria hay más convictas con problemas de adicciones dijo que sí, pero que es ella la única que presenta ese cuadro neurológico.

El funcionario aseguró que se está investigando el caso y negó elípticamente que las lesiones que padece la mujer sean exclusivamente producto de su confinamiento en una celda de castigo o de conducta como ahora se llama.

Alavila aclaró que sí existen esas celdas pero que se utilizan para algunas mujeres con problemas de conducta, en otros casos por seguridad.

“Lo que antes se conocían como celdas de castigo ya no existen más”, dijo.

“Hoy esos lugares tienen muchas más comodidades y el interno además goza de una hora de recreación por día lejos de la otra población carcelaria”, informó.

Sin embargo, las aseveraciones de Alavila chocan frontalmente con las declaraciones de la madre y hermana de María Fernanda Yapura, quienes sostienen que las celdas de castigo en la cárcel 1 de la capital se encuentran en pleno funcionamiento frente al Pabellón A.

Lo cierto es que las dolencias de la condenada volvieron a reavivar una vieja polémica carcelaria, asociada a torturas inconfesables en otros tiempos y hoy relativizadas con la denominación de “celdas de castigo o conducta”. 

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