Así como el culto a la Pachama, la ascención al cerro Macón, en Tolar Grande, está envuelta de misterio, unida a lo más sagrado. Cada noviembre los habitantes del pueblo emprenden camino hacia la cumbre, considerada sagrada, para darle gracias a la Madre Tierra por el agua límpida que provee la montaña.
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Así como el culto a la Pachama, la ascención al cerro Macón, en Tolar Grande, está envuelta de misterio, unida a lo más sagrado. Cada noviembre los habitantes del pueblo emprenden camino hacia la cumbre, considerada sagrada, para darle gracias a la Madre Tierra por el agua límpida que provee la montaña.
Durante poco más de 12 horas enfrentan los fuertes vientos y las bajas temperaturas de la Puna para realizar una ofrenda en la cima de la montaña, a más de 5 mil metros de altura sobre el nivel del mar, donde se encuentra una apacheta prehispánica.
Rodeados de un paisaje que enmudece, unas 60 personas, entre vecinos del pueblo y turistas, emprendieron la travesía sorteando los obstáculos del frío y las distancias.
El ascenso a este cerro se realiza en esta fecha porque ya finalizó el frío extremo del invierno en la alta montaña y todavía no es época de tormentas ni rayos.
"Rendimos homenaje a nuesta Madre Tierra por brindarnos el agua que permite la vida en Tolar Grande. La ofrenda consiste en el ascenso grupal al Macón, de 5.611 msnm", contó a El Tribuno Hugo Peyret, titular de Turismo de Tolar.
Para realizar la ascensión se dividieron en tres grupos. Antes de la travesía se llevó a cabo una reunión informativa en la que se recordaron aspectos del reglamento y cuestiones sobre seguridad y pautas de comportamiento y respeto.
La travesía comenzó durante la madrugada, con una ofrenda a la Pachamama en la base del cerro, ubicado a 30 km del pueblo. Luego de haberle pedido permiso a la Pachamama para transitar por tierra sagrada, a las 6 dio inicio el camino hacia la cima, que consta de 13 km, con un desnivel de 1.700 metros entre base y cumbre.
Cada grupo estaba integrado por un guía, un asistente y dos colaboradores, además de un equipo de logística y apoyo que quedó en la base.
"El ascenso se realizó por dos filos diferentes de la montaña. Los grupos llegaron muy bien a los campamentos, ubicados a 5 mil msnm. Allí, personal del Samec realizó los chequeos correspondientes, para determinar quién podrían continuar con el ascenso o determinar el retorno a base. Este retorno, en muchos casos, se realizó en el cuatriciclo de la empresa Mansfield", contó Peyret.
A las 13.43 se registró la primera cumbre, que fue seguida por 28 cumbres más. Quienes llegaron ofrendaron hojas de coca, alcohol, piedras y oraciones a la Pachamama. Una vez realizada la ofrenda, emprendieron el regreso.
"Por suerte, el descenso de todos los grupos se realizó de forma ordenada y sin ningún inconveniente".
La jornada culminó con un gran agasajo en el salón municipal del pueblo. Se entregaron medallas, certificados y diplomas. Además, los presentes firmaron la bandera "cumbrera".
Estuvieron presentes autoridades comunales y los miembros del grupo de turismo comunitario Lickan, organizadores de la iniciativa, que contó con el apoyo del Samec y de Mansfield Minera SA.
La comuna puso a disposición de los turistas el bus municipal para regresar a Salta.
Un pueblo de encanto
Tolar Grande se encuentra a 3.543 msnm y a 387 km de la ciudad de Salta. Es visitado principalmente por alemanes, franceses, italianos y españoles durante todo el año. Los salteños y los argentinos lo hacen sobre todo durante la fiesta de la Pachamama.
"Estamos muy contentos con las actividades que desarrollamos. Buscamos impulsar el turismo como fuente de desarrollo local. Pero no cualquier turismo, sino uno basado en el cuidado de la naturaleza y de las tradiciones autóctonas", contó a El Tribuno Sergio Villanueva, intendente de Tolar Grande. En este sentido, el pueblo es considerado una meca para los amantes del montañismo y de la naturaleza pune ña.