El llamado a Asamblea Nacional Constituyente formulado por el presidente de Venezuela Nicolás Maduro el pasado 1 de mayo, lejos de aplacar a la oposición, ha llevado al recrudecimiento de las manifestaciones violentas por parte de los opositores que rechazan el diálogo con el Gobierno.
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El llamado a Asamblea Nacional Constituyente formulado por el presidente de Venezuela Nicolás Maduro el pasado 1 de mayo, lejos de aplacar a la oposición, ha llevado al recrudecimiento de las manifestaciones violentas por parte de los opositores que rechazan el diálogo con el Gobierno.
Las fuerzas de seguridad venezolanas lanzaron este miércoles bombas lacrimógenas y chorros de agua contra manifestantes que les responden con piedras, cócteles molotov y bombas de pintura, en una nueva marcha contra el mandatario venezolano.
Cubiertos con escudos de madera, y con el rostro oculto con pañuelos o con máscaras antigas, los jóvenes resisten los gases y chorros de agua que les lanzan los antimotines en una estratégica autopista del este de Caracas. Los manifestantes prepararon también bombas de excremento, que llaman "cócteles puputov", constató un equipo de AFP, pero en la confusión hasta ahora no estaba claro si las habían lanzado.
Desde que estalló la oleada de manifestaciones, hace más de un mes, 42 personas han muerto tras choques con las fuerzas de seguridad. También se han producido saqueos y otros disturbios.
Aunque las fuerzas de seguridad hasta ahora han impedido con bombas lacrimógenas el paso de los manifestantes hacia el centro de la capital, Caracas, los opositores se concentraron en distintos puntos de la misma con la meta de llegar a la sede del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). La oposición convocó la marcha para exigir elecciones generales y rechazar la convocatoria de Maduro a la Asamblea Nacional Constituyente que según ella es un "fraude" porque no garantiza el voto universal. Maduro acusa a la oposición de desatar la "violencia terrorista" para derrocarlo y afirma que la Constituyente es la vía para lograr la paz y reconciliación del país, sumido en una severa crisis política y económica.