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El alto precio de los alimentos, el problema que afrontan los celíacos

Si bien la variedad de productos en las góndolas se ha ampliado, los precios altos limitan a las personas que necesitan alimentos sin TACC.
Viernes, 05 de mayo de 2017 20:04
Mujeres realizan comida para celíacos

La intolerancia al gluten limita drásticamente la dieta de una persona y esto lo coloca en un predicamento a la hora de conseguir su comida. Ya que al necesitar productos sin TACC, no muchos locales los comercializan. Y si lo hacen, la diferencia de precio con otro producto similar pero con gluten es muy grande.

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La intolerancia al gluten limita drásticamente la dieta de una persona y esto lo coloca en un predicamento a la hora de conseguir su comida. Ya que al necesitar productos sin TACC, no muchos locales los comercializan. Y si lo hacen, la diferencia de precio con otro producto similar pero con gluten es muy grande.

En el Día Internacional de la Celiaquía, diario El Tribuno dialogó con Silvia Cristina Silva. Mujer celíaca e integrante de la Casa del Amigo Celíaco en Salta. Ella relató lo que es el desafío de presentar esta condición viviendo en la provincia.

“Es difícil desde el lado económico más que nada. Ahora ya tenemos más variedad en productos, pero lamentablemente son muy caros y no están al alcance de muchos celíacos”, indicó Silva.

Triste pero cierto, ya que en la comparación un kilo de harina para celíacos ronda los $80, mientras que la harina común está cerca de los $20 dependiendo de la marca. Asimismo, el litro de leche sin TACC está entre $100 y $120, comparada con la otra que pasa los $20.

Un paquete de galletas para celíacos, de 125 gramos, ronda los $50; mientras que una común ronda los $20. El fideo para celíaco no baja de los $100 y uno común cuesta hasta $25. Hasta el rebosador para milanesas sin TAC cuesta $80 y uno común no supera los $30.

“Tratamos de luchar para que las autoridades nos escuchen y haya más control sobre los precios de estos productos. Nosotros tratamos de hacer rendir lo que compramos, pero para hacer un pan no es solo harina, sino huevos y manteca, por lo que se nos hace mucho más caro todo. Es inentendible”, manifestó Silvia.

Pero la epopeya del celíaco no solo tiene esta arista, sino que también es difícil encontrar un lugar dónde comer cuando surge una salida. 

Si bien muchos optan por llevar su vianda o recurren al entendimiento de sus amigos cuando se trata de una reunión, la cuestión se pone difícil en los restaurantes donde muchos buscan una mayor ganancia en los precios al servir comidas sin TACC.

“Muchos quieren sacar ventaja por ese lado. En muchas confiterías o bares, se especula mucho con esto. Abusan y hacen recargos que no corresponden, solo porque hay que tener mucho cuidado con la contaminación a la hora de hacer una comida de celíaco. La higiene es fundamental. Una sola miga de otro alimento puede hacernos muy mal”, denunció Silva. 

Más conciencia colectiva

Según detalló Silvia Cristina Silva, en este último tiempo ha visto un gran avance en cuanto a la concientización sobre esta enfermedad. 

Esto no solo lo ve traducido en la ampliación de la variedad de productos sin TACC en las góndolas, sino también en la gente.
“Por suerte todos van entendiendo que esto es una condición natural, que no es un capricho de nosotros y que no podemos comer cualquier cosa. Ahora se ve mucha más gente que quiere interiorizarse sobre su enfermedad y aprender incluso a hacer su propia comida”, dijo.

El trabajo de la Casa del Amigo Celíaco

La institución a la que pertenece Silvia ya lleva un tiempo en funcionamiento y se ha convertido en un recurso valioso para los celíacos salteños. Ya que allí no solo aprenden más sobre su condición, sino que también a elaborar comidas que pueden ingerir. Comidas que no tienen nada que envidiarle a esos productos inalcanzables por sus precios en las góndolas.

“Nosotros venimos desde hace varios años esto. Silenciosamente nos empezamos a capacitar, porque sabíamos que mucha gente no sabe preparar o usar las harinas que le vienen en el módulo. Entonces nos integramos con las chicas para hacer cursos de cocina”, expresó.

Actualmente los cursos de cocina se dictan los viernes en la Universidad de la Tercera Edad, donde tiene el cupo completo y los sábados en el Fortín Gauchos de Güemes (Uruguay 750) de 10 a 12. Tan solo se debe aportar un pequeño arancel para solventar los gastos de ingredientes.
 

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