¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

22°
26 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

El arte que sucede en este preciso instante

La muestra “Boom!” reúne la obra de 9 artistas emergentes. La exposición forma parte de un proyecto del MAC. Estará habilitada hasta el 30/09.
Lunes, 28 de agosto de 2017 16:12
Casalderrey, Blasco, Juárez, Griggio, Scarcella y De la Guerra; Artaza, Díaz y Do Campo, ausentes con aviso. Fotos: Pablo Yapura.
Pintura de la serie “Diálogos”, de Heber Artaza
Obra de Matías de la Guerra
Dibujo de la serie “Naturaleza alterada”, de Sergio Díaz
De la obra performática - interactiva “Set”, de Paula Casalderrey
De la serie “Resurrección de la fe” (técnica mixta), de Matías Blasco
“Mar adentro” (técnica mixta), de Lourdes Scarcella
De las series “Multitudes” y “Rostros multitudinarios”, de Lautaro Do Campo
Pintura de la serie “Nítido”, de Alejandro Griggio
S/T (técnica mixta), de Humberto Juárez

Los nueve artistas que protagonizan la muestra “Boom! Arte joven salteño” en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) invitan a atravesar los diferentes umbrales del arte que sucede en tiempo presente. La experiencia es enriquecedora porque cada propuesta se distingue y resalta por su especificidad y materialidad. Heber Artaza, Matías Blasco, Paula Casalderrey, Matías de la Guerra, Sergio Díaz, Lautaro do Campo, Alejandro Griggio, Humberto Juárez y Lourdes Scarcella son los intérpretes de este gran concierto de expresiones disímiles pero coterráneas y coetáneas. Todos ellos contaron con la guía del curador Raúl Flores, quien los acompañó y orientó a lo largo de sus producciones. 
“Boom! Arte joven salteño” es el último eslabón de un proyecto que inició el MAC (Zuviría 90) a fines de 2015. La primera etapa consistió en hacer un seguimiento del trabajo realizado por un grupo de artistas emergentes con gran potencial y fuertemente comprometidos con la labor creativa. Se les propuso producir obra para esta muestra, que para la mayoría de ellos significó su presentación oficial en la escena local. En este sentido, “Boom!” es una experiencia de iniciación. 
“Boom!” invita a lo intempestivo en el marco de una práctica artística como la contemporánea, que se caracteriza precisamente por sus límites difusos. Los nueve autores de la muestra se enfrentan a diario a un desafío en común: atravesar el presente un poco a oscuras, sin normas, certezas ni garantías. “Quizás es muy temprano para rotular como contemporáneo lo que hacemos ahora”, intuye Matías Blasco, que en su serie “Movimiento” explora las coordenadas imaginarias del tiempo y del espacio, convencido de que “todo está siendo”. 
Aún cuando el preconcepto dicta que la belleza y la maestría técnica no son parámetros para leer las obras de arte contemporáneo, la nueva generación se desmarca del axioma. Alejandro Griggio resume su experiencia: “Creo que todos los artistas que estamos acá nos vinculamos íntimamente con el material. En eso quizás nos diferenciamos de generaciones anteriores. Lo conceptual es parte de nuestras obras, pero también nos comprometemos con el manejo de la materia y con la factura de la obra. El péndulo está volviendo”, sostiene el autor de las pinturas, esculturas e instalación (inspirada en el skate) que ocupan la planta baja del museo.
Paula Casalderrey coincide en esa sensación de desplazamiento: “En cierta manera somos algo anacrónicos. Últimamente me pasa algo muy particular. Yo soy artista y diseñadora de interiores y textiles. Mis obras están muy involucradas con la belleza. Esa es mi manera de hacer. Hace poco empecé a dar una cátedra en la facultad, Instalaciones en Artes Visuales, y a veces me encuentro diciendo cosas que no practico. Tengo que hablar de movimientos dentro del arte contemporáneo y les digo a mis alumnos que lo que importa no es la belleza, sino la idea. Y siento que me traiciono porque yo, para sentirme auténtica, no puedo hacer una obra meramente conceptual. Me gusta el oficio, el taller. Creo que en esa muestra se vio ese oficio en todos los expositores”, consideró la autora de “Set”, una obra performática interactiva por donde cada sábado pasan artistas, músicos, actores y bailarines.
“Boom!” ha sido el desembarco de Blasco, Griggio, Do Campo, De la Guerra, Juárez y Scarcella en el espacio museístico que hoy los legitima y contiene. Y es un subrayado doble para destacar la obra de Casalderrey, Díaz y Artaza, que no hace mucho se lanzaron al ruedo de las exposiciones. Todos ellos resumieron así la experiencia de formar parte de un catálogo del MAC:

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Los nueve artistas que protagonizan la muestra “Boom! Arte joven salteño” en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) invitan a atravesar los diferentes umbrales del arte que sucede en tiempo presente. La experiencia es enriquecedora porque cada propuesta se distingue y resalta por su especificidad y materialidad. Heber Artaza, Matías Blasco, Paula Casalderrey, Matías de la Guerra, Sergio Díaz, Lautaro do Campo, Alejandro Griggio, Humberto Juárez y Lourdes Scarcella son los intérpretes de este gran concierto de expresiones disímiles pero coterráneas y coetáneas. Todos ellos contaron con la guía del curador Raúl Flores, quien los acompañó y orientó a lo largo de sus producciones. 
“Boom! Arte joven salteño” es el último eslabón de un proyecto que inició el MAC (Zuviría 90) a fines de 2015. La primera etapa consistió en hacer un seguimiento del trabajo realizado por un grupo de artistas emergentes con gran potencial y fuertemente comprometidos con la labor creativa. Se les propuso producir obra para esta muestra, que para la mayoría de ellos significó su presentación oficial en la escena local. En este sentido, “Boom!” es una experiencia de iniciación. 
“Boom!” invita a lo intempestivo en el marco de una práctica artística como la contemporánea, que se caracteriza precisamente por sus límites difusos. Los nueve autores de la muestra se enfrentan a diario a un desafío en común: atravesar el presente un poco a oscuras, sin normas, certezas ni garantías. “Quizás es muy temprano para rotular como contemporáneo lo que hacemos ahora”, intuye Matías Blasco, que en su serie “Movimiento” explora las coordenadas imaginarias del tiempo y del espacio, convencido de que “todo está siendo”. 
Aún cuando el preconcepto dicta que la belleza y la maestría técnica no son parámetros para leer las obras de arte contemporáneo, la nueva generación se desmarca del axioma. Alejandro Griggio resume su experiencia: “Creo que todos los artistas que estamos acá nos vinculamos íntimamente con el material. En eso quizás nos diferenciamos de generaciones anteriores. Lo conceptual es parte de nuestras obras, pero también nos comprometemos con el manejo de la materia y con la factura de la obra. El péndulo está volviendo”, sostiene el autor de las pinturas, esculturas e instalación (inspirada en el skate) que ocupan la planta baja del museo.
Paula Casalderrey coincide en esa sensación de desplazamiento: “En cierta manera somos algo anacrónicos. Últimamente me pasa algo muy particular. Yo soy artista y diseñadora de interiores y textiles. Mis obras están muy involucradas con la belleza. Esa es mi manera de hacer. Hace poco empecé a dar una cátedra en la facultad, Instalaciones en Artes Visuales, y a veces me encuentro diciendo cosas que no practico. Tengo que hablar de movimientos dentro del arte contemporáneo y les digo a mis alumnos que lo que importa no es la belleza, sino la idea. Y siento que me traiciono porque yo, para sentirme auténtica, no puedo hacer una obra meramente conceptual. Me gusta el oficio, el taller. Creo que en esa muestra se vio ese oficio en todos los expositores”, consideró la autora de “Set”, una obra performática interactiva por donde cada sábado pasan artistas, músicos, actores y bailarines.
“Boom!” ha sido el desembarco de Blasco, Griggio, Do Campo, De la Guerra, Juárez y Scarcella en el espacio museístico que hoy los legitima y contiene. Y es un subrayado doble para destacar la obra de Casalderrey, Díaz y Artaza, que no hace mucho se lanzaron al ruedo de las exposiciones. Todos ellos resumieron así la experiencia de formar parte de un catálogo del MAC:


Lourdes Scarcella: “Para mí fue una gran felicidad. Al ser tan tímida, mostrar mi obra en este espacio significó para mí un paso muy importante. Me dio ánimos para seguir creciendo y avanzando, porque a veces tengo mis dudas. También soy arquitecta y pienso si no me convendría dedicarme a full a mi profesión, pero me encanta pintar. 
Alejandro Griggio: “Para mí fueron sentimientos encontrados. Me asumo como artista, pero cuando pasan los años y la cosa no funciona y no podés vivir del arte, dudás de tu elección. Muchos de los trabajos de esta muestra están hechos muy a pulmón. Llegar a este museo fue un gran paso. El día de la inauguración anduve en skate, que es algo muy emocional para mí. Me permite conectarme con algo primordial”. 
Matías Blasco: “A mí me movilizó la semana del montaje. La viví como un desafío porque para fue importante haberme hecho entender en cuanto a la disposición del espacio. Eso me dio mucha seguridad y libertad. Experimenté satisfacción por el hecho de poder expresarme como quería. Con mi obra intento generar ambientes completos, con muebles, objetos y pinturas. Intervengo todo”.
Matías de la Guerra: “Me emocioné mucho porque cuando iba al colegio yo venía todos los viernes al MAC a ver qué se exponía. A veces venía cuatro viernes a ver la misma muestra. Entonces me decía: ‘Algún día voy a hacer fotos que merezcan exponerse aquí’. Tenía una cámara compacta, chiquita. Pero pensaba que para que eso sucediera, antes tenía que irme a estudiar Arte a Buenos Aires. Para mí fue muy loco ver cumplido ese sueño con una formación netamente autodidacta y sin haberme ido a la gran ciudad”.
Paula Casalderrey: “Mi caso es diferente porque tengo cierta antigüedad en el arte. Produzco desde 2012. De hecho en mayo tuve una muestra individual. Pero sí coincido con Matías en el sentido de que la semana de montaje fue hermosa y me encantó conocer a este grupo de artistas súper talentosos. Fue una experiencia fascinante. Raúl Flores nos guió con mucho tacto. Sacó lo mejor de cada uno. En el caso de mi obra, a través de ella estoy invitando a artistas para que toquen y bailen”. 
Humberto Juárez: “Fue increíble ver mi obra expuesta en el museo. Todavía dudo si soy artista y no me molesta convivir con esa duda. Vengo de una familia de plateros. Hacemos principalmente piezas brillosas con metales semipreciosos y nobles como la alpaca y el cobre. Últimamente me harté del brillo y empecé a estudiar las oxidaciones de los metales. En ese proceso advertí que yo generaba una gran cantidad de desperdicio y me embarqué en el desafío de volver bellos esos recortes”.
Heber Ludueña: “Ver la obra montada me género mucha satisfacción. Siempre busco presenciar el momento en que la obra habla. Mi trabajo propone la interacción de la obra pictórica con el contexto urbano. Esto, a través de una construcción lúdica de situaciones, con soportes y materiales que animan al espectador a estar activo frente a la obra”.
Sergio Díaz: “La serie presentada en la muestra continúa la serie Naturaleza Alterada. En este grupo de dibujos trabajo sobre el tema de la experimentación científica en animales. Indagué sobre ello con algunos artículos y documentales. Las imágenes no buscan ser una denuncia. Mi intención es hacer visible aquellos actos crueles y atroces pero de manera bella y armoniosa. La idea es que el espectador saque sus propias conclusiones. Además utilicé algunos guiños o símbolos de la iconografía religiosa para subrayar esa idea de mártires y de sacrificio”. 
Lautaro do Campo: “Fue emocionante ver mi obra en el museo y más por exponer por primera vez en mi provincia. Durante el montaje y la inauguración me remonté a mi infancia. Me acordaba de cuando visitaba el museo y pensaba: ‘Algún día me gustaría exponer acá’. Para esta muestra presenté mi serie Multitudes y su secuela, Rostros multitudinarios. Ambas tienen una relación conceptual: son el resultado de un proceso de creación y observación inspirado en la unión de las personas y en el individuo. Presento pinturas en diferentes soportes y técnicas y una instalación de mil piezas de arcilla que representan una multitud”.
“Boom!” es un proyecto con continuidad garantizada: “En esta muestra creo que hicimos un buen recorte -señaló Claudia Lamas, directora del MAC-. Seguramente habrá quedado mucha gente afuera, pero habrá nuevas oportunidades para participar”, anticipó dejando entrever a “Boom! 2” en el horizonte. 
La muestra permanecerá habilitada hasta el 30 de septiembre.
 

Temas de la nota

PUBLICIDAD