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Mitos y verdades de la trombofilia

Los profesionales enfatizan que no es una enfermedad, sino un trastorno. Destacaron la importancia del trabajo entre hematólogos y ginecólogos.  
Domingo, 28 de enero de 2018 14:53

Mucho se dice sobre la trombofilia, pero ¿cuánto sabemos de este trastorno de la sangre que puede llegar a causar complicaciones gestacionales, como abortos tempranos y muerte fetal intrauterina?
A un año del veto de la Ley 27.335, que preveía el análisis de detección temprana de trombofilia como parte de Programa Médico Obligatorio, profesionales de la salud destacaron los mitos más comunes sobre este trastorno del sistema de coagulación de la sangre.
La trombofilia es una enfermedad.
Mito. “Es importante aclarar que la trombofilia no es una enfermedad, sino un desorden en el mecanismo de coagulación, con una predisposición anormal a la formación de coágulos”, explicó a El Tribuno la Dra. María Sol Cruz, titular de la Fundación de la Hemofilia de Salta. 
Destacó que es para su diagnóstico es fundamental seguir los protocolos establecidos internacionalmente y evitar así otro riesgo: el del sobrediagnóstico. “Hay pasos establecidos mundialmente para detectar este trastorno y evitar caer en el extremo de diagnosticar con trombofilia a personas que no tienen esta anomalía. Además, si uno tiene una prueba de laboratorio positiva para trombofilia, no significa que esté enfermo. Y, si el estudio es negativo, solo podemos decir que es negativo en ese momento. Nada asegura que no será positivo en otro momento. Y, como la persona no puede estar realizándose análisis de sangre todos los meses, se espera a que presente una sintomatología antes de hacer el examen correspondiente”, agregó la profesional.
Por su parte, el Dr. Fernando Neuspiller, director de IVI Buenos Aires, un centro especializado en medicina reproductiva con sedes en todo el mundo, detalló: “Es un factor de riesgo, no una enfermedad. Ser portador no significa que se vaya a padecer una enfermedad. Los pacientes de riesgo son aquellos que presentan antecedentes de dos o más abortos menores a 10 semanas, un aborto mayor a 10 semanas o antecedentes de muerte fetal intrauterina, preeclampsia y eclampsia. También los pacientes con antecedentes de trombosis arterial o venosa, entre otros”.
La trombofilia se da solo en mujeres.
Falso. “Como es una cualidad de la sangre que conlleva la predisposición a formar coágulos, puede darse en hombres y mujeres y son hereditarias o adquiridas. Las hereditarias se detectan por la presencia de una alteración genética en algunos factores de la sangre (Factor V Leiden y mutación en el gen del Factor II o Protrombina 20210) o por la disminución de algunas proteínas que nos protegen de la formación de coágulos (Antitrombina, Proteína S y Proteína C). Aproximadamente un 5% de la población tiene Factor V Leiden y no quiere decir que vayan a tener un coágulo o un aborto”, afirmó la Dra. Cruz. 
Lo que ocurre es que en las mujeres embarazadas hay una tendencia natural hacia la formación del coágulo, un mecanismo propio del organismo, que se prepara para detener las hemorragias que va a sufrir el cuerpo durante el nacimiento. Pero si no hay un freno a esta situación natural, los coágulos pueden obstruir los vasos sanguíneos y dificultar la adecuada oxigenación y nutrición del bebé, lo que puede ponerlo en riesgo. “La trombofilia de mayor impacto en ginecología y obstetricia es el Síndrome Antifosfolipídico (SAF)”, detalló el Dr. Neuspiller. 
Por su parte, la Dra Cruz afirmó: “Hoy hay más personas con trombosis y son cada vez más jóvenes. Antes este cuadro se presentaba en personas de 60 años, hoy en chicos de 25 años. La obesidad y el estrés también predisponen a los cuadros trombóticos”.
La trombofilia es la principal causa de aborto.
Falso. “Es una de las causas menos frecuentes de pérdida de embarazo. El 50% de los abortos se producen por un problema genético de los cromosomas del embrión. 
El otro factor de mayor incidencia es la edad materna, ya que a mayor edad la fertilidad disminuye y los abortos de causa genética aumentan. El aborto recurrente afecta entre el 1% y 5% de las mujeres. De éstas, entre el 3 y 6% puede tener SAF”, afirmó la Dra. María Sol Cruz. 
En tanto, el Dr. Neuspiller aclaró también que el haber sufrido un aborto espontáneo no es un indicador de trombofilia. 
“Las causas más frecuentes de aborto son la edad materna y alteraciones cromosómicas en el embrión, que suelen derivar de la edad materna. Hay actualmente una tendencia a retrasar la maternidad y, desde los 35 años, la reserva ovárica de la mujer ya está en casi el 10% del total y la calidad de los óvulos es peor. En pacientes con antecedentes de un aborto menor a 10 semanas, la causa más probable es la anomalía cromosómica esporádica del embrión y el riesgo de un nuevo aborto sigue siendo del 10 y 15% en una nueva gestación”. 
El estudio para identificar la trombofilia es un procedimiento sencillo y de rutina. 
Mito. “Hay protocolos establecidos a nivel mundial sobre los estudios para trombofilia. Se establece que no se puede realizar una pesquisa a todas las mujeres porque no es una enfermedad y porque el análisis puede dar positivo y la persona no hacer jamás una trombosis o tener un aborto. Por otro lado, el tratamiento con heparina tiene sus contraindicaciones y no siempre es el adecuado. A su vez, se trata de un análisis costoso que ronda los $100 mil por embarazo. Para el diagnóstico correcto, se deben cumplir ciertos criterios obstétricos y de laboratorio”, detalló la Dra. Cruz.
En tanto, el Dr. Neuspiller detalló cuál es el protocolo que se sigue en la actualidad. 
“Se lleva a cabo este análisis a mujeres con dos abortos menores a 10 semanas o si la paciente tiene un solo aborto, pero de semana 10 a 12 en adelante. El análisis no es un estudio de rutina por su complejidad. Los estudios sólo deben ser solicitados por un médico hematólogo luego de analizar los antecedentes de cada paciente”.
“Es el médico el que debe evaluar en cada caso si es necesario hacer este estudio o no. De 100 personas, 50 recibirán un diagnóstico positivo y esto no significa que vayan a tener una trombosis o perder un embarazo”, explicó Andrea Rossi, presidenta del Grupo Cooperativo Argentino de Hemostasia y Trombosis (CAHT) y jefa de Hematología de la Fundación Favaloro. 
Una paciente con trombofilia puede lograr un embarazo a término. 
Verdad. “Presentar un estado de hipercoagulabilidad no quiere decir que la paciente vaya a tener una consecuencia obstétrica. Si la paciente tiene trombofilia, deberá consultar con un hematólogo antes de iniciar la búsqueda del embarazo. El especialista le indicará un plan de tratamiento con heparina, la cual aumentará las probabilidades de legar a término”, dijo el Dr. Neuspiller.
“Existen diversos grados de la enfermedad y cada cuadro es particular. La paciente debe estar siempre controlada y asesorada por un especialista y tiene que hacer una consulta con el hematólogo antes de buscar el embarazo”, agregó el médico.
Este trastorno debe tratarse con un equipo de profesionales multidisciplinario.
Verdadero. “Si bien hay que respetar los protocolos, tampoco hay que desoír el dolor de las mamás. Desde la fundación propusimos a la Provincia un trabajo articulado e interdisciplinario para la detección, tratamiento y seguimiento de este trastorno, con profesionales en Hematología, ginecólogos, nutricionistas y psicólogos, entre otros”, finalizó la Dra. María Sol Cruz. 
 

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Mucho se dice sobre la trombofilia, pero ¿cuánto sabemos de este trastorno de la sangre que puede llegar a causar complicaciones gestacionales, como abortos tempranos y muerte fetal intrauterina?
A un año del veto de la Ley 27.335, que preveía el análisis de detección temprana de trombofilia como parte de Programa Médico Obligatorio, profesionales de la salud destacaron los mitos más comunes sobre este trastorno del sistema de coagulación de la sangre.
La trombofilia es una enfermedad.
Mito. “Es importante aclarar que la trombofilia no es una enfermedad, sino un desorden en el mecanismo de coagulación, con una predisposición anormal a la formación de coágulos”, explicó a El Tribuno la Dra. María Sol Cruz, titular de la Fundación de la Hemofilia de Salta. 
Destacó que es para su diagnóstico es fundamental seguir los protocolos establecidos internacionalmente y evitar así otro riesgo: el del sobrediagnóstico. “Hay pasos establecidos mundialmente para detectar este trastorno y evitar caer en el extremo de diagnosticar con trombofilia a personas que no tienen esta anomalía. Además, si uno tiene una prueba de laboratorio positiva para trombofilia, no significa que esté enfermo. Y, si el estudio es negativo, solo podemos decir que es negativo en ese momento. Nada asegura que no será positivo en otro momento. Y, como la persona no puede estar realizándose análisis de sangre todos los meses, se espera a que presente una sintomatología antes de hacer el examen correspondiente”, agregó la profesional.
Por su parte, el Dr. Fernando Neuspiller, director de IVI Buenos Aires, un centro especializado en medicina reproductiva con sedes en todo el mundo, detalló: “Es un factor de riesgo, no una enfermedad. Ser portador no significa que se vaya a padecer una enfermedad. Los pacientes de riesgo son aquellos que presentan antecedentes de dos o más abortos menores a 10 semanas, un aborto mayor a 10 semanas o antecedentes de muerte fetal intrauterina, preeclampsia y eclampsia. También los pacientes con antecedentes de trombosis arterial o venosa, entre otros”.
La trombofilia se da solo en mujeres.
Falso. “Como es una cualidad de la sangre que conlleva la predisposición a formar coágulos, puede darse en hombres y mujeres y son hereditarias o adquiridas. Las hereditarias se detectan por la presencia de una alteración genética en algunos factores de la sangre (Factor V Leiden y mutación en el gen del Factor II o Protrombina 20210) o por la disminución de algunas proteínas que nos protegen de la formación de coágulos (Antitrombina, Proteína S y Proteína C). Aproximadamente un 5% de la población tiene Factor V Leiden y no quiere decir que vayan a tener un coágulo o un aborto”, afirmó la Dra. Cruz. 
Lo que ocurre es que en las mujeres embarazadas hay una tendencia natural hacia la formación del coágulo, un mecanismo propio del organismo, que se prepara para detener las hemorragias que va a sufrir el cuerpo durante el nacimiento. Pero si no hay un freno a esta situación natural, los coágulos pueden obstruir los vasos sanguíneos y dificultar la adecuada oxigenación y nutrición del bebé, lo que puede ponerlo en riesgo. “La trombofilia de mayor impacto en ginecología y obstetricia es el Síndrome Antifosfolipídico (SAF)”, detalló el Dr. Neuspiller. 
Por su parte, la Dra Cruz afirmó: “Hoy hay más personas con trombosis y son cada vez más jóvenes. Antes este cuadro se presentaba en personas de 60 años, hoy en chicos de 25 años. La obesidad y el estrés también predisponen a los cuadros trombóticos”.
La trombofilia es la principal causa de aborto.
Falso. “Es una de las causas menos frecuentes de pérdida de embarazo. El 50% de los abortos se producen por un problema genético de los cromosomas del embrión. 
El otro factor de mayor incidencia es la edad materna, ya que a mayor edad la fertilidad disminuye y los abortos de causa genética aumentan. El aborto recurrente afecta entre el 1% y 5% de las mujeres. De éstas, entre el 3 y 6% puede tener SAF”, afirmó la Dra. María Sol Cruz. 
En tanto, el Dr. Neuspiller aclaró también que el haber sufrido un aborto espontáneo no es un indicador de trombofilia. 
“Las causas más frecuentes de aborto son la edad materna y alteraciones cromosómicas en el embrión, que suelen derivar de la edad materna. Hay actualmente una tendencia a retrasar la maternidad y, desde los 35 años, la reserva ovárica de la mujer ya está en casi el 10% del total y la calidad de los óvulos es peor. En pacientes con antecedentes de un aborto menor a 10 semanas, la causa más probable es la anomalía cromosómica esporádica del embrión y el riesgo de un nuevo aborto sigue siendo del 10 y 15% en una nueva gestación”. 
El estudio para identificar la trombofilia es un procedimiento sencillo y de rutina. 
Mito. “Hay protocolos establecidos a nivel mundial sobre los estudios para trombofilia. Se establece que no se puede realizar una pesquisa a todas las mujeres porque no es una enfermedad y porque el análisis puede dar positivo y la persona no hacer jamás una trombosis o tener un aborto. Por otro lado, el tratamiento con heparina tiene sus contraindicaciones y no siempre es el adecuado. A su vez, se trata de un análisis costoso que ronda los $100 mil por embarazo. Para el diagnóstico correcto, se deben cumplir ciertos criterios obstétricos y de laboratorio”, detalló la Dra. Cruz.
En tanto, el Dr. Neuspiller detalló cuál es el protocolo que se sigue en la actualidad. 
“Se lleva a cabo este análisis a mujeres con dos abortos menores a 10 semanas o si la paciente tiene un solo aborto, pero de semana 10 a 12 en adelante. El análisis no es un estudio de rutina por su complejidad. Los estudios sólo deben ser solicitados por un médico hematólogo luego de analizar los antecedentes de cada paciente”.
“Es el médico el que debe evaluar en cada caso si es necesario hacer este estudio o no. De 100 personas, 50 recibirán un diagnóstico positivo y esto no significa que vayan a tener una trombosis o perder un embarazo”, explicó Andrea Rossi, presidenta del Grupo Cooperativo Argentino de Hemostasia y Trombosis (CAHT) y jefa de Hematología de la Fundación Favaloro. 
Una paciente con trombofilia puede lograr un embarazo a término. 
Verdad. “Presentar un estado de hipercoagulabilidad no quiere decir que la paciente vaya a tener una consecuencia obstétrica. Si la paciente tiene trombofilia, deberá consultar con un hematólogo antes de iniciar la búsqueda del embarazo. El especialista le indicará un plan de tratamiento con heparina, la cual aumentará las probabilidades de legar a término”, dijo el Dr. Neuspiller.
“Existen diversos grados de la enfermedad y cada cuadro es particular. La paciente debe estar siempre controlada y asesorada por un especialista y tiene que hacer una consulta con el hematólogo antes de buscar el embarazo”, agregó el médico.
Este trastorno debe tratarse con un equipo de profesionales multidisciplinario.
Verdadero. “Si bien hay que respetar los protocolos, tampoco hay que desoír el dolor de las mamás. Desde la fundación propusimos a la Provincia un trabajo articulado e interdisciplinario para la detección, tratamiento y seguimiento de este trastorno, con profesionales en Hematología, ginecólogos, nutricionistas y psicólogos, entre otros”, finalizó la Dra. María Sol Cruz. 
 

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