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La caravana de inmigrantes desafía a Trump, cruza a México y sigue hacia EE.UU.

El presidente estadounidense aseguró enviará militares a la frontera y cortará la ayuda económica a Guatemala y Honduras.
Domingo, 21 de octubre de 2018 11:55

La caravana sigue. Pese a las amenazas del presidente Donald Trump, quien aseguró enviará militares a la frontera y cortará la ayuda económica a Guatemala y Honduras, pese a los esfuerzos de las autoridades, dos mil migrantes cruzaron un río que separa México de Guatemala, reformaron su caravana y anunciaron que proseguirían viaje hacia Estados Unidos.
Luego de la semana de tensión que se vivió entre Washington y los gobiernos centroamericanos, varios de los migrantes abandonaron sus intentos por entrar legalmente a México debido a que el proceso de solicitud de asilo político es demasiado lento, se congregaron en un parque de la fronteriza Ciudad Hidalgo y votaron a favor de continuar colectivamente hacia el norte. Entonces marcharon hacia el puente sobre el río Suchiate y llamaron a los que seguían allí a que se les sumasen.
Entre gritos de "¡Vamos caminando todos juntos!" y "¡Sí se puede!", desafiaron las advertencias del mandatario republicano, quien les dijo que volvieran a sus países. La decisión del grupo ayer puso fin a una jornada en la que, nuevamente, las autoridades mexicanas se negaron a permitir el ingreso en masa de los migrantes en el puente, pero comenzaron a aceptar a pequeños grupos para su proceso de asilo y otorgaron algunos permisos de visita por 45 días.
Como pudieron, y determinados a seguir su rumbo, los miles de extranjeros nadaron, cruzaron con la ayuda de sogas, en balsa o pagaron a los locales el equivalente a 1,25 dólares para llevar personas y artículos a través de las aguas fangosas, y así consiguieron continuar.
"No sabemos todavía si hasta la frontera, pero vamos a seguir caminando hasta donde lleguemos", dijo Rodrigo Abeja, uno de los líderes de la caravana. "Por favor, déjenos pasar, queremos trabajar", pedían los migrantes a los agentes.

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La caravana sigue. Pese a las amenazas del presidente Donald Trump, quien aseguró enviará militares a la frontera y cortará la ayuda económica a Guatemala y Honduras, pese a los esfuerzos de las autoridades, dos mil migrantes cruzaron un río que separa México de Guatemala, reformaron su caravana y anunciaron que proseguirían viaje hacia Estados Unidos.
Luego de la semana de tensión que se vivió entre Washington y los gobiernos centroamericanos, varios de los migrantes abandonaron sus intentos por entrar legalmente a México debido a que el proceso de solicitud de asilo político es demasiado lento, se congregaron en un parque de la fronteriza Ciudad Hidalgo y votaron a favor de continuar colectivamente hacia el norte. Entonces marcharon hacia el puente sobre el río Suchiate y llamaron a los que seguían allí a que se les sumasen.
Entre gritos de "¡Vamos caminando todos juntos!" y "¡Sí se puede!", desafiaron las advertencias del mandatario republicano, quien les dijo que volvieran a sus países. La decisión del grupo ayer puso fin a una jornada en la que, nuevamente, las autoridades mexicanas se negaron a permitir el ingreso en masa de los migrantes en el puente, pero comenzaron a aceptar a pequeños grupos para su proceso de asilo y otorgaron algunos permisos de visita por 45 días.
Como pudieron, y determinados a seguir su rumbo, los miles de extranjeros nadaron, cruzaron con la ayuda de sogas, en balsa o pagaron a los locales el equivalente a 1,25 dólares para llevar personas y artículos a través de las aguas fangosas, y así consiguieron continuar.
"No sabemos todavía si hasta la frontera, pero vamos a seguir caminando hasta donde lleguemos", dijo Rodrigo Abeja, uno de los líderes de la caravana. "Por favor, déjenos pasar, queremos trabajar", pedían los migrantes a los agentes.

Los números

Sin embargo, la multitud, que superaba las 3000 personas en el puente ayer, se redujo considerablemente cuando pequeños grupos fueron procesados y luego trasladados en autobús a un campamento al aire libre en la ciudad de Tapachula, en donde la Cruz Roja instaló pequeñas carpas en el suelo de concreto.
Trump, que desde su campaña electoral puso a la inmigración como origen primero de los problemas que afrontan los estadounidenses, como la inseguridad y la falta de trabajo, ahora convirtió la caravana en un tema central a poco más de dos semanas de las elecciones legislativas.

Las razones de la huida

Los migrantes de Honduras citan la pobreza generalizada y la violencia que generan las pandillas como sus razones para integrarse a la caravana. "Allá no se puede vivir", dijo Fidelina Vásquez, una abuela que viaja junto a su hija y su nieto de dos años.
Por su parte, Héctor Aguilar, un gerente de ventas de 49 años y que trabajó como chofer de taxi en la provincia de Yoro para poder alimentar a sus cuatro hijos, dijo que tuvo que hacer pagos a las dos pandillas principales para que le otorgaran protecciones.
A principios de la semana, esta caravana provocó una serie de tuits molestos y advertencias por parte del presidente Trump, pero el manejo de los migrantes en la frontera sur de México parece haberlo dejado satisfecho en los últimos días.
"Hasta este momento, le agradezco a México", dijo Trump el viernes durante un evento de Scottsdale, Arizona. "Espero que sigan así. Pero hasta ahora, le doy las gracias a México. Si eso no funciona, llamaremos al ejército, no a la Guardia Nacional"
"No van a entrar a este país", recalcó.

Emergencia

Los presidentes de Honduras, Juan Orlando Hernández, y de Guatemala, Jimmy Morales, sostuvieron ayer una reunión de emergencia en una base aérea guatemalteca, donde señalaron que se calcula que unos 5400 migrantes entraron a Guatemala desde que se anunció la caravana hace una semana, y que alrededor de 2000 hondureños regresaron de manera voluntaria.
Ambos mandatarios denunciaron motivaciones políticas en la caravana, que se aprovecha de la "desgracia del ser humano" y de la "buena fe" de los Estados, y sostuvieron además una conferencia telefónica con su par mexicano, Enrique Peña Nieto, en la que acordaron "resolver la situación de la frontera".

Fuente: La Nación

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