Detrás del escándalo que tiene al diputado Kuldeep Singh imputado por graves delitos y al borde del desafuero, hay un tendal de productores damnificados en el sur de la provincia con cheques sin fondos por al menos $110 millones. Las órdenes de pago fueron libradas por Nutribras, una empresa bonaerense que se radicó en el parque industrial de General Güemes en octubre de 2017, se declaró en cesación de pagos el pasado 28 de agosto y se presentó en concurso el 31 de octubre.
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Detrás del escándalo que tiene al diputado Kuldeep Singh imputado por graves delitos y al borde del desafuero, hay un tendal de productores damnificados en el sur de la provincia con cheques sin fondos por al menos $110 millones. Las órdenes de pago fueron libradas por Nutribras, una empresa bonaerense que se radicó en el parque industrial de General Güemes en octubre de 2017, se declaró en cesación de pagos el pasado 28 de agosto y se presentó en concurso el 31 de octubre.
La planta de legumbres, en la que el legislador de Rosario de la Frontera encabezó el viernes 26 de octubre un robo armado y en banda registrado por las cámaras de vigilancia del lugar, es presidida por un empresario de 45 años, Maximiliano Adrián Teri, quien poco antes del vencimiento de los primeros cheques rechazados, en un solo mes, movió $149.560.000 en cuentas de 13 bancos públicos y privados.
El Tribuno intentó contactarlo para despejar dudas sobre la andanada de cheques sin fondos y los fuertes movimientos de dinero, pero los llamados terminaron en el buzón de la empresa que tiene sus oficinas en el sexto piso de Sánchez de Bustamante 610, en la ciudad de Buenos Aires.
La firma habilitó su planta agroindustrial de Güemes en octubre de 2017, con millonarios beneficios fiscales concedidos por el disuelto Ministerio de Ambiente y Producción Sustentable. El balance de su corta actividad, sin embargo, terminó muy lejos de los compromisos que Tieri había asumido en el contrato de promoción industrial firmado con el entonces ministro Javier Montero Nadir en agosto de 2016.
Su planta de trabajadores está en la incertidumbre.
La firma adquirió 10.000 toneladas de poroto en Rosario de la Frontera, Anta y Metán con cheques que fueron rechazados por falta de fondos.
El gran fraude dejó a muchos pequeños productores de legumbres sin posibilidad de encarar la nueva campaña e impactó en las cadenas de pago de localidades que tienen sus economías fuertemente atadas a la producción primaria.
Demandas en puerta
En el sur de la provincia comienza a perfilarse un aluvión de demandas contra Nutribras, pero en juzgados civiles y comerciales de otras provincias hay reclamos ejecutorios que se remontan inclusive hasta marzo de 2014.
Entre las firmas que accionaron contra Tieri resaltan Hijos de Don Negro, empresa tucumana de transporte de cereales, granos y derivados, y All In SA, un grupo de transporte, logística y gestiones de comercio exterior. En Santiago del Estero hay otra larga nómina de productores afectados.
De hecho, ante el improbable rescate de los cheques sin fondo, el diputado Singh apeló a formas propias del Far West para adelantarse en la interminable cola de damnificados y cobrarse, con maquinarias apropiadas, $1.400.000 que perdió en la vidriosa mesa del descuento de los cheques de pago diferido, o posdatados, como también se los llama en las cuevas de la usura y en las bolsas de comercio.
Cheques sin fondos
En los registros del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Maximiliano Tieri y Nutribras tienen una friolera de 912 cheques rechazados desde el pasado 12 de septiembre hasta el 31 de octubre. El monto de las órdenes de pago sin fondos que vencieron en ese lapso de 49 días ascendió a $87,279.780. Solo 21 de esos cheques, por un total de $1.454.540, fueron recuperados. Productores del sur de la provincia aseguraron a El Tribuno que aún queda una importante cantidad de cheques por vencer, por lo que el monto final del fraude ascendería al menos a $110 millones.
Un récord de marcas
Desde 2001, Tieri registro a su nombre una media docena de marcas que abandonó o perdieron vigencia entre 2005 y 2013. Export Solutions, Goodwil, Grell, Nutristyle, Superwood y Visión fueron los nombres de fantasía con los que el titular de Nutribras despuntó operaciones comerciales antes de recalar en Salta.
Volumen de operaciones
En los registros aduaneros, Nutribras figura con 715 movimientos de importación realizados en los últimos seis, por cerca de 26 millones de dólares, desde Brasil, China, Ecuador, Chile, Indonesia, Perú, Tailandia, Estados Unidos y Gabón.
Sus exportaciones de legumbres saltaron de US$1.388.372 dólares en 2012 a US$6.312.476 en 2013. Luego aumentaron a US$8.023.690 en 2014 y llegaron a US$10.595.515 en 2015. Al año siguiente descendieron a US$7.060.888 y en 2017 cayeron a 3.025.432 millones de dólares. Los primeros ocho meses de 2018, hasta el momento en que la empresa se declaró en cesación por un supuesto incumplimiento de pagos del gobierno venezolano ante una operación tercerizada con operadores chinos, la tendencia de sus operaciones se mantenía en baja.
Movimientos bancarios
En los últimos dos años, a la par de sus decrecientes ingresos por exportaciones, Nutribras tomó fuertes créditos y movió grandes sumas en cuentas de los bancos de Inversión y Comercio Exterior, Macro, Francés, Credicoop, Galicia, Nación, Provincia de Buenos Aires, Hipotecario, Supervielle, Itaú, Santander Río, Nuevo Banco Industrial de Azul y Comafi. Para todas las entidades financieras es un cliente cumplidor con pagos al día (categoría 1), en contraste con los 912 cheques sin fondos que libró con su firma. Solo en agosto último, antes de declararse en cesación de pagos, Maximiliano Tieri movió casi $150.000.000 en los citados bancos y American Express.
Una firma favorecida con exenciones y créditos fiscales
Nutribras es una de las 36 empresas a las que el Ejecutivo provincial aprobó entre 2016 y 2017 certificados de crédito fiscal por un total de $113 millones.
Los citados contratos de promoción industrial, que también favorecieron con exenciones impositivas a fábricas, bodegas, imprentas, clínicas, hoteles y constructoras, fueron firmados por el disuelto Ministerio de Ambiente y Producción Sustentable.
Nutribras fue beneficiada con certificados de crédito fiscal por 3 millones de pesos y exenciones del 100% en los impuestos a las actividades económicas y de sellos, por la instalación de la planta procesadora de legumbres que habilitó el 5 de octubre de 2017 en el parque industrial de General Güemes.
Tras el corte de cintas, ante autoridades provinciales, el empresario Maximiliano Tieri aseguró entonces que esas instalaciones se convertirían pronto en "una planta modelo única en el país". Un año después, sin embargo, dentro de los galpones solo hay desolación y reina la incertidumbre en los 14 trabajadores que fueron ocupados por la firma en cumplimiento a uno de los compromisos asumidos en el contrato de promoción industrial.
Seis contratos rescindidos en 2017 a empresas que habían sido eximidas de impuestos y cobraron jugosos créditos fiscales sin poner un clavo demostraron que los estímulos otorgados a empresas de los más variados rubros no siempre garantizan una mayor actividad industrial ni la creación de puestos de empleo formales y estables en el sector privado.
El balance de Nutribras, que en menos de un año de actividad dejó un tendal de productores defraudados en el sur de la provincia y a pueblos enteros impactados en sus economías domésticas, es otro testimonio paradójico de las grietas que arrastra el crónico festival de promociones industriales.
El descontrol ya había quedado expuesto en las escandalosas promociones industriales que tuvieron amplia repercusión mediática entre 2010 y 2013, por los conflictos de intereses que saltaron a relucir en los beneficios fiscales y los lotes que empresas como Luxem y Pingüinos del Norte recibieron en diferentes parques industriales.
Hasta esos años se remontan los contratos de promoción que fueron rescindidos en 2017 a las empresas Inteco, Instituto del Riñón, Luis García Gómez (Hotel Patio de las Virreinas), Embotelladora Mosconi, Golfo de Jade y Tecnofrigo, por las exenciones y los créditos fiscales que usufructuaron sin cumplir con las inversiones proyectadas ni los nuevos puestos de trabajo comprometidos ante la Provincia.