Nuestro año escolar establece, según la vigente Ley 25864, un mínimo obligatorio de apenas 180 días de clases, pero es grave que no se cumpla este mínimo calendario escolar, ya que nunca se respetó en todo el país. Nuestro calendario escolar es así uno de los más cortos del mundo.
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Nuestro año escolar establece, según la vigente Ley 25864, un mínimo obligatorio de apenas 180 días de clases, pero es grave que no se cumpla este mínimo calendario escolar, ya que nunca se respetó en todo el país. Nuestro calendario escolar es así uno de los más cortos del mundo.
En América Latina tenemos que las horas anuales de clase en Cuba, Costa Rica, Chile y Colombia son mil o más. En Dinamarca, Australia, Israel, Países Bajos, Irlanda, Canadá y Estados Unidos, el año escolar exige 900 o más horas anuales. En nuestro país en la realidad el año escolar se ubica por debajo de las 720 horas.
La otra gran diferencia entre nosotros y la mayoría de los países del mundo no es solamente que el calendario escolar de ellos es mucho más extenso, sino que en estos países se cumple efectivamente el calendario, por la sencilla razón de que todos se ocupan del futuro de los niños y a nadie se le ocurre negarles el derecho a la educación a los pibes.
En nuestro país tenemos apenas 720 horas anuales en la escuela primaria, pero lamentablemente, en muchos casos, por ejemplo, la provincia de Buenos Aires, no se cumple desde ya hace años, perjudicando siempre a los pibes más pobres que van a escuelas públicas.
Es preocupante observar que un pibe que esté en cuarto grado en países como Chile Cuba, Colombia y Costa Rica, ya tuvo más horas de clase que la gran mayoría de los pibes argentinos en todo el ciclo primario de 6 años.
Es grave que sean muchos los pibes argentinos que realmente tienen menos de 650 horas anuales de clase, ya que al cortísimo calendario además hay que restarles los numerosos días de suspensión de clases por conflictos laborales. No debe entonces sorprendernos el preocupante sistemático resultado en las evaluaciones de conocimientos de nuestros pibes, que desde hace años ubica a nuestros alumnos entre los que menos conocimientos tienen de Lengua, Ciencias y Matemática, con niveles inferiores a los pibes de países con más días de clase.
Es hora de entender que no abrir las escuelas públicas consolida la ignorancia y es un pasaporte a la pobreza y la exclusión social, ya que siempre perjudica a los más pobres. Por esta razón, que el gobierno de Mendoza haya anunciado que iniciará el próximo ciclo primario en el mes de febrero, para asegurar 190 días de clase, significa un importante avance hacia un proceso de fortalecimiento de la educación. (Infobae)