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Por día, vuelcan 2,5 millones de litros de excrementos en el lago Nahuel Huapi

El espejo de agua recibe enormes cantidades de material fecal y otros fluidos sin tratar. En 2019 terminarán un nuevo módulo que aliviaría la situación. 
Sabado, 15 de diciembre de 2018 19:33

La cifra puesta en términos de excrementos es abismal y repulsiva. Se estima que entre julio de 2016 y julio de 2018 se han volcado al lago Nahuel Huapi, en Bariloche, el equivalente a 730 piletas olímpicas repletas de fluidos no procesados. Puesta en litros son 1.825.000.000 en desechos orgánicos. Un promedio de 2,5 millones de litros diarios.

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La cifra puesta en términos de excrementos es abismal y repulsiva. Se estima que entre julio de 2016 y julio de 2018 se han volcado al lago Nahuel Huapi, en Bariloche, el equivalente a 730 piletas olímpicas repletas de fluidos no procesados. Puesta en litros son 1.825.000.000 en desechos orgánicos. Un promedio de 2,5 millones de litros diarios.


Este peligroso vertido viene siendo denunciado por la ONG ecologista Árbol de Piel, pero su voz nunca ha logrado imponerse. Hasta ahora. Entre el lunes 10 y parte del miércoles 13 la Planta de Depuración derramó 75 millones de litros sin tratar debido a una operación de mantenimiento programada. Toda la materia fecal, mezclada con orina, agua y otros elementos que son dejados en los inodoros de la ciudad, terminó en el lago.

La ONG y la senadora Magdalena Odarda denunciaron el hecho ante la Justicia y el juez Rubén Marigo ordenó la suspensión de la actividad el último día de los trabajos. “La medida se sostendrá hasta tanto se acredite la existencia de otro método que evite el daño ambiental que provoca dicho volcado o la existencia de una evaluación de impacto ambiental efectuado por una institución independiente y especializada”, indicó magistrado. “(El vertido) claramente atenta contra el ambiente y la salud de todos los habitantes”, agregó el juez en su dictamen.
La Defensora del Pueblo de Bariloche, la Dra. Beatriz Oñate hizo en las últimas horas un pedido de informe a la Cooperativa de Electricidad de Bariloche (CEB), administradora del complejo, para que explique los procedimientos que derivaron en el volcado.

Pero aún con la Planta de Depuración en funcionamiento, la contaminación prosigue porque la actual estructura fue pensada para una ciudad de unos 85 mil habitantes mientras que Bariloche hoy supera los 140 mil. Se calcula que 2,5 millones de litros con desechos, que surgen de una parte de esta población sin acceso a la red cloacal, cae en el Nahuel Huapi. Y esto continuará hasta que se construya el postergado nuevo módulo de la planta todavía en construcción y que estará concluido en julio de 2019. Entonces se duplicará la capacidad de procesamiento. La inversión es de 300 millones de pesos.

Aunque para que el módulo pueda funcionar necesita antes que se termine el “colector costanero”, un caño de 6,2 kilómetros que originalmente iba a construir la empresa CPC S.A. de Cristóbal López con un presupuesto de 200 millones de pesos. Pero López se declaró en quiebra y la obra quedó en la nada. Ahora el gobierno nacional le exige al empresario K devolver los casi 30 millones de adelantos que recibió en concepto adelanto.El lago patagónico es el séptimo en dimensiones en el país y uno de los más buscados por el millón de turistas que llega a la zona anualmente para darse un chapuzón o lo usa como telón de fondo en la fotografía de sus vacaciones. En marzo del 2016 el ex presidente Barack Obama lo navegó a bordo de la embarcación Modesta Victoria y solo tuvo palabras de elogio para su experiencia en la cristalina Patagonia. Obama ignoraba la contaminación que se cernía bajo sus píes.

En enero de 2017, las autoridades municipales crearon la primera “zona de exclusión” que abarca desde el arroyo Ñireco hasta la planta depuradora. No muy lejos del Centro Cívico y los principales balnearios. En el sector los turistas tienen prohibido meter un pie.“Antes había patitos acá, se podía tomar mate y los chicos jugaban en el agua, ahora no, hay mucha contaminación, el agua está de otro color”, dice. “Había menos olor también, pero es como una enfermedad, es algo crónico que avanza y avanza. Lo primero que se siente es el olor, es un olor fuerte, hasta el aire está contaminado”, cuenta Américo Aguila (60) vive en la zona del arroyo Ñireco hace casi 20 años.

Los ambientalistas están convencidos de que la cifra diaria de residuos crudos volcada al Nahuel Huapi es superior a una pileta olímpica por día (2.500.000 de litros). Existen datos que avalan la hipótesis. La actual Planta de Tratamiento de Residuos comenzó a funcionar en 1994. Por lo que tiene una capacidad de procesamiento limitada a 25 millones de litros diarios de desechos. En términos de personas se traduce en unos 85 mil habitantes. Entre 1994 y 2004 la ciudad protagonizó un aumento explosivo de su población que hoy se estima en 140 mil habitantes. De unas 55 mil personas que no son abarcadas, se estima que alrededor de 40 mil viven en áreas sin redes cloacales por lo que deben enterrar sus desechos, con el perjuicio de que tarde o temprano terminan contaminando las napas.Las restantes 15 mil se han conectado de algún modo al sistema central o derraman sus excrementos directamente en el lago a través de caños no autorizados. En grandes números, una población de entre 10 y 15 mil habitantes pueden entregar unos 3 millones de litros diarios de materia orgánica, calculan los especialistas.

En la desembocadura del arroyo Ñiero, donde vierte un caño secundario de la Planta de Tratamiento, se observan a simple vista trozos completos de excremento humano avanzando hacia el Nahuel Huapi. A 10 metros de los desechos se ubica el balneario Centenario visitado por miles de turistas en verano.

?La Planta de Tratamiento funciona a diario por arriba de su capacidad. De acuerdo a las estadísticas oficiales que acompañan el balance de 2015 de la CBE, el día de mayor carga en julio de ese año, la planta -con una capacidad máxima de 25.000 M3/día- procesó 26.989 m³/día de efluentes, traducibles a 26.989.000 de litros. De modo que tuvo un excedente sin tratamiento de 2 millones de litros. El promedio diario de ese mismo mes fue de 25.151 m³/día. Con lo que el material no procesado llegó a los 150.000 litros diarios. Al ser levantada la Planta tampoco se tuvo en cuenta que la población crece en 35 mil habitantes extra los días de alta temporada de invierno y verano.

En 2004 la CEB contabilizaba 16,700 conexiones, en 2015 llegaban a 19.855 con el sistema colapsado. En 2017 se reconocían 22 mil y hay 15 mil en lista de espera.

“Nosotros nunca dijimos que el lago está contaminado en su totalidad, decimos que las costas lo están. A pesar de que la planta funciona por encima de su capacidad hace años, los informes muestran que la CEB continuó aceptando conexiones con el prejuicio que esto implica”, le dice a Clarín Ana Wieman, ecologista y miembro de la organización Arbol de Píe.

La contaminación por materia fecal tiene su correlato directo en la cantidad de colonias de Escherichia coli (Ec) por cada 100ml de agua. 200 por cada 100 ml de agua es el mínimo considerado para dar el “Apto” como balneario. Sin embargo en la mayoría de las costas, usadas para estos fines, se han detectado de 300 a 1400 por cada 100 ml. Hay casos alarmantes. En 2010, los integrantes de Arbol de Píe tomaron una muestra en el kilómetro 3 de Avenida Bustillo, que fue analizado por el laboratorio Lunalanz: dio 200 mil colonias por cada 100 ml. “Excremento puro”, acota Wieman. Muestras tomadas por investigadores de la Universidad Nacional del Comahue, a instancias del CEB, dieron en 2008, 4000 por cada 100 ml, y en 2011, 5000 por cada 100 ml, en diversos sectores costeros. 4800 por encima de lo permitido.

El año pasado el gerente de CEB, Federico Lutz, cometió la osadía de beber agua tomada desde la orilla del lago, en las cercanías de la Planta de Tratamiento, como una manera de demostrar que el líquido es potable incluso para su consumo. Desde Arbol de Pie y diversos espacios políticos calificaron a la acción como una “Payasada” peligrosa. “Nosotros reconocemos que el vertido provoca alteraciones medioambientales, pero de ningún modo se puede afirmar que sean contaminantes, nosotros no potabilizamos las aguas, pero sí las depuramos para que no contaminen”, se defendió Lutz.

Fuente: Clarín

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