En la calle 12 de Octubre y el pasaje Saravia se mezcla la violencia callejera con la venta de drogas y el fanatismo por el Club Central Norte. Esa fórmula ayer terminó con la vida de un hombre y dejó a tres heridos, entre ellos a una joven mamá que nada tiene que ver con esos conflictos.
Eran las 20.40, aproximadamente, cuando dos hombres llegaron al pasaje Saravia en una moto. Uno de ellos se bajó con una escopeta en sus manos y abrió fuego contra tres muchachos que estaban allí. Segundos después volvió a subirse a la moto y los dos huyeron del lugar, aunque varios testigos lo habían identificado.
“Pitelo”, cuyo nombre es Daniel Burgos, cayó sobre la calle tras recibir un disparo en la cabeza, dos en el pecho y dos en el abdomen, según la versión que anoche corrió entre los vecinos. Un sobrino suyo y un amigo, conocidos como Pelusa y Pancho, respectivamente, recibieron otros disparos. Uno, de acuerdo a los testigos que viven en la zona, intentó huir para proteger su vida, pero apenas corrió algunos metros. Las heridas en una pierna lo obligaron a detenerse. Cuando minutos después llegó una ambulancia, lo encontraron tirado sobre el pavimento.
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En la calle 12 de Octubre y el pasaje Saravia se mezcla la violencia callejera con la venta de drogas y el fanatismo por el Club Central Norte. Esa fórmula ayer terminó con la vida de un hombre y dejó a tres heridos, entre ellos a una joven mamá que nada tiene que ver con esos conflictos.
Eran las 20.40, aproximadamente, cuando dos hombres llegaron al pasaje Saravia en una moto. Uno de ellos se bajó con una escopeta en sus manos y abrió fuego contra tres muchachos que estaban allí. Segundos después volvió a subirse a la moto y los dos huyeron del lugar, aunque varios testigos lo habían identificado.
“Pitelo”, cuyo nombre es Daniel Burgos, cayó sobre la calle tras recibir un disparo en la cabeza, dos en el pecho y dos en el abdomen, según la versión que anoche corrió entre los vecinos. Un sobrino suyo y un amigo, conocidos como Pelusa y Pancho, respectivamente, recibieron otros disparos. Uno, de acuerdo a los testigos que viven en la zona, intentó huir para proteger su vida, pero apenas corrió algunos metros. Las heridas en una pierna lo obligaron a detenerse. Cuando minutos después llegó una ambulancia, lo encontraron tirado sobre el pavimento.
El otro muchacho, también herido, habría ingresado a una casa y de allí salió también en camilla.
La familia Reyes, que en ese momento tomaba fresco en su vereda, salió de urgencia con la nuera, ya que una bala de las tantas disparadas le dio en el pecho en el lado derecho. Fue una desgracia con suerte. Ella tenía en sus brazos, sobre el lado izquierdo, a su hijita de un año, quien resultó ilesa.
Los tres heridos estaban anoche en el hospital San Bernardo y, según trascendió, todos estaban fuera de peligro.
La pelea previa
Según los vecinos, los chisporrotazos entre los bandos enfrentados comenzaron el sábado al mediodía y continuaron el domingo en la noche, cuando Pitelo habría atacado a tiros a sus agresores de ayer.
“Todo esto es por una disputa territorial por la venta de drogas; y esto aquí no va a terminar. Mañana, pasado o dentro de un tiempo, vamos a ver otro tiroteo. Y en el medio quedamos los vecinos que lo único que queremos es vivir en paz”, dijo un hombre, que a lo lejos miraba el despliegue policial sobre la calle 12 de Octubre y sobre el pasaje Saravia.
“Pitelo es mi tío. Los que le dispararon vinieron del barrio La Loma”, acusó una joven que iba y venía de una esquina a la otra, inquieta por algo más que el violento episodio.
Varias personas dijeron que los atacantes llegaron desde La Loma. De hecho, anoche hubo un intenso operativo policial en ese barrio, probablemente buscando a los motociclistas.
No es el primer hecho de violencia
Anoche, en el barrio 20 de Febrero los vecinos recordaban que no es la primera vez que son testigos de semejante violencia. “El año pasado hubo un muchacho muerto y otro herido en dos episodios”, dijo una mujer. Sergio Canavides fue asesinado el año pasado, también en el pasaje Saravia, aunque el episodio habría estado relacionado a la interna entre fanáticos de Central Norte más que a las drogas.
La investigación del homicidio de ayer quedó en manos de la Fiscalía de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas Nº 1, a cargo del Dr. Pablo Rivero, y la División Homicidios.