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Leve aumento en el índice de embarazos entre los 10 y los 14 años

Si bien la tasa de maternidad adolescente en general bajó, hubo una suba en la franja etaria que está por debajo de los 15 años. Los datos de 2017 se darán a conocer en abril.
Lunes, 05 de marzo de 2018 00:00

Si bien el embarazo de adolescentes de hasta 19 años registró una baja en los últimos años, aumentaron los casos en la franja específica, que va de los 10 a los 14 años.

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Si bien el embarazo de adolescentes de hasta 19 años registró una baja en los últimos años, aumentaron los casos en la franja específica, que va de los 10 a los 14 años.

En 2015 se registraron 181 embarazos de niñas y preadolescentes de 10 a 14 años y en 2016 fueron 190, según estadísticas del Ministerio de Salud de la Provincia.

La tasa general de embarazo adolescente, en tanto, ha descendido. En 2014, el 21% de los nacidos vivos en la provincia eran hijos de madres adolescentes, en 2015 fue el 18,8% y en 2016, el 18,7%.

"Si bien los indicadores siguen siendo altos, vienen en descenso. La disminución es real. Son valores que venimos observando y vigilando. Estos datos no se dan por casualidad, sino que responden a un trabajo muy intenso que se viene haciendo. Hay un resultado positivo de la labor y hay que intensificar más todavía. No lo hacemos en soledad. Nos acompaña Unicef. El objetivo es facilitar la accesibilidad al sistema de salud sexual integral al adolescente y que tengan la posibilidad de acudir al centro de salud o al hospital cercano", manifestó a El Tribuno la subsecretaria de Medicina Social, Marisa Álvarez.

Sobre los embarazos adolescentes, dijo que muchas veces aparecen vinculados con la pobreza, la exclusión y la violencia sexual.

"Hay varios factores que influyen. En nuestra población tiene que ver el hecho de que en algunas regiones, desde el punto de vista cultural, los embarazos son buscados en ciertas etnias, en niñas menores de 15 años. Es fundamental investigar las situaciones de abuso sexual", sostuvo.

"No tenemos aún los datos oficiales del 2017 porque están siendo procesados y se publicarán en abril", explicó la funcionaria.

"Comenzamos este 2018 con el proyecto ENIA para la reducción del embarazo no intencional adolescente. Lo trabajamos junto con el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y el Ministerio de Educación. Este proyecto busca darles a los adolescentes la oportunidad de acceder a la planificación familiar. Para mejorar esta instancia surgieron consejerías escolares. La educación sexual integral es clave ", sostuvo Álvarez.

Las consejerías escolares son dispositivos que funcionarán en colegios secundarios de capital y el interior, en las que profesionales especialistas en salud sexual y reproductiva ofrecen contención, a la vez que informan a los estudiantes sobre cuestiones vinculadas con la salud integral y les acercan las herramientas que existen en el sistema sanitario para dar respuesta a las demandas específicas del sector.

"Inicialmente se trabaja en dos áreas operativas, Orán y la capital salteña, en función de que son las ciudades más grandes de la provincia y por ende tienen mayor cantidad de población. Entonces, el impacto se mide por la llegada a los habitantes", explicó la subsecretaria de Medicina Social.

"La accesibilidad al sistema de salud es un pilar fundamental. Por eso el proyecto se enfoca en posibilitar, mejorar, intensificar ese acceso, según el caso. Los chicos tienen que acudir a los centros asistenciales para buscar salud anticonceptiva, encontrar consejería y siempre en el marco de intimidad y respecto a su voluntad", recalcó.

El rol de los trabajadores de la salud es otro pilar fundamental. "Hay que sensibilizar al equipo de salud, no tan solo a los médicos, sino a todos los demás agentes", finalizó.

Historias que se repiten

El pasado 26 de septiembre se conmemoró el Día Mundial de la Prevención del Embarazo Adolescente. En esa jornada se difundió una investigación que realizó Marisa Labovsky, presidenta de la Sociedad Argentina de Ginecología Infanto Juvenil (Sagij), que reveló que el 80 por ciento de las adolescentes embarazadas son hijas de madres que a su vez fueron madres en la adolescencia.

"Hay historias que se repiten, por lo que es muy importante la educación sexual, no solo en la familia, sino fundamentalmente en el ámbito escolar y a través de los medios de comunicación", difundió Labovsky.

La mortalidad materna e infantil

En la tarde del 6 de septiembre del año pasado, una adolescente de 16 años que esperaba su segundo hijo dio a luz en una casa de Finca Valdivia sin asistencia médica, mientras muchos salteños vivían la novena del Milagro.
Horas antes había ido al hospital Materno Infantil. Por motivos que se investigan no la internaron, pese a que ya tenía contracciones. La joven murió una semana después, tras una hemorragia obstétrica, pero su caso deja en evidencia el drama que vive Salta con los embarazos adolescentes, la falta de educación sexual y los problemas del sistema de salud.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el embarazo en la adolescencia sigue siendo uno de los principales factores que contribuyen a la mortalidad materna e infantil.
Las complicaciones durante el embarazo y el parto son la segunda causa de muerte entre las chicas de 15 a 19 años en todo el mundo. La procreación prematura aumenta el riesgo tanto para las madres como para los recién nacidos.
El embarazo en la adolescencia puede también tener repercusiones sociales y económicas negativas para las adolescentes, sus familias y sus comunidades. Muchas adolescentes que se quedan embarazadas se ven obligadas a dejar la escuela, lo que implica que en futuro tendrán menos oportunidades de encontrar un trabajo.
En 2011 la OMS publicó, junto con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), directrices sobre la prevención de los embarazos precoces y la reducción de los resultados negativos para la reproducción.
Las directrices contienen recomendaciones sobre las medidas que los países podrían adoptar, con objetivos como reducir el número de matrimonios antes de los 18 años; fomentar la comprensión y el apoyo a fin de reducir el número de embarazos antes de los 20 años y aumentar el uso de anticonceptivos por parte de las adolescentes a fin de evitar el riesgo de embarazo involuntario.
 

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