El río Juramento y los dorados que lo convirtieron en un paraíso promocionado a nivel internacional vienen sufriendo toda clase de golpes bajos, en manos de depredadores que no respetan las artes de la pesca deportiva, las vedas ni las resoluciones que obligan a devolver los ejemplares extraídos para asegurar el repoblamiento de la especie. Basta escribir en Youtube “depredación en el Juramento” para ver las matanzas que tienen al “Tigre de los Ríos” y al ecosistema del legendario río Pasaje en riesgo.
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El río Juramento y los dorados que lo convirtieron en un paraíso promocionado a nivel internacional vienen sufriendo toda clase de golpes bajos, en manos de depredadores que no respetan las artes de la pesca deportiva, las vedas ni las resoluciones que obligan a devolver los ejemplares extraídos para asegurar el repoblamiento de la especie. Basta escribir en Youtube “depredación en el Juramento” para ver las matanzas que tienen al “Tigre de los Ríos” y al ecosistema del legendario río Pasaje en riesgo.
En ello insistió días atrás Pablo Saracco, un amante de la pesca con mosca, oriundo de San Martín de los Andes (Neuquén), que tiene gran cantidad de seguidores por las impactantes filmaciones con las que contagia la pasión del “fly cast” y hace docencia sobre ecosistemas amenazados.
Su última entrega en Pesca Explícita, cuenta que tiene en Facebook, causó revuelo en Salta, porque denunció que una de las violaciones más graves que vio en el río Juramento se relaciona con grandes canales de riego, ejecutados aguas abajo del dique El Tunal, para abastecer a establecimientos agrícolas y ganaderos de Metán y Anta.
Saracco precisó que en la zona de Joaquín V. González y Gaona contó al menos cinco tomas con diques de ramas y alambres que bloquean la navegación y obstaculizan la migración reproductiva de especies como el dorado.
En las fotografías que tomó con diferentes vistas aéreas, el productor de contenidos audiovisuales de pesca rotuló a esos canales de “clandestinos” y afirmó que con ellos “los dueños de campos” le arrebatan al río que Salta comparte con Santiago del Estero y Santa Fe “al menos el 50% de su caudal original”.
Las imágenes dejaron mal parado al Consorcio de Usuarios de El Tunal, que autogestiona tanto los canales de riego cuestionados como otros que se ejecutaron hasta el límite con Santiago del Estero, en el sur de El Quebrachal, sobre ambas márgenes del curso.
No hubo descargos institucionales del citado consorcio, pero fuentes de la organización señalaron que el sistema de riego de la zona tiene 331 usuarios, en su mayoría pequeños productores, y un total de 53.349 hectáreas empadronadas en Anta y Metán.
Canales habilitados
El secretario de Recursos Hídricos de la Provincia, Oscar Dean, afirmó que los canales emplazados aguas abajo del dique El Tunal “no son clandestinos”, porque “cuentan con habilitaciones que se remontan inclusive hasta 50 y 60 años atrás”. También remarcó que todas las tomas de más de 500 litros por segundo fueron “aprobadas por ley”. La norma que autorizó las concesiones de Inversora Juramento, la empresa agrícola y ganadera de Jorge Brito, y de LIAG Argentina, filial del grupo australiano Kahlbetzer, data de 1994 y fue promulgada por la gestión renovadora de Roberto Augusto Ulloa.
Actuaciones abiertas
Más allá de las aclaraciones sobre la legalidad de los canales y las concesiones otorgadas para riegos agropecuarios, Dean abrió un expediente y requirió al Consorcio de Usuarios de El Tunal que informe al organismo de aplicación del Código de Aguas (Ley 7.017), en un plazo perentorio de cinco días hábiles, sobre el estado del sistema de riego administrado por la entidad.
De hecho, a poco de asumir en el cargo, hace tres meses, una de las primeras medidas que tomó el nuevo titular de Recursos Hídricos fue ordenar el retiro de una enramada que atravesaba el curso, en la zona de San José de Horquera, y entorpecía la migración de peces. En ese caso, el organismo de aplicación del Código de Aguas dispuso que a través del Consorcio de El Tunal se unifique aquella toma con otra, de la margen derecha del Juramento, que no necesita azudes para captar los caudales para riego. “No vamos a permitir muros ni enramadas que afecten al río y su ecosistema”, aseguró Dean, ante una consulta de El Tribuno.
Sobre la situación puntual de las tomas denunciadas por pescadores deportivos sobre la margen izquierda del río, el funcionario adelantó que en algunos de los grandes canales ubicados desde Olleros hasta El Quebrachal se dispondrán ajustes para garantizar el paso de la navegación y la migración de peces. También señaló que, en las tomas de más de 1.000 litros de agua por segundo, se exigirá la instalación de estaciones remotas de medición para despejar dudas sobre los caudales captados.
Las balsas deben ser sacadas del río y reingresadas aguas abajo. Pablo Saracco
Las mayores tomas
Entre las captaciones fijas cuestionadas en ese sector del Juramento se cuentan las tomas que abastecen a los campos de Miguel Sastre y otros productores de la zona de Gaona (de 2.500 litros por segundo) y las de las empresas Inversora Juramento (6.000 litros por segundo) y LIAG Argentina (11.000 litros por segundo). Otros grandes canales para riegos, ubicados en la zona de El Quebrachal, son los de El Mangrullo (1.500 litros por segundo) y Ruta 16 (3.000 litros por segundo).
Las concesiones de agua para riego suman cerca de 23 metros cúbicos por segundo, un volumen apenas inferior a los 25 metros cúbicos por segundo que se erogan por estos días desde El Tunal para levantar los niveles del sistema regulador que encabeza el dique Cabra Corral, la mayor reserva hídrica del norte argentino.
Una de las imágenes con las que Saracco armó gran revuelo en Salta.
Merma de caudales
Los bajos aportes de los cursos de la alta cuenca del sistema Juramento-Salado dejaron a la vista en los últimos tiempos barreras que, según guías de pesca, “convirtieron al río en un arroyito”.
Productores agrícolas y ganaderos de Metán y Anta insisten en que detrás de los canales denunciados hay más de 50.000 hectáreas bajo riego y cientos de empleos en juego. Los pescadores reclaman más controles sobre las captaciones e insisten en que los usos para riego no deben ser un justificativo para emplazar antetomas que reducen sensiblemente los caudales, obstruyen la migración de peces y ponen en riesgo la navegación.
En este punto, Dean insistió en que operadores de pesca, además de las licencias habilitantes que expide la cartera de Medio Ambiente, deben ajustar su actividad al artículo 118 del Código de Aguas, sobre usos recreativos, como ya lo hicieron empresas de rafting.