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26 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
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Distintas organizaciones rodearon el ingenio San Isidro apoyando su expropiación

La Iglesia católica salteña se sumó al reclamo obrero de proteger las fuentes de trabajo mediante la consigna papal Tierra, Techo y Trabajo. El martes por la tarde los azucareros volverán a la Legislatura.
Domingo, 08 de abril de 2018 15:54

Miles de integrantes de diversas organizaciones sociales participaron el sábado último de una marcha desde el Templete de San Cayetano hasta la Catedral salteña. Entre los participantes, se destacó Mariano Cuenca, Secretario General del Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar San Isidro (SOEASI) cuyos trabajadores fueron afectados por la sorpresiva decisión de la empresa multinacional de origen peruano conocida como Grupo Gloria de cerrar intempestivamente la fuente de trabajo que sostiene a miles de familias salteñas.
“Nadie debe sorprenderse de encontrarnos aquí”, dijo Cuenca, “ya que las propias palabras del Papa Francisco que se leyeron, en las que pide unidad sin importar las diferencias, constituye un reconocimiento de la realidad actual que estamos padeciendo y un llamado a la reflexión por parte del gobierno”.
Según el dirigente, “actualmente la Iglesia está donde tiene que estar, junto a los más vulnerables, que somos los trabajadores, y a todos aquellos que fueron expulsados mediante despidos y cierre de empresas, de la economía formal y la producción y hoy se organizan en los movimientos sociales”.

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Miles de integrantes de diversas organizaciones sociales participaron el sábado último de una marcha desde el Templete de San Cayetano hasta la Catedral salteña. Entre los participantes, se destacó Mariano Cuenca, Secretario General del Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar San Isidro (SOEASI) cuyos trabajadores fueron afectados por la sorpresiva decisión de la empresa multinacional de origen peruano conocida como Grupo Gloria de cerrar intempestivamente la fuente de trabajo que sostiene a miles de familias salteñas.
“Nadie debe sorprenderse de encontrarnos aquí”, dijo Cuenca, “ya que las propias palabras del Papa Francisco que se leyeron, en las que pide unidad sin importar las diferencias, constituye un reconocimiento de la realidad actual que estamos padeciendo y un llamado a la reflexión por parte del gobierno”.
Según el dirigente, “actualmente la Iglesia está donde tiene que estar, junto a los más vulnerables, que somos los trabajadores, y a todos aquellos que fueron expulsados mediante despidos y cierre de empresas, de la economía formal y la producción y hoy se organizan en los movimientos sociales”.

Crisis

Sobre la propuesta de expropiación del ingenio San Isidro, el líder azucarero aclaró que “nosotros pedimos que el Estado cumpla su rol de intermediador para evitar una tragedia social en Campo Santo, El Bordo y General Guemes, devolviendo los puestos de trabajo y poniendo a producir a una empresa que da ganancias”.


La crisis desatada por los grupos patronales de la industria del azúcar en el NOA incluye no solamente a la totalidad de quienes trabajan en el ingenio San Isidro. A ellos se suman los más de 180 despedidos en San Martín del Tabacal, los centenares de personas que perdieron su trabajo en el ingenio La Esperanza y las decenas que fueron expulsados del circuito laboral en Ledesma.
La presencia en la marcha del dirigente social Esteban Castro, quien fue uno de los oradores del acto realizado en Buenos Aires el 21 de febrero pasado, junto a Cuenca y de otros dirigentes sindicales como Ernesto Ojeda, representante de los trabajadores rurales salteños, se vio reforzada por las declaraciones del líder del Sindicato de Camioneros Jorge Guaymás, quien anunció recientemente el apoyo de su gremio y de la CGT local a las propuestas del SOEASI, lo que configura un amplio conglomerado de sectores que comparten su preocupación por los despidos incesantes en el sector público y en la actividad privada.
“Esta unidad que se está gestando en los gremios y en los barrios es la respuesta social a los gobernantes que no escuchan el clamor del pueblo. Y que la Iglesia a través de sus representantes haga suyos estos reclamos de justicia, suma mayores esperanzas para quienes fueron y son agredidos por la insensibilidad oficial ante la perspectiva del hambre y la miseria”, finalizó Cuenca.

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