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Cafayate: una muestra de arte revaloriza el poder de la fe 

Obras en diversas técnicas exponen el maravilloso mundo religioso americano.
Domingo, 08 de abril de 2018 22:36

Este fin de semana quedó inaugurada en Cafayate la muestra “Altares, creencias y mitos religiosos” en la Galería Cosmovisión Arte & Diseño (Nuestra Señora del Rosario y Costanera del río Loro Huasi), en Cafayate.
La exposición permanecerá habilitada hasta el 2 de junio próximo y podrá visitarse de jueves a sábados de 16 a 20. 
Incluye el trabajo de artistas provenientes de diferentes puntos de Argentina, entre los que se destacan Karla Buzó, Javier Soria Vázquez, Álvaro Zamora, Pilar Mari, Federico Kirschbaum, Florencia Ithurralde, Martín Merlos y Sebastián Miguel. 
Las obras expuestas se basan en adoraciones populares que se encuentran con creencias dogmáticas. Representan altares para los muertos y paisajes celestiales. Objetos de culto contemporáneos que dan significado a aquello que exploramos, que necesitamos y en los que depositamos nuestras creencias. 
“El concepto de la muestra busca comprender cómo la historia del hombre está signada por simbologías y representaciones de creencias, mitos y religiones. Aferrarse a aquello que no es terrenal da la fuerza de la fe. El camino de lo espiritual relacionado con las tradiciones, las culturas y los contextos cotidianos”, destacó Sebastián Miguel, director de la galería y curador de la muestra.
Instantáneas
En Labra, de Karla Buzó, se puede ver los tres actos de la siembra, el cultivo y la cosecha, acompañados en el trabajo cotidiano por San Isidro Labrador. “El bordado representa la constancia, la hoz la acción de la recolección y el capullo de lana con los brotes nuevos evocan el ciclo de producción y de la vida misma”, señala el curador.
En “Estigma”, una fotografía digital de Javier Soria, se reflexiona sobre el momento en que nacemos y nos construyen como seres en base a decisiones arbitrarias y creencias ajenas. “Se muestra en esta obra que nos forman a imagen y semejanza, heredando estructuras que para el otro son verdades y a las que nos enfrentamos en el momento en que adquirimos sentido crítico. Deshacernos de tales configuraciones, es enfrentarse a contradicciones que se manifiestan como estigmas que no siempre dejan de supurar”, detalla.
Álvaro Zamora recrea “Altares” para reflexionar, agradecer, pedir y ofrendar. Son piezas constituidas por objetos, fragmentos y fotografías tomados de diferentes sitios. Muestra, al igual que “Campos santos”, la inmensidad de la Puna argentina.
La obra “Chakanas”, de Pilar Mari, está confeccionada en piezas de gres cerámico que simbolizan la fuerza colectiva. 
Esta cruz andina o escalonada es un símbolo representativo de las culturas indígenas que habitaron nuestro territorio. Tiene un significado muy profundo en la cosmovisión andina representando a sus dos mundos: el Hanan Pacha o mundo supremo y el Uray Pacha o mundo de los antepasados. Se refiere así a la dualidad de este mundo como el día y la noche, lo masculino y lo femenino, el sol y la luna, entre otros.
En la obra circular “Uno”, Federico Kirschbaum se inspiró en los altares. Considera que hay tantos altares como creencias, todos son diferentes, pero en esencia tan iguales. 
“Polimnia”, de Florencia Ithurralde, propone una selección de música sacra americana, a través de un recorrido por la América prehispánica y colonial, donde se entremezclan melodías incaicas con tambores mayas, violines barrocos, música negra y dialectos indígenas. 
Si bien resulta una ínfima muestra de la expresión artística de diferentes culturas, y a pesar del tiempo y la distancia que las separa, todas estas obras tienen algo en común: el medio del que se sirve el hombre para buscar consuelo para los males terrenales, elevar el alma y encontrarse con la Divinidad. 
Por último, Martín Merlos presenta “Cóndor que observa”, una especie de mensajero de las profundidades, que representa la manifestación de lo sagrado. 
En “Ekekos”, Sebastián Miguel ofrece un panorama de las creencias religiosas y los mitos en tres piezas de culto de los pueblos andinos portando devotos bañados en plata haciendo pedidos y milagros, llevando trajes monocromáticos representando la pureza.
“Spiritus sanctus” representa la ascensión de Jesucristo en una austera chapa reciclada intervenida con espinas de cardón de los valles y un ave celestial en esmalte. 
Finalmente, “Laberinto espiritual” es una superposición de geometrías simbólicas extraídas de los mosaicos de la Catedral de Reims y un bajorrelieve de un templo de la civilización chimú, de Perú. En la obra se plantea el recorrido de la fe como valor en sí, respetando la diversidad de credos y creencias. 

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Este fin de semana quedó inaugurada en Cafayate la muestra “Altares, creencias y mitos religiosos” en la Galería Cosmovisión Arte & Diseño (Nuestra Señora del Rosario y Costanera del río Loro Huasi), en Cafayate.
La exposición permanecerá habilitada hasta el 2 de junio próximo y podrá visitarse de jueves a sábados de 16 a 20. 
Incluye el trabajo de artistas provenientes de diferentes puntos de Argentina, entre los que se destacan Karla Buzó, Javier Soria Vázquez, Álvaro Zamora, Pilar Mari, Federico Kirschbaum, Florencia Ithurralde, Martín Merlos y Sebastián Miguel. 
Las obras expuestas se basan en adoraciones populares que se encuentran con creencias dogmáticas. Representan altares para los muertos y paisajes celestiales. Objetos de culto contemporáneos que dan significado a aquello que exploramos, que necesitamos y en los que depositamos nuestras creencias. 
“El concepto de la muestra busca comprender cómo la historia del hombre está signada por simbologías y representaciones de creencias, mitos y religiones. Aferrarse a aquello que no es terrenal da la fuerza de la fe. El camino de lo espiritual relacionado con las tradiciones, las culturas y los contextos cotidianos”, destacó Sebastián Miguel, director de la galería y curador de la muestra.
Instantáneas
En Labra, de Karla Buzó, se puede ver los tres actos de la siembra, el cultivo y la cosecha, acompañados en el trabajo cotidiano por San Isidro Labrador. “El bordado representa la constancia, la hoz la acción de la recolección y el capullo de lana con los brotes nuevos evocan el ciclo de producción y de la vida misma”, señala el curador.
En “Estigma”, una fotografía digital de Javier Soria, se reflexiona sobre el momento en que nacemos y nos construyen como seres en base a decisiones arbitrarias y creencias ajenas. “Se muestra en esta obra que nos forman a imagen y semejanza, heredando estructuras que para el otro son verdades y a las que nos enfrentamos en el momento en que adquirimos sentido crítico. Deshacernos de tales configuraciones, es enfrentarse a contradicciones que se manifiestan como estigmas que no siempre dejan de supurar”, detalla.
Álvaro Zamora recrea “Altares” para reflexionar, agradecer, pedir y ofrendar. Son piezas constituidas por objetos, fragmentos y fotografías tomados de diferentes sitios. Muestra, al igual que “Campos santos”, la inmensidad de la Puna argentina.
La obra “Chakanas”, de Pilar Mari, está confeccionada en piezas de gres cerámico que simbolizan la fuerza colectiva. 
Esta cruz andina o escalonada es un símbolo representativo de las culturas indígenas que habitaron nuestro territorio. Tiene un significado muy profundo en la cosmovisión andina representando a sus dos mundos: el Hanan Pacha o mundo supremo y el Uray Pacha o mundo de los antepasados. Se refiere así a la dualidad de este mundo como el día y la noche, lo masculino y lo femenino, el sol y la luna, entre otros.
En la obra circular “Uno”, Federico Kirschbaum se inspiró en los altares. Considera que hay tantos altares como creencias, todos son diferentes, pero en esencia tan iguales. 
“Polimnia”, de Florencia Ithurralde, propone una selección de música sacra americana, a través de un recorrido por la América prehispánica y colonial, donde se entremezclan melodías incaicas con tambores mayas, violines barrocos, música negra y dialectos indígenas. 
Si bien resulta una ínfima muestra de la expresión artística de diferentes culturas, y a pesar del tiempo y la distancia que las separa, todas estas obras tienen algo en común: el medio del que se sirve el hombre para buscar consuelo para los males terrenales, elevar el alma y encontrarse con la Divinidad. 
Por último, Martín Merlos presenta “Cóndor que observa”, una especie de mensajero de las profundidades, que representa la manifestación de lo sagrado. 
En “Ekekos”, Sebastián Miguel ofrece un panorama de las creencias religiosas y los mitos en tres piezas de culto de los pueblos andinos portando devotos bañados en plata haciendo pedidos y milagros, llevando trajes monocromáticos representando la pureza.
“Spiritus sanctus” representa la ascensión de Jesucristo en una austera chapa reciclada intervenida con espinas de cardón de los valles y un ave celestial en esmalte. 
Finalmente, “Laberinto espiritual” es una superposición de geometrías simbólicas extraídas de los mosaicos de la Catedral de Reims y un bajorrelieve de un templo de la civilización chimú, de Perú. En la obra se plantea el recorrido de la fe como valor en sí, respetando la diversidad de credos y creencias. 

 
 

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