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Una familia lucha contra el olvido del Fortín Cabral

Este año se cumplieron 40 años de su fundación en la Antártida. Allí vivieron familias, entre ellas una de Salta.
Lunes, 21 de mayo de 2018 00:00

En su apasionada esperanza, Néstor Delgado (75) tiene un sueño. Quiere que la hazaña que realizó hace 40 años se la conozca en las escuelas. Desea con ansias profundas que los estudiantes de todo el país sepan de la existencia del Fortín Sargento Cabral que Argentina posee en la Base Esperanza, ubicada en la bahía Esperanza de la península antártica.

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En su apasionada esperanza, Néstor Delgado (75) tiene un sueño. Quiere que la hazaña que realizó hace 40 años se la conozca en las escuelas. Desea con ansias profundas que los estudiantes de todo el país sepan de la existencia del Fortín Sargento Cabral que Argentina posee en la Base Esperanza, ubicada en la bahía Esperanza de la península antártica.

Este año, el Fortín cumplió 40 años de fundación y lamentablemente va quedando afuera del recuerdo de los argentinos. Pocos recuerdan la proeza que realizaron estas valientes familias de vivir durante un año en uno de los lugares más recónditos y más maravillosos del planeta: la Antártida.

"Todas estas acciones que hicimos para engrandecer a la Patria, hoy no tienen reconocimiento. Si uno habla por parte de la institución, no la tenemos (niega con la cabeza y hace los pulgares para abajo), si hablamos por parte del Gobierno tampoco (vuelve a repetir el gesto). Esto no fue reconocido por nadie, tan solo por el comandante que murió con la idea cumplida de fundar la Antártida con familias en tierra. Argentina, es el único país que tenía familias en la Antártida", remarcó el suboficial mayor del Ejército Argentino.

Néstor Delgado es salteño, pero se reconoce "malcriado en Buenos Aires". A la edad de 35 años, junto a su compañera de vida Juana Benítez y sus dos hijos, tuvo la complicada tarea de ser una de las 8 familias que fundaron el fortín, el 17 de febrero de 1978.

"En una cena de la Asociación Polar Pinginera Antártica Argentina, que nuclea a todos los antárticos, el comandante antártico, José María Toribio Vaca, un salteño de Rosario de la Frontera, me dice: "Colla, (me decían así porque soy de Salta) quiero fundar el fortín en la Antártida. A vos te voy a encomendar la misión para que puedas reunir a la gente para formar a la dotación, ya que vos los conocés". "Bueno mi coronel, cómo no, le contesté", relató Delgado.

En esa cena, el comandante le comentó que el plan del Ejército Argentina era poblar la Antártida. "En ese momento, me dijo que iban a haber casamientos, nacimientos y todo lo que puede haber en una comunidad. Inmediatamente le dije: "Ya mi coronel, anóteme'".

Pero el oficial a mando le respondió que primero debía consultarle a su mujer si estaba dispuesta a emprender semejante travesía. "No, no, no. Te vas a tomar diez días y hablá con tu patrona, porque vos podés decir que sí, pero si tu patrona dice que no, ¿qué hacemos?", le ordenó el comandante. Néstor recuerda que ese día llegó a su casa y le digo a Juana: "Vieja, se va a fundar el Fortín Sargento Cabral en la Antártida con familia, vamos a ser los fundadores y así fue. Conseguí la gente que necesitaba y nos fuimos", recapituló.

Para Néstor y su familia, vivir en la Antártida durante esa época era como si hubiesen estado en la edad de piedra porque no tenían nada. "Recién se iniciaba esa pequeña población, los baños eran muy precarios, había temporal y la casa se llenaba de nieve, había que derretir nieve para tomar agua potable, eran un montón de cosas, pero todo fue lindo. Las mujeres, fueron las heroínas de esta historia porque vivieron momentos terribles", remarcó.

Para el matrimonio salteño, que regresó a su tierra natal hace 20 años, la experiencia en la Antártida fue una bisagra en su vida. Cada rincón de su casa los retrotrae a la vida en el continente blanco, donde vivieron un año con sus hijos. Todas las paredes de su comedor tienen cuadros de la base militar, que encuadran postales imperdibles con el paisaje de nieve de fondo. Álbumes de fotos y recortes de diario forman parte de ese preciado patrimonio.

Una familia que hizo historia en el sur

La instalación del Fortín Sargento Cabral en Base Esperanza inició su camino a la concreción a través del jefe del Departamento Antártida de Ejército, coronel José María Toribio Vaca. El 17 de febrero de 1978, ocho familias, entre ellas los Delgado, viajaron a la Antártida para hacer historia al ser la primera población civil-militar de Argentina en la Base Esperanza, ubicada a 1.150 km al sudeste de Ushuaia. 
Cuando el fortín fue inaugurado en 1978 se constituyó en el único establecimiento de la Antártida en donde había personal temporal cumpliendo funciones militares, científicas o de servicio acompañados de sus familias. Dentro de las primeras ocho familias fundadoras estaba el sargento Néstor Arturo Delgado, su esposa embarazada y dos hijos.
Marisa de las Nieves nació el 27 de mayo y se convirtió en la primera niña nacida en la Antártida. Juana Benítez, a las 18, entró en trabajo de parto y una moto improvisada como ambulancia la trasladó los 80 metros de distancia que había entre su cabaña y la Base de Ejér    cito Esperanza.
 

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