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Llevan a juicio por estafa y usura a un beneficiario de la obra pública

La fiscal Mónica Poma solicitó juicio oral para el director de la empresa Efevede S.A.Daniel Alonso Crespo está acusado junto a Juan Carlos Colque por tres delitos penales graves.
Domingo, 10 de junio de 2018 00:00

La fiscal penal de la Unidad de Delitos Económicos Complejos elevó al juez de Garantías 5 un requerimiento de juicio oral y público por los delitos de estafa, abuso de firma en blanco y usura en contra de un conocido empresario local, presidente de la empresa de construcciones ligada a la obra pública Efevede S.A.

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La fiscal penal de la Unidad de Delitos Económicos Complejos elevó al juez de Garantías 5 un requerimiento de juicio oral y público por los delitos de estafa, abuso de firma en blanco y usura en contra de un conocido empresario local, presidente de la empresa de construcciones ligada a la obra pública Efevede S.A.

El requerimiento a juicio oral y público de Daniel Alonso Crespo y de Juan Carlos Colque Vázquez está en estos momentos esperando fecha de inicio.

La víctima de la estafa, Salvador Marinaro (Turi), en diálogo con El Tribuno se mostró ayer optimista de la labor realizada por la fiscal Mónica Poma, que en una tarea titánica logró establecer los mecanismos ilegales por los que los acusados montaron una estrategia de usura mediante la incorporación de valores abismales y ficticios a cheques que el denunciante había entregado en su momento a cambio de un adelanto de dinero en efectivo.

Las operatorias y la relación económica entre Marinaro y el presidente de Efevede S.A. se realizó a través de Juan Carlos Colque, quien se presentaba a sí mismo como quien manejaba los dineros de Daniel Alonso Crespo.

Se supo a través de la investigación de la fiscalía de Delitos Económicos Complejos que Colque tiene incontables antecedentes en este tipo de delitos.

Trascendió del propio pedido a juicio que las tasas de interés mensual por el cambio de cheques por dinero entre el denunciante y el ahora acusado alcanzaban tasas del 14, 17 y 20 por ciento mensual.

Según el expediente, las desavenencias comenzaron cuando Alonso Crespo solicitó un cheque firmado en blanco como garantía de las operaciones que realizaba.

Ese cheque en blanco fue llenado de su puño y letra, acto reconocido incluso por el demandado, por un valor de 1.943.010,50 pesos, con fecha de pago el 10 de mayo de 2012.

Este valor conjuntamente con otros cheques, que incluso ya estaban cancelados a través de escribanías, pero cuya boleta cartular no había sido destruida, fueron presentados por los ahora demandados al cobro y posteriormente a través de la vía judicial utilizaron en total 28 cheques obtenidos, según la requisitoria fiscal de "manera delictiva", vía el mecanismo espurio de las renovaciones permanentes.

Según la fiscal Poma, Daniel Alonso Crespo y Juan Carlos Colque se abstuvieron de declarar en todas las oportunidades que se los citó.

La funcionaria, en el marco probatorio, utilizó todas las herramientas contables y las pericias de profesionales grafólogos para determinar y enmarcar el delito de abuso de firma en blanco, ya que el delito de estafa con las maniobras conocidas, entre ellas la no destrucción de los valores cartulares (cheques/papel) ya cobrados y su posterior reclamo judicial estuvo casi probado.

Ayer la víctima de las maniobras usureras y el abuso de firma, Salvador Marinaro, aseguró que en todo el historial de las operatorias el monto de lo prestado y devuelto fue de unos 300.000 pesos, pero lo que recibió en mano fue en realidad solo 200.000.

Marinaro dijo que la relación con Alonso Crespo se rompió cuando el empresario ligado a la obra pública le exigió otro cheque en blanco. "Nadie sabe en realidad lo que nos provocó la ejecución de los cheques que Alonso Crespo se dibujó para la cuenta de su empresa Efevede. Eso significó la muerte civil para mí y la desgracia para mi familia. Siendo uno de los fundadores de la cooperativa Cosalta, fui suspendido de la misma por no poder entregar el producto al encontrarme casi en bancarrota", expresó. Dijo que "cinco años de mi vida los he gastado tratando de probar lo que finalmente probó la fiscal Mónica Poma y su equipo de profesionales".

Marinaro sostuvo que "no tengo nada personal contra nadie, solo deseo que se me devuelva lo que me pertenece, ya que estoy inhibido desde hace cinco años. Desde ese tiempo tengo todos mis bienes prácticamente al borde de remate y todo por maniobras fraudulentas inescrupulosas".

Y concluyó: "Hoy más que nunca creo en la justicia y pienso que una lección ejemplar para estos casos sería aleccionadora".

“Vendí un terreno y me embargó”

Para Salvador Marinaro la estafa se pergeñó “cuando se enteraron que estábamos vendiendo con mis familiares un lote en lo que es hoy finca Valdivia”.

Comentó que “fue entonces que en los días previos me exigieron el cheque en blanco, supuestamente para saldar unos intereses difusos.

Cuando finalmente se vendió el predio, la parte que me tocaba a mí fue embargada para cubrir los cheques que había dibujado con su propia mano y los más de 28 cheques que tenía acumulados sin destruir, que los ejecutó casi simultáneamente”.

Según Marinaro “al principio yo levantaba los cheques en el banco, luego la transacción se hacía sobre calle San Martín al 2200, donde había que golpear una ventana para identificarse, luego te hacían pasar y te cambiaban los cheques. Muchos no me los devolvían porque decía Colque que tenía que mostrárselos al señor Daniel Alonso Crespo”. Indicó que “al enterarse de mis bienes, Colque me dijo un día que debía hablar directamente con el dueño del dinero que él manejaba, y allí conocí a quien luego denuncié por la estafa sufrida. Para que entiendan el interés de ellos por mi cuenta es que cuando yo no podía levantar un cheque iban ellos y lo hacían por mí, y ahora me doy cuenta que el verdadero interés de ellos era mantener la cuenta abierta del banco Citi Bank, donde finalmente depositaron el cheque por 1.943.010,50 que les abrió la puerta para el reclamo judicial contra mis bienes”. 

 

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