Con respecto a la defensa de la vida, estoy absolutamente a favor y por ello oriento mi exposición a la legalización del aborto.
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Con respecto a la defensa de la vida, estoy absolutamente a favor y por ello oriento mi exposición a la legalización del aborto.
La ley de interrupción voluntaria del embarazo fue presentada ante la Cámara de Diputados por más de 300 organizaciones de mujeres que buscan, entre otras cosas, la defensa de los derechos sexuales y reproductivos de la mujer, ya que estos son derechos humanos.
Se propone derogar los artículos 85 inc. 2, 86 y 88 del Código Penal de la Nación para que así la interrupción voluntaria dentro de las primeras 14 semanas de embarazo no sea punible; también, como en todo procedimiento médico se indica, es necesario para llevar a cabo la práctica el consentimiento libre e informado de la mujer a la que se le realizara el mismo, siguiendo las formas que la Organización Mundial de la Salud recomienda.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación se expidió en el "caso FAL" y sostuvo que la autorización que brinda para la interrupción legal de los embarazos es constitucional y compatible con los tratados de derechos humanos suscriptos por nuestro país. A partir de este fallo encontramos una reserva con relación a la Convención de los Derechos del Niño.
Los tratados de DDHH a los que el país suscribió son la vonvención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (eliminación de los perjuicios y de cualquier otra índole que estén basadas en la idea de inferioridad o superioridad de cualquiera de los sexos y la maternidad como función social y el reconocimiento de la responsabilidad común de hombres y mujeres) y la Convención sobre los Derechos del Niño (desarrollar la atención sanitaria preventiva, la orientación a los padres y la educación y servicios en materia de planificación de la familia).
Si hubiera que cambiar la Constitución Nacional habrá que hacerlo, porque de lo contrario el derecho sería una utopía que no regularía las realidades que vivimos.
El derecho, a grandes rasgos, es un conjunto de normas que regulan nuestra sociedad, entonces no podemos plantearnos que ese no sea modificado, que sea pétreo porque la sociedad está en constante cambio, avances necesarios para el progreso.
Salta pretende tapar la cantidad de abortos clandestinos que se producen, la desnutrición infantil, la falta de educación y la pobreza, entre otros factores que nos afectan como sociedad, como quien tapa el sol con la palma de la mano.
Estamos ante una Argentina en proceso de cambio, donde el derecho viene a regular con sus normas las realidades sociales, y si nos planteamos esas realidades debemos observar que en la provincia la ley de educación sexual integral nunca fue aplicada.
Pensemos en la realidad social, no en la de cada uno, porque más allá de lo que vive cada uno y de su situación, la provincia tiene una realidad distinta.
Durante el debate en la Cámara de Diputados se habló sobre perros y sobre cementerios para bebés y nunca escuché propuestas alternativas al conflicto social.
La posibilidad de las personas gestantes de autodeterminarse y poder decidir sobre su propia vida por medio de la interrupción legal del embarazo es una deuda pendiente de estos 35 años de democracia. Vivimos en un país laico; por ende por qué imponerle a las mujeres una moral, por qué estigmatizarlas u obligarlas a seguir con un tipo de vida no deseado.
Defiendo este proyecto.
Defiendo la vida.
La cuestión no es aborto sí o aborto no. El debate está en cómo se lleva a cabo el procedimiento, en si va a seguir siendo una práctica ilegal y clandestina en la que miles de mujeres corren riesgo, o si va a ser legal, seguro y gratuito. El aborto se realiza desde el mismo momento en que existió la vida, el debate de hoy en día es cómo realizarlo.